Iñigo Fernández de Lucio
Lunes, 10 de junio 2024, 17:09
Las monjas cismáticas de Belorado se niegan a entregar las llaves del convento y tampoco se presentarán ante el Tribunal Eclesiástico, tal y como les había exigido el arzobispo de Burgos, Mario Iceta. Este lunes se cumplía el plazo para lo primero, mientras que la ... fecha límite para lo segundo, comparecer ante el tribunal, es el día 21 de este mes (el 16 para las tres monjas que la semana pasada denunciaron a Iceta ante la justicia por abuso de poder, entre otros cargos).
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Iceta fue nombrado por el Vaticano comisario pontificio, lo que le otorga plenos poderes sobre la orden de las clarisas rebeldes, el acceso a sus cuentas bancarias y la autoridad sobre el patrimonio. Con ese nombramiento «unipersonal» en la mano, exhortó a Pablo de Rojas, el falso obispo líder de la secta Pía Unión de San Pablo Apóstol a la que se han adscrito las religiosas; y a su acompañante y portavoz de las monjas, José Ceacero, a abandonar el monasterio burgalés de Belorado.
Las clarisas contraatacaron denunciando a Iceta ante la justicia burgalesa por abuso de poder, usurpación de representación legal y vulneración del derecho de asociación. Ante esta «falta de voluntad de diálogo», el arzobispo lanzó un ultimátum y les dio de plazo hasta este lunes para entregar las llaves del convento y las urgió a presentarse ante el Tribunal Eclesiástico. La idea es averiguar si todas ellas, de forma individual, se reafirman en su ruptura con Roma. De ser así, se confirmaría lo que el Derecho Canónico considera un delito de cisma y se las expulsaría de la Iglesia, ya que, según asegura Ceacero, no cabe una excomunión en grupo.
El problema para Iceta es que las religiosas no reconocen su autoridad, por lo que no van a atender ninguno de sus requerimientos. El antiguo barman y portavoz de las religiosas sostiene que Iceta pretende «imponer» el Derecho Canónico sobre el Civil para disolver la comunidad religiosa a través de la excomunión y quedarse con los conventos. Según Ceacero, llegado a ese punto, el arzobispo podría, sirviéndose del Derecho Canónico, disolver la comunidad para que sus bienes pasasen a la Federación de Clarisas, una «trama inmobiliaria» (con ramificaciones en Orduña y Derio) que no respeta el derecho fundamental de libre asociación de las religiosas.
El portavoz de la Pía Unión pronostica una «guerra larga». Es de prever que el proceso judicial se prolongue en el tiempo mientras que el canónico tiene plazos más inmediatos: la copia de las llaves debería entregarse este lunes; y las religiosas tiene hasta el 16, las tres que firmaron la denuncia, y el 21, el resto, para presentarse ante el Tribunal Eclesiástico.
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Por su parte, ni Ceacero ni el falso obispo Pablo de Rojas, fundador de la Pía Unión y excomulgado en 2019, tienen intención de abandonar el convento de Belorado, pese a haber recibido el burofax del arzobispo que les exhorta a ello: «Nosotros hacemos caso a las monjas, no al señor Iceta que no es nada para nosotros», ha aseverado el portavoz.
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