Noche de violencia y madrugada de cargas en Ferraz tras la investidura de Sánchez

Esta última movilización -que congregó a 4.000 personas, conforme a los cálculos de la Delegación del Gobierno- una vez más acabó en graves disturbios ya entrada la madrugada del viernes. Los violentos y encapuchados, tras horas de provocaciones, consiguieron lo que buscaban al filo de la medianoche: romper el cordón vallado y provocar una nueva carga de los antidisturbios, con gases, heridos, detenidos y todo tipo de algaradas por buena parte del barrio de Argüelles, convertido ya en el habitual campo de batalla urbano en la capital de España.

El saldo provisional de la actuación de esos radicales y la posterior respuesta policial materializada por las unidades antidisturbios fue de, al menos, diez personas arrestadas por alteración del orden público, según Delegación. Asimismo, siete personas resultaron heridas, la mayoría por brechas o caídas y en el caso de una de ellas, un policía, tras sufrir una contusión, informaron fuentes de los servicios sanitarios de Emergencias Madrid. El miércoles se realizaron quince detenciones, incluidos dos periodistas a los que la Policía también acusa de desórdenes, y hubo casi una decena de heridos leves.

Pero este jueves, tras la irrupción de los ultras, la atmósfera todavía fue más extrema que en jornadas anteriores. En primera fila se quemaron esteladas, se exhibieron esvásticas por primera vez, se cantaron canciones de la División Azul, hubo más banderas franquistas que constitucionales... Pero, sobre todo, hubo lanzamiento de bengalas, de pelotas de golf, de petardos y de latas llenas a los 300 miembros de las Unidades de Intervención de la Policía (UIP, antidisturbios), que blindaban la zona.

Hasta conseguir el enfrentamiento directo con las fuerzas policiales desplegadas en la zona, los ultras, radicales y neonazis se esmeraron en provocar no solo con el lanzamiento de objetos, sino también con los cánticos e insultos. Y es que después de la contundencia mostrada por los antidisturbios ante Ferraz en las últimas convocatorias, en los últimos días los concentrados han empezado a arremeter en sus proclamas contra los propios agentes, casi tanto como contra Pedro Sánchez o Carles Puigdemont. Además de el lema «El 1 de octubre yo te defendí», se empezaron a escuchar cánticos como «Reducción salarial, Policía Nacional», «Policía Nacional, vergüenza nacional», «Madero no tienes patria» o «Esa Policía está con la amnistía».

Antes de que una noche más la guerrilla urbana se apoderara de Argüelles la protesta había sido igualmente multitudinaria ya que miles de personas había respondido al llamamiento de Revuelta, las juventudes no oficiales de Vox, Noviembre Nacional y Democracia Nacional bajo los lemas de 'Apreteu, una noche más a Ferraz' y 'No nos engañan, Cataluña es España'. El portavoz de Vox en Madrid, Javier Ortega Smith, estuvo presente en la parte pacífica de la concentración antes de que las algaradas tomaran Ferraz.

Eso sí, como todas las anteriores movilizaciones ante la sede nacional del PSOE para protestar por los acuerdos del PSOE con los independentistas catalanes y la amnistía a cambio su apoyo a la investidura de Sánchez, las concentraciones de este jueves tampoco fueron comunicadas previamente a las autoridades para obtener el permiso correspondiente.

El operativo policial incluyó en esta ocasión numerosos agentes de paisano la Brigada de Información de la Policía, para 'señalar' a los violentos. En los últimos días -y singularmente durante los graves incidentes del miércoles por la noche que saldaron con 15 detenidos- la presencia de estos agentes infiltrados se hizo patente con numerosas detenciones en apoyo a los miembros de la UIP.

Antes de que se desataran las algaradas, varios camiones con pantallas en los remolques y mensajes como 'Sánchez, traidor' o 'Es la hora de los españoles', fletados por el colectivo Hazte Oír, pasaron en varias ocasiones por las inmediaciones de la sede socialista provocando aplausos y gritos.

Entre los cánticos e insultos antes de las cargas se escucharon lemas contra Sánchez, Puigdemont y el ministro Fernando Grande-Marlaska. También se oyeron otros como 'No somos ultra, somos españoles', 'Partido Socialista, putero y golpista' o 'No es una sede es un puticlub', además de numerosos ataques contra los medios de comunicación tachándolos de 'prensa española manipuladora'. También hubo gritos contra la Policía Nacional y el Rey Felipe VI.