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T. N.
Martes, 14 de mayo 2024, 12:46
El basauritarra Álex García, de 36 años, que tuvo que ser ingresado en febrero en Tailandia por una pancriatitis aguda y que finalmente fue repatriado en abril en un avión militar por la insistencia de su familia, ya se encuentra en una habitación de ... planta en el Hospital de Cruces. El paciente, que vive en Lasarte-Oria, ha permanecido en las últimas semanas ingresado en la UCI. Allí fue operado de urgencia nada más llegar.
Después de tres meses encamado en una situación que hizo temer por su vida, Álex García todavía no se lo cree. Optimista, ha explicado este martes que todavía apenas puede ponerse de pie como consecuencia de la pérdida de musculatura por el tiempo que ha estado postrado.
El joven ha publicado un emocionante mensaje en su cuenta de Facebook: «Y por fin llegó el día... (...) En ese momento que espera que llegue con ansias y poder ver a los niños después de casi tres meses sin poder estar con ellos», continúa.
«En ese momento no sabes si llorar de la emoción o hacerte el duro para que no te vean llorando (sí, me hice el duro porque si no lloraban ellos también», resalta. «Es una pasada la fuerza que te dan y las ganas de luchar por todo. Hoy estoy que me como el mundo», añade después de superar una pesadilla que le llevó al borde de la muerte.
Álex García muestra su agradecimiento a todos los que han apoyado a su familia durante todos estos duros días. «Gracias a tod@s por todo! Entre el cansancio y los mensajes que recibo no me da tiempo de contestar a todos pero ya estoy en planta. Poco a poco vamos mejorando pero todavía queda mucho por luchar». «P.D. Solo tengo dos hijos pero el otro como si lo fuera», finaliza el mensaje.
Álex García fue sometido a una intervención quirúrgica de urgencia en Cruces poco después de aterrizar en Loiu el Airbus militar medicalizado que le trasladó desde Bangkok. El paciente llegó a Bizkaia ya extubado e incluso saludó mientras le sacaban en camilla de la ambulancia. Antes, había pasado catorce horas en la aeronave, acompañado por un equipo de once profesionales de la Unidad Médica de Aeroevacuación (UMAER) del Ejército del Aire y del Espacio; su madre, Tere; y su cuñada, Saioa.
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