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«Yo te perdono» Mike Haines habla sobre ISIS «Por qué he decidido no odiar a los que decapitaron a mi hermano»

El cooperante David Haines fue decapitado por ISIS ante los ojos de medio mundo. Diez años después de aquel espeluznante vídeo, sus asesinos han sido llevados ante la justicia. Con ese motivo hablamos con su hermano y otros familiares de víctimas de aquella célula yihadista.

Sábado, 18 de Junio 2022, 01:15h

Tiempo de lectura: 9 min

A Mike Haines,de 55 años, lo persigue el horror desde 2013.En una reunión nada convencional en la Embajada británica en Washington, este hombre habla de su infancia mientras en una pantalla aparecen fotos de su hermano David. En 2013, este cooperante en Siria fue secuestrado por el Estado Islámico. Tras 18 meses de cautiverio y torturas lo decapitaron ante las cámaras. Mike recuerda la noche que lo llamaron por teléfono para informarlo de su muerte. «Cogí las manos de mi madre y le dije que su hijo no sufriría más», cuenta a los empleados de la Embajada.

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Entre el horror y el dolor. Mike Haines durante el juicio a uno de los miembros del grupo terrorista que torturó y asesinó a su hermano menor, David, en Siria. |FOTO: STEPHEN VOSS

Al principio, Mike quería vengarse. Los asesinos, un grupo conocido como 'los Beatles' porque eran cuatro y tenían acento británico, grababan espantosos vídeos con sus asesinatos: sus indefensas víctimas aparecían vestidas con monos naranjas mientras los verdugos, vestidos de negro, les cortaban el cuello. El salvajismo horrorizó a millones de personas en todo el mundo. Los yihadistas, que crecieron en Londres y viajaron a Siria como voluntarios del ISIS, realizaron más de 20 decapitaciones, según las autoridades estadounidenses.

Pero, entonces, Mike Haines tuvo una «epifanía»: que odiemos a los yihadistas era lo que querían. «Si dejamos que introduzcan el odio en nuestras vidas, triunfan. Si odiamos, ellos ganan». Gracias a esa revelación, este exingeniero de la Real Fuerza Aérea británica ha sido capaz de convertir el dolor en algo positivo y da charlas con la esperanza de que su negativa a ceder a la venganza inspire a otros. El Papa lo abrazó cuando lloró en su encuentro en 2015.

El verdugo de su hermano, Mohammed Emwazi, conocido como Yihadista John (por Lennon y por ser líder del grupo), se libró de sentarse en un tribunal: murió en un ataque de un avión no tripulado estadounidense en 2015. Pero Alexanda Kotey, otro de los Beatles, fue capturado en Siria y enviado a Estados Unidos para ser juzgado en Virginia.

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Con su familia. David posa junto a su segunda esposa Dragana y su hija Athea. La niña tenía solo 4 años cuando su padre fue asesinado y explicaba ante el tribunal que aquella muerte afecto a su vida de muchas formas.

Haines cree que su hermano probablemente sabía que iba a morir: los gobiernos británico y estadounidense habían dejado claro que no pagarían rescates. Sin embargo, incluso en las situaciones más desesperadas, todavía hay esperanza. «David debió de suponer que, aun así, el SAS (fuerza especial del Ejército británico) trataría de sacarlo». Las fuerzas especiales americanas, de hecho, montaron una misión, pero el ISIS trasladó a los rehenes y fracasó.

En uno de los vídeos de las decapitaciones se ve a David observando horrorizado. Él fue el siguiente. «Esa es la cara que veo en la oscuridad cuando el sueño no llega», cuenta su hermano

Las esperanzas de que David pudiera ser liberado se desvanecieron por completo cuando dos periodistas estadounidenses, James Foley y Steven Sotloff, fueron ejecutados en agosto y septiembre de 2014. En el vídeo de la decapitación de Sotloff se ve a David al fondo mirando con horror. De hecho, fue el siguiente rehén occidental en morir. «Esa es la cara que veo en las horas de oscuridad –dice Haines– cuando el sueño no llega».

Quería ayudar a gente necesitada

Heines recuerda que los dos hermanos siguieron los pasos de su padre en el Ejército, pero David descubrió pronto que le interesaba más el trabajo humanitario. «Su objetivo era ayudar a la gente necesitada. Es un verdadero héroe», dice. Él mismo también dejó la RAF y se convirtió en enfermero psiquiátrico hasta que fue atacado por uno de sus pacientes, lo que le causó una grave lesión en la pierna que ha requerido varias operaciones y que todavía lo obliga a caminar con un bastón. Estaba recuperándose de la agresión y rehaciendo su vida con su segunda esposa cuando secuestraron a su hermano.

Otros rehenes europeos fueron liberados, aparentemente tras pagar sus gobiernos millones como rescate. Pero los hermanos Haines siempre estuvieron de acuerdo con la política del Ejecutivo británico de no pagar. Antes de que David viajara a Siria, discutieron todo lo que podía salir mal. Y el secuestro ocupaba uno de los primeros lugares de la lista. David le dijo a Mike: «Si alguna vez pagas una sola libra de rescate, no volverás a verme».

«Sigo estando de acuerdo con la política del Gobierno –admite Haines–. ¿Otros países se equivocan al sacar a su gente y pagar el dinero? Esa es una decisión que corresponde a los países y a sus dirigentes, no a mí».

«Más dolor del que podemos explicar con palabras»

Mike y la familia de David han acudido al juicio del asesino de su hermano. Aunque la muerte de Jihadi Joh no alivió el dolor de Haines, espera que ver a Kotey en el banquillo le traiga algo de paz. Durante la vista mira fijamente al acusado. «Es la primera vez que lo veo. Me alegro de que sea ante un juez», comenta. Junto a él están sentadas las dos hijas de su hermano, Bethany, de 24 años, y Athea, de 11, y su primera y su segunda esposa.

En el banquillo está Kotey, de 38 años, originario de Londres. Ha admitido cinco cargos de toma de rehenes y tres de conspiración terrorista. Se lo juzga en Estados Unidos porque cuatro de los asesinados por 'los Beatles' eran estadounidenses. Otro miembro de la banda, El Shafee Elsheikh, de 33 años, está sentado a su lado: ya ha sido declarado culpable y será condenado por separado en agosto. El cuarto Beatle, Aine Davis, fue detenido en Turquía y condenado en 2017 a siete años y medio de cárcel.

Las declaraciones de las familias ante el tribunal son dolorosas. «Ha afectado a mi vida de muchas maneras», dice Athea, que solo tenía 4 años cuando su padre fue asesinado. Rompe a llorar. Su madre la abraza. «Únicamente tengo unos pocos recuerdos de mi padre. A veces me pongo triste cuando veo a mis amigos reír y jugar con sus padres. Eso yo nunca lo podré hacer».

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Mensaje conmovedor. «David era el más vivo y entusiasta en sus funciones humanitarias. Su alegría por el trabajo que hacía en Siria es para mí y para la familia, el elemento más importante de todo este asunto triste», explicaba Mike en un comunicado tras la decapitación de su hermano. En la foto, Mike con David en los años 90.

Bethany, la hija mayor, describe cómo el asesinato ha arruinado su vida. Sufre trastorno de estrés postraumático y depresión. Su padre, apunta, fue «arrojado como una bolsa de basura» en alguna fosa común cerca de Al Raqa.

Luego le toca el turno a Mike Haines. Durante su declaración afirma: «El asesinato de mi hermano nos infligió más dolor del que puedo expresar con palabras, y las secuelas aún nos acompañan: nuestras vidas nunca volverán a ser las mismas». Cree que la muerte de sus padres, Mary y Chris, se vio acelerada por la tragedia de perder a su hijo. Su madre «renunció a la vida», dice Haines. Murió de cáncer en 2015, un año después de la muerte de David. Su marido falleció de neumonía en 2017 y su demencia empeoró por el estrés. Y concluye mirando a los dos 'Beatles': «Ya no tenéis ningún poder sobre mí y los míos». Y añade: «Os perdono».

Bethany hace una mueca. No parece estar de acuerdo con su tío. «Para conseguir el perdón, hay que pedirlo –cuenta a su hermana–. Ninguno de estos hombres ha expresado un ápice de remordimiento por sus acciones».

«Pertenecemos a un club al que nadie quiere pertenecer»

Luego les toca declarar a los familiares de otras víctimas. Se levanta a hablar Marsha Mueller, madre de Kayla, una cooperante estadounidense y la más joven de los rehenes asesinados por 'los Beatles'. «Me acuesto todas las noches pensando en ella», dice. Su hija fue violada en repetidas ocasiones por el líder del ISIS, Abu Bakr al-Baghdadi, que en 2019 murió tras detonar un chaleco suicida cuando las tropas estadounidenses lo tenían cercado. El destino final de Kayla sigue sin conocerse. «No queremos que la olviden –manifiesta su madre–. Ella era todo, mi todo».

«A mi padre lo arrojaron como una bolsa de basura. espero que se pudran en el infierno. Para conseguir el perdón, hay que pedirlo y estos hombres no tienen remordimientos», dice la hija

Cuando se llevan al detenido tras leer la condena a ocho cadenas perpetuas, Bethany, la hija de David Haines, se abalanza sobre el convicto exclamando: «¡Espero que te pudras en el infierno!».

«Hoy es una victoria –dice Mike Haines a la prensa fuera del tribunal–. He aprendido del poder del perdón. El terrorismo se ha cobrado muchas vidas, no dejaré que se cobre mi alma».

En el marco de un acuerdo entre Estados Unidos y el Reino Unido, en el caso de Kotey se había descartado la pena de muerte. Kotey pasará 15 años en la cárcel en Estados Unidos y luego se le permitirá cumplir el resto de su condena en el Reino Unido. Aunque no ha mostrado ningún arrepentimiento, se ha ofrecido a reunirse con los familiares. Espera con ello que no le envíen a una prisión de máxima seguridad, donde los reclusos son mantenidos en aislamiento.

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Kayla Mueller, esclava sexual del líder de ISIS. Esta joven de Arizona fue secuestrada por ISIS en agosto de 2013 en Alepo (Siria) cuando salía de un hospital de Médicos sin Fronteras. Tenía 26 años. Durante 18 meses fue retenida y violada junto con otras mujeres de la etnia yazidí. Según la CIA a partir del testimonio de una joven que logró huir, Kayla fue tomada como esclava sexual ('esposa') por el líder, Abu Bakr al-Bagdadi. En 2015 fue asesinada. ISIS envió fotos de su muerte a sus padres.

Bethany ha recibido una cita para reunirse con Kotey en agosto y ha accedido con la esperanza de encontrar los restos de su padre: «Ese hombre puede tener información», afirma. Los Mueller también han accedido a una reunión, desesperados por descubrir cómo murió su hija.

Haines, en cambio, no está seguro de querer un encuentro cara a cara con uno de los torturadores de su hermano. «Estoy muy indeciso. Por supuesto que tengo preguntas. Pero esa parte negra de mí que ha formado parte de mi vida desde que se llevaron a David... eso ya no existe, y me preocupa que al conocer a Kotey reaparezca de nuevo».

De vuelta a su hotel esa noche, las familias británicas y estadounidenses se reúnen para tomar una copa. En el bar me encuentro con Carl Mueller, de 70 años, padre de Kayla. «Pertenecemos a uno de los únicos clubes al que nadie quiere pertenecer», cuenta con una risa amarga, explicando cómo los familiares de los rehenes del ISIS asesinados se han unido para formar su propio grupo de apoyo.

Haines también bromea sobre ello, pero dice que el apoyo del 'club' es inestimable. «Todos los sentimientos –la rabia, el amor, la pérdida–, todo se vuelve mucho más grande, pero no como un peso sobre los hombros, sino como muchas manos que lo sostienen. Y eso a mí me ayuda».


EL TERROR DE 'LOS BEATLES'

Eran cuatro y tenían acento británico. por eso sus víctimas, cooperantes americanos e ingleses en su mayoría, apodaron a sus cuatro secuestradores con el nombre de la célebre banda de Liverpool.

© The Times Magazine


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