La fusión de Air Europa se retrasará a fin de año pendiente de las sombras del 'caso Koldo'

Más aún cuando no está previsto que el Ejecutivo comunitario vaya a dar luz verde a esa integración de aerolíneas a corto plazo. Es más, esta primera parada en el camino (un 'stop' técnico que ha puesto en marcha Bruselas) provocará que la fusión definitiva no se materialice hasta bien entrado 2024 e incluso apurando los plazos: el último día para hacerlo expira el 23 de febrero de 2025. Porque, avisan, habrá más 'stop' a lo largo del año.

El mercado confía en que Air Europa y la matriz de Iberia terminen por integrarse tarde o temprano. Lo requiere un mercado cada vez más competitivo en el que hace falta generar muchas más sinergias de costes y optimizar las rutas que comparten y operan ambas compañías tanto en España como, sobre todo, hacia América Latina. Pero la avalancha de titulares que ha dejado la investigación sobre el que fuera hombre de confianza del exministro de Transportes, José Luis Ábalos, y todos los satélites a su alrededor han ensombrecido la trayectoria de la fusión, que se daba por encarrilada.

El epicentro de esa relación la constituyó Víctor de Aldama, presidente del Zamora y quien fuera asesor externo de la aerolínea. Ejerció esas labores para tratar de solucionar los problemas que Air Europa tenía con Venezuela, cuyo gobierno aún le adeuda casi 200 millones de euros por las operaciones y pagos realizados desde hace más de una década y cuya liquidación está pendiente no solo para esta firma sino para otras muchas del sector aéreo.

Esa gestión se hizo patente también durante el confinamiento. Air Europa tenía la necesidad de transportar mascarillas desde China ante la demanda de este producto que apenas existía en España. De la treintena de vuelos fletados, en una pequeña parte de ellos De Aldama ejerció como mediador. Y ahora aquellos trabajos están siendo investigados por la Justicia.

En Air Europa han tratado de desvincularse desde el primer momento del proceso judicial abierto en torno a la 'operación Delorme'. Ejerció como asesor externo, una «figura muy habitual», insiste Air Europa, aunque desde la aerolínea apuntan que su papel no fue relevante ni en la gestión del transporte de mascarillas ni con los pagos pendientes de Caracas ni en la autorización del préstamo que el Estado concedió a Air Europa para salvarla a finales de 2020.

Porque en esa negociación para obtener la financiación de la SEPI (Sociedad Estatal de Participaciones Industriales) también se están centrando miradas acerca de quiénes pudieron intervenir en el proceso. Fue en el verano de 2020 cuando Air Europa mantuvo reuniones con la Administración tanto a nivel técnico (abogados del Estado) como a nivel político, como el ministro de Transportes de la época, José Luis Ábalos, o la entonces vicepresidenta económica, Nadia Calviño. Algunas fuentes apuntan que el proceso fue tan extremo que Air Europa se llegó a plantear paralizar la operación e ir al concurso de acreedores al comprobar que no les llegaría el rescate ni en poco tiempo ni en la cuantía precisada. Aunque su pacto previo con IAG para fusionarse les impediría romper la baraja.

En ese calendario temporal también se cruza la mujer del presidente del Gobierno. De hecho, el PP ha presentado una denuncia ante la Oficina de Conflicto de Intereses para determinar si Pedro Sánchez se debía haber inhibido en el Consejo de Ministros que autorizó el rescate de 475 millones a Air Europa para salvarla del cierre. Se basan en la relación de Begoña Gómez con el 'hub' de innovación turístico Wakalua (antiguo negocio de Globalia) que firmó un acuerdo con IE, la empresa en la que trabaja Gómez, para financiar algunas acciones, como becas de estudio.