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La Policía Municipal de Madrid denunció por falta de licencia al restaurante Burro Canaglia durante las obras de remodelación del local que incluyeron montar una abigarrada decoración de plástico simulando una selva. Sin embargo, poco después el Ayuntamiento de la capital, tras las alegaciones, archivó ... la denuncia por entender que las obras en marcha no necesitaban del permiso por no alterar significativamente el establecimiento. Este martes, la empresa que llevó a cabo la remodelación se desvinculó totalmente de la colocación de la decoración inflamable y aseguró que ésta se incluyó posteriormente a sus trabajos.
La inspección a la pizzería, que el pasado viernes por la noche ardió provocando la muerte de un camarero y una clienta y heridas a otra decena de personas, tuvo lugar la tarde del 26 de noviembre de 2021, según adelantó este martes OK diario y han confirmado fuentes municipales. Una pareja de agentes de la unidad del distrito madrileño de Salamanca llevó a cabo una inspección del local del número 16 de la Plaza de Manuel Becerra al comprobar que se estaban realizando trabajos en su interior. El local acababa de ser adquirido por los gestores de Burro Canaglia y habían comenzado una reforma exprés con la intención de abrir en pocas semanas.
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Los funcionarios exigieron a los operarios que se encontraban en el interior la licencia de obra o en su defecto la declaración de responsabilidad. Sin embargo, los trabajadores no presentaron ningún papel. Verbalmente, según fuentes de la investigación, alegaron que no necesitaban permiso municipal porque simplemente se estaban llevando a cabo obras de reacondicionamiento.
La pareja de agentes, no obstante, formuló denuncia por falta de licencia. Este expediente, del que se desconoce si llegó a parar las obras de manera efectiva, sea como fuere fue recurrido de forma casi inmediata. Los dueños de Burro Canaglia el 30 de noviembre de 2021 solicitaron al servicio de Disciplina Urbanística del Ayuntamiento de Madrid que atendiera su escrito de alegaciones y archivara el expediente sin paralizar las obras. Como ya habían hecho los obreros de manera verbal, ahora de manera oficial alegaban que los trabajos que se estaban realizando eran menores y que no se necesitaba permiso.
Entre esos trabajos, según informan fuentes de la investigación, estuvo los que realizó la empresa Garrigues Retail, que en tan solo nueve semanas llevó a cabo un proceso de cambio integral. En su referencia en la página web de este estudio de arquitectura (que el domingo eliminó los detalles de la obra que hizo en Madrid y en Bilbao aunque aún se pueden leer en el caché de la página), se explicaba que el equipo de obras realizó «cuantiosas demoliciones previas» con el objetivo de tener unas instalaciones completamente nuevas, «acompañadas de nuevos acabados y pequeños cambios durante la ejecución para adecuar el local a los deseos explícitos de la propiedad».
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Este martes, Garrigues se desvinculó, no obstante, de la decoración inflamable. «La selección, suministro e instalación de los elementos decorativos instalados en el local ha sido posterior y completamente ajena al proyecto realizado por Garrigues Retail y, por tanto, a su control» expresó la compañía en un comunicado, que insistió en que sus trabajos se limitaron «exclusivamente» a la elaboración de «un proyecto de arquitectura e ingeniería, que no incluía la decoración».
En enero de 2022, el Servicio de Inspección del Ayuntamiento, tras estimar el escrito de alegaciones, archivó el expediente. Se desconoce si antes la nueva configuración del restaurante, que por entonces ya comenzó su actividad con su abigarrada decoración altamente inflamable, fue visada por las autoridades municipales.
La investigación se centra ahora en conocer si los técnicos del distrito de Salamanca habían sido informados del cambio estético y si se supervisó que, tal como fija el código técnico de edificación, que cuando un local abierto al público cuenta con más del 5% de su superficie cubierta con plástico u otro material similar éstos tienen que ser ignífugos e incombustibles.
Mientras tanto, el Grupo de Delitos Violentos (DEVI) de la Brigada Científica de Madrid, a cargo de las investigaciones, sigue a la espera de varios informes de los bomberos, de la Junta del Distrito de Salamanca y de los técnicos municipales, si bien los investigadores tiene muy clara, por las declaraciones coincidentes de los testigos la película de los hechos: el incendio se generó a las 22.50 horas cuando el camarero fallecido, Jay Robles, flambeó en pleno comedor uno de los platos estrellas del restaurante, una pizza 'Inferno Carnivora', con un pequeño soplete.
En un momento dado las llamas se propagaron a unas plantas de plástico cercanas y en cuestión de segundos el fuego se extendió sin control por todo el techo y las paredes del establecimiento, igualmente profusamente decorados con 'motivos amazónicos' de plantas de imitación de plástico. Finalmente el mallazo del techo, plagado de falsas plantas acrílicas, cedió atrapando a buena parte de los comensales, entre ellos a la segunda víctima mortal, la enfermera vizcaína Alexandra Velasco.
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