Koldo, la sombra de Ábalos y la pesadilla del PSOE
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La causa contra el hombre de confianza del exministro socialista por supuesto lucro con las mascarillas ha destapado el comprometedor perfil de quien medró al calor del 'sanchismo'Perfil ·
La causa contra el hombre de confianza del exministro socialista por supuesto lucro con las mascarillas ha destapado el comprometedor perfil de quien medró al calor del 'sanchismo'Todo empezó -al menos lo políticamente más relevante- en la carrera hacia las primarias del PSOE de 2014 que Pedro Sánchez ganó a Eduardo Madina aupado sobre la crucial federación andaluza que comandaba entonces Susana Díaz con mano de hierro y holgadas ambiciones. En aquellos ... días que escribirían la entrada en la hemeroteca del país del hoy presidente, apenas un diputado raso en el Congreso cuando echa a andar esta crónica, alguien llamó poderosamente la atención de las bases socialistas en Navarra que seguían el proceso de elección del futuro secretario general.
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Ese alguien era «el portero del puticlub de toda la vida» de Pamplona, un ecosistema lo suficientemente recogido como para que determinadas cosas no pasen desapercibidas. Ese alguien estaba haciendo de ocasional «chófer de Pedro» en su campaña interna en la comunidad foral y el País Vasco. Ese alguien era Koldo García Izaguirre. El 'hombre sombra' -conductor, escolta, acompañante, asesor, consejero en entidades públicas como Renfe o Puertos- del exministro José Luis Ábalos convertido en nube tóxica para el PSOE en una semana para olvidar.
En Ferraz niegan que García, transmutado en un apestado que ya no era militante del partido cuando el miércoles reventó el pus de sus presuntas mordidas mercadeando con la compra de mascarillas por distintas instituciones en lo peor de la pandemia, tuviera, «ni de lejos», semejante cercanía con quien acabaría llegando a la Monclo contra casi todos los pronósticos.
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Paula De las Heras
Dicen que era Santos Cerdán quien desplazaba en coche a Sánchez por territorio navarro. Pero hay testimonios que apuntan a que fueron el hoy secretario de Organización del PSOE, entronizado como negociador de cabecera del presidente con Carles Puigdemont, y el exlíder del PSN Roberto Jiménez quienes abrieron la puerta del partido a quien había protegido la de los clubes nocturnos de Pamplona. Una vez más, Ferraz rebaja el nexo entre García y Cerdán -«No tienen ninguna relación»- y lo circunscribe a que ambos fueron concejales «en lo más duro del terrorismo de ETA», uno en Huarte y el otro en Milagro. Y a que el número tres del PSOE ayudó laboralmente a su excompañero de sigla. El trabajo inicial de chófer que asumió para Ábalos.
Nacido en Barakaldo (Vizcaya) hace 54 años, Koldo García compaginó su militancia socialista y en la UGT haciendo de guardaespaldas del histórico Nicolás Redondo.
Ya en Navarra, donde ejerció en clubes nocturnos y fue edil en Huarte (2011-2015), hizo campaña por Sánchez en las dos primarias y acabó junto a Ábalos en Ferraz y el Gobierno.
Sobre García pesan sospechas de blanqueo, organización criminal, cohecho y tráfico de influencias.
Antes de todo, de la vida junto a su mujer, la socialista navarra Patricia Úriz, en la comunidad foral desde la que saltaría a Madrid, García, baracaldés de nacimiento, se había fojado como guardia privado de seguridad protegiendo, entre otros, al histórico Nicolás Redondo. Un tipo corpulento y tosco en los tiempos duros en la Margen Izquierda del Nervión y bajo la amenaza etarra. Alguien premiado por la Policía navarra por contener cívicamente una reyerta, pero con una condena en 1995 por lesiones -fue indultado, qué paradoja, por el Gobierno de Aznar- y otra años después por agredir a un adolescente.
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Pero eso fue en la otra vida, en la anterior a aquellas primarias de 2014 y luego a las concluyentes de 2017 en las que hizo algo tan llamativo como para que un agradecido Sánchez le citara por su nombre de pila en sus memorias iniciáticas, el ya celebérrimo 'Manual de resistencia': Koldo tuvo tanto celo como para custodiar dos noches seguidas, sin moverse de la oficina, los avales del candidato a la secretaría general entonces enfrentado ya a Díaz. «El último aizkolari (cortador de troncos con hacha) socialista», un «titán» ejemplo para la militancia, le regalaría los oídos Sánchez en la campaña interna de hace una década con su elogio en Facebook.
Cuentan que no todo fue tan cristalino; que García era, también, quien recogía en mano donaciones para la carrera del aspirante. Sánchez fue defenestrado tras 2014 pero resucitó en 2017, hizo secretario de Organización a Ábalos con Cerdán de escudero, le nombró ministro de Fomento cuando alcanzó la Moncloa y García se erigió en el comodín para todo; incluido llevar a su jefe a Barajas para su clandestino encuentro con la vicepresidenta de Venezuela Delcy Rodríguez. «Torrente uno y Torrente dos», malician quienes reprueban los lazos del titular de Transportes con su sombra. Este miércoles, Koldo comenzó a afrontar otra vida, ésta escrita por Anticorrupción y el juez Ismael Moreno con una tinta penal de impredecible mancha política.
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