Feijóo va al choque con Abascal al negarse a aceptar el «chantaje» en los presupuestos

El partido de Santiago Abascal lanzó, en vísperas del encuentro a tres bandas que mantendrán hoy el Gobierno, el PP y el Ejecutivo canario para tratar de desbloquear la reforma de la ley de extranjería, su último órdago: dejar en el aire las negociaciones en los territorios en los que los populares no tienen mayoría suficiente para sacar adelante los Presupuestos de 2025 «tras el acercamiento del PP al PSOE» sobre política migratoria. «A Vox no le va a temblar el pulso», retó este miércoles el secretario general de los voxistas, Ignacio Garriga, en una visita en el barrio barcelonés de Besòs-Maresme para denunciar el crecimiento de la inseguridad.

Frente a este ultimátum, el PP no cederá pese a lo que puede suponer para la inestabilidad de sus gobiernos en Aragón, Baleares, Castilla y León, Comunidad Valenciana, Extremadura y Murcia, donde gobierna en minoría desde la salida de Vox. Ni tampoco tras el primer aviso a navegantes consumado a nivel municipal tras la ruptura del pacto de Gobierno entre ambos en Burgos el 22 de noviembre después de que la extrema derecha rechazase el presupuesto municipal por incluir una partida para asociaciones de apoyo a inmigrantes y de que la alcaldesa del PP, Cristina Ayala, no pueda sacar adelante las Cuentas municipales para 2025 tras perder la cuestión de confianza con los votos en contra de PSOE y Vox.

La hoja de ruta del PP sobre los menores migrantes no acompañados y la reforma de la ley de extranjería es clara. No dejará de acudir a una reunión que ve «importante» por la situación que sufre Canarias. Y pese a que el ministro de Política Territorial, Ángel Víctor Torres, defendió este miércoles que el Gobierno ha ido «respondiendo» a todo lo que ha pedido el PP para apoyar la reforma de la norma y aseguró que volverá a «tender la mano», los aludidos remiten al pacto migratorio que sellaron Feijóo y el presidente canario Fernando Clavijo en septiembre.

«En cualquier caso, es bueno saber que Vox apoyará nuestros presupuestos autonómicos salvo que el PSOE ceda en su política migratoria y asuma la nuestra», ironizaron desde la dirección nacional del PP. En esta idea incidió el vicesecretario de Economía del PP, Juan Bravo, descargando la responsabilidad en los voxistas. «Nuestra vocación es intentar sacar los presupuestos y el que no quiera apoyarlos tendrá que dar explicaciones», zanjó.

La nueva vuelta de tuerca de Vox en su estrategia de confrontación con el PP se produce en un momento dulce para la extrema derecha tras la victoria electoral de Donald Trump en EE UU y la Comisión Europea más escorada al conservadurismo en décadas. Pero sobre todo, para el propio Abascal. El líder de Vox acaba de verse reforzado entre sus homólogos con la presidencia del grupo Patriotas del Parlamento europeo –el tercero más grande de la Eurocámara– fundado por el primer ministro húngaro, Viktor Orbán, y al que también pertenece la formación liderada por Marine Le Pen, Reagrupamiento Nacional. Dos de los dirigentes que con más fuerza están empujando a favor de restringir las políticas de acogida a inmigrantes.