Nunca antes en un proceso tan mediático el uso de las redes sociales habían sido una prueba de cargo. El interrogatorio de Jordi Cuixart ha sido una verdadera lección del uso de las nuevas herramientas de internet para el Agitprop. Durante horas, el ... acusado y el fiscal Jaime Moreno han debatido sobre Twitter, WhatsApp, Instagram y webs, las fórmulas que supuestamente el líder de Òmnium Cultural uso para movilizar a las masas tanto durante el asedio a la Guardia Civil el 20 de septiembre de 2017 en el registro de la consejería de Economía como el 1-O, jornada del referéndum ilegal.
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La batalla tecnológica, sin duda, ha sido ganada por goleada por el imputado, dado que el fiscal, no muy ducho en estos temas, incluso ha confundido el hecho de publicar un tuit con retuitear el mensaje de otro usuario.
Cuixart no ha ocultado que se volcó en las redes aquellos días para llamar a la movilización para la «defensa de los derechos fundamentales» pero no para obstaculizar la acción de las fuerzas de seguridad. Sobre los tuits más comprometedores, en aquellos en los que se llamaba a la ciudadanía a presentarse en las consejerías que estaban siendo registradas, ha afirmado que se quedaron en borradores que nunca llegaron a enviarse, pero que fueron encontrados por los investigadores posteriormente.
Ha explicado que desde el portal «Crida per la Democracia», que gestionaba Ómniúm, no se llamó a tomar los colegios o a oponerse a la acción de las fuerzas de seguridad, y que si alguien lo hizo –dejó entrever- fue a través de otros canales como los grupos de WhastApp o Instagram de los que podía participar Ómnium o él mismo. La mirada del fiscal ha sido de no entender muy bien de que estaba hablando y de cómo funcionan esas herramientas.
Cuixart se ha mostrado hábil, sobre todo cuando le han preguntado Moreno sobre el tuit del 1 de octubre por la mañana en el que llamaba a la ciudadanía a ocupar ciertos colegios con el lema «todos culo en tierra». «Sería muy presuntuoso por mi parte creer que yo puedo dirigir al pueblo enardecido. Solo tuve 99 retuits», ha respondido con sorna el acusado, ante la mirada, un poco desconcertada del fiscal.
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El representante del Ministerio Público también le ha preguntado cómo supo de los colegios en los que se estaban produciendo incidentes, como si una red de informadores le alertaran de donde había que mandar refuerzos el 1-O. La respuesta de Cuixart fue obvia: las redes sociales. Y el fiscal se ha quedado todavía más pensativo.
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