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El exresponsable de relaciones internacionales de Convergència, Víctor Terradellas, que participó en los contactos entre Puigdemont y los ciudadanos rusos, ha restado este viernes importancia a las reuniones que el independentismo mantuvo con supuestos emisarios del Kremlin. «Tuvimos contactos con todo el mundo ... y de forma anecdótica con los rusos. En aquel momento convulso hubo aquella reunión que quedó en nada, pura anécdota», ha asegurado en Catalunya Ràdio. Se refería a la reunión que mantuvo Carles Puigdemont en el Palau de la Generalitat, el día 26 de octubre de 2017, el día anterior a la declaración unilateral de independencia, con dos ciudadanos rusos: Nikolay Sadovnikov y Sergey Motin. Si Puigdemont fuera imputado por un delito de alta traición, podría quedar fuera de la amnistía.
El independentismo nunca ha aclarado en calidad de qué recibió el presidente de la Generalitat a estas dos personas en la sede oficial del Gobierno catalán y justo el día más delicado de su mandato. El Parlamento europeo voto ayer de forma mayoritaria una resolución que insta a España a investigar la llamada trama rusa del 'procés'. El pronunciamiento de la Eurocámara llegó días después de que el juez del juzgado de instrucción 1 de Barcelona, Joaquí Aguirre, dictara un auto, según el cual prorroga otros seis meses la investigación de la presunta trama rusa del 'procés'. En la causa, están investigados el propio Terradellas y Josep Lluís Alay, mano derecha de Puigdemont y director de su oficina de expresidente. Terradellas ha confirmado este viernes que ya no milita en Junts, porque cree que no es un partido independentista, sino regionalista.
El juez asegura que hay abundante documentación que confirmaría la «estrecha relación» personal entre algunos de los investigados en la causa con individuos de nacionalidad rusa, alemana o italiana. Algunos de ellos, dijo el juez, mientras ocupaban «cargos diplomáticos o relaciones con los servicios secretos rusos», otros miembros influyentes de partidos políticos de extrema derecha alemana o italiana y con intereses en establecer relaciones de influencia política con el Govern si Cataluña se independizaba. Apuntó incluso que en caso de guerra entre Rusia y la UE, podría producirse la salida de España de la UE «por causa de la independencia unilateral de Cataluña apoyada por el Gobierno ruso, mediante soporte económico y militar, ofrecimientos ambos ya conocidos en esta instrucción».
El juez citó a la exconsejera Elsa Artadi, muy próxima a Carles Puigdemont, ahora apartada de la política, que declaró en sede judicial que participó en dos reuniones con dos personas que hablaban ruso y cuyos nombres dijo desconocer. Acudió por indicación de Carles Puigdemont. Hablaron de criptomendas. Una reunión fue en un hotel. La segunda fue en la casa del Canonges, en el Palau de la Generalitat y con presencia de Puigdemont. Fue el día antes de la declaración unilateral de independencia. Esta es la reunión a la que se ha referido este viernes Víctor Terradellas. Lo que no han aclarado en el entorno de Puigdemont es por qué si la primera reunión en un hotel ya fue una anécdota, por qué hubo una segunda cita, ya más formal en el Palau de la Generalitat.
El juez cree que hace falta ampliar las líneas de investigación, en parte, por una investigación de OCCRP, organización de lucha contra el crimen y la corrupción, que concluye que uno de los que acudieron a la cita con el expresidente de la Generalitat fue identificado como un antiguo diplomático ruso. Según este informe, los servicios secretos franceses lo identifican como un actor de la diplomacia en la sombra, que «actúa a las órdenes directamente del presidente Putin». «Varios testimonios, recuerda el juez sobre el citado informe, confirman la oferta que le realizaron a Puigdemont de soldados y millones de dólares a cambio de que una Cataluña independiente fuera una Suiza de las criptomendas.
Terradellas, en cambio, ha tratado de quitar importancia a los encuentros con los rusos. «[Mas y Puigdemont] se reunían con mucha gente que nosotros creíamos que era interesante hablar siempre sobre la base de lo que era el proceso de independencia catalán pacífico», ha reiterado.
Puigdemont negó ayer la trama rusa del 'procés'. Aseguró que no existió, a pesar de los contactos admitidos por sus más estrechos colaboradores. El expresidente acusó al juez Aguirre de reactivar el caso, coincidiendo con el debate de la ley de amnistía. Este caso «guarda bastantes similitudes con la construcción de la teoría de la conspiración en los atentados del 11-M», aseguró en una carta enviada a los eurodiputados. Para Puigdemont, se han «fabricado conclusiones a partir de hechos que no tienen relación entre sí».
«Consta acreditado», afirmó el magistrado, que el investigado Josep Lluis Allay mantuvo conversaciones con Gonzalo Boye, abogado del líder de Junts, que «revelan de manera inequívoca sus contactos con altos dirigentes del Kremlin».
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