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S. Rodríguez
Domingo, 29 de octubre 2023, 00:05
Lo más parecido a una última foto de familia se tomó en Atenas, a principios de este año, en el funeral por el rey Constantino, hermano de la reina Sofía. Y ni estuvieron todos –faltaban la princesa Leonor y la infanta Sofía– ni se les ... llegó a ver al tiempo juntos –los reyes Felipe y Letizia accedieron a la catedral por separado–. La que fuera Familia Real hasta junio de 2014, con don Juan Carlos como jefe de la Casa, se había roto años antes, en 2011, con el señalamiento público y judicial de Iñaki Urdangarin en el 'caso Nóos'; la que es familia del Rey desde que Felipe VI se colocó la corona tan solo se ha reencontrado en funerales y en una celebración: el 80 cumpleaños de doña Sofía, en noviembre de 2018. La emérita hizo lo que parecía imposible, reunir a sus hijos y nietos en Zarzuela. Meses antes, cuando el rey Juan Carlos alcanzó ese cifra, no aparecieron en la foto la infanta Cristina ni sus tres hijos.
Este martes 31 de octubre la celebración privada del 18 cumpleaños de la heredera al trono propiciará que los Borbón actualicen su álbum familiar. Se citarán en el Palacio del Pardo, escenario en su día de la pedida de mano de los hoy reyes Felipe y Letizia, y también de la recepción previa a su enlace. Será una noche de reencuentros en la que la princesa Leonor se rodeará de tíos y primos (estarán la mayoría, pero no todos, Victoria Federica se encuentra de viaje); también abuelos. Desde que don Juan Carlos decidió voluntariamente exiliarse a Abu Dabi no ha vuelto a estar con la joven que está llamada a convertirse en jefa de Estado.
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S. Rodríguez
S. Rodríguez
Hasta finales de 2011 era habitual ver a don Juan Carlos y doña Sofía acompañados de los príncipes de Asturias y las infantas Elena y Cristina y sus maridos, también de los pequeños de la casa en el tradicional posado estival de Marivent, o en bautizos y comuniones. Pero aquello se acabó. Comenzó entonces la descomposición del núcleo familiar, al menos de forma pública. Zarzuela, ante las primeras informaciones que vinculaban a Iñaki Urdangarin con un caso de corrupción, decidió poner un cordón sanitario y apartó a los duques de Palma de toda actividad de la Casa Real. Bien es cierto que años antes, en 2007, Jaime de Marichalar fue el primero en caerse de la foto tras su separación y posterior divorcio de la infanta Elena –en agosto de aquel año, en la escalinata de Marivent, posaron por última vez los reyes Juan Carlos y Sofía, con sus tres hijos, nuera y yernos, y sus ocho nietos–.
Los siguientes en salir de la foto fueron la infanta Cristina y su marido, y de carambola la infanta Elena. Las investigaciones del 'caso Nóos' avanzaban y pintaban bastos para los duques de Palma. La Familia Real limitó su agenda a los reyes Juan Carlos y Sofía, y a los príncipes Felipe y Letizia, en quienes se puso el foco. La sucesión estaba ya próxima.
Doña Sofía, no obstante, hizo lo posible para que los escándalos no salpicaran a los pequeños de la familia y reunió todos los veranos, hasta que pudo, a sus ocho nietos, Felipe Juan Froilán, Victoria Federica, Juan Valentín, Pablo Nicolás, Miguel, Irene, Leonor y Sofía. Son su devoción.
Dicen que se fotografía con ellos, ahora por separado, siempre que puede. Es conocida la gran afición de la reina emérita a la fotografía: realiza unas 10.000 al año. Y sonado fueron sus pinitos como editora gráfica con la postal navideña de 2005, en la que añadió nietos con más buena voluntad que destreza. Poco le importó. «Tenía la foto del Rey –Juan Carlos– y mía con Leonor, así que cogí la del verano anterior en Mallorca con los otros nietos y los coloqué debajo. Inmediatamente comenzaron los comentarios, que si Victoria no tenía brazos y no sé cuantas cosas más. Pero no me importa, estoy orgullosísima», dijo entonces doña Sofía a un reducido grupo de periodistas en el vuelo de vuelta de un viaje de cooperación. Y tan cierto es que hizo oídos sordos que al año siguiente repitió fotomontaje.
La idílica familia, se vio con el tiempo, hacía aguas por todos sitios y la abdicación de don Juan Carlos, la llegada al trono de Felipe VI, modificó la composición de la Familia Real. Las infantas Elena y Cristina perdieron todo estatus dentro del organigrama de Zarzuela, que respetó como miembros de la Casa Real a don Juan Carlos y doña Sofía, junto a los Reyes y sus hijas Leonor y Sofía.
No fue lo único que perdió Cristina de Borbón, que en junio de 2015, un año después de la proclamación como Rey de su hermano, fue despojada del Ducado de Palma por el mal uso del mismo –sonado fue el correo electrónico que salió a la luz firmado por Iñaki Urdangarin como Duque emPALMAdo–.
El cambio en la jefatura del Estado hizo más evidente el distanciamiento entre Felipe y Letizia y el resto de la familia. Los Reyes se han cuidado, muy mucho, de ser vistos, y fotografiados, en público primero con la infanta Cristina y después con don Juan Carlos. La institución, sostiene el Rey, está por encima de lo demás.
Desde su marcha a Abu Dabi, el rey emérito recibió las visitas de sus dos hijas y también de sus nietos. Mayúsculo fue el escándalo cuando trascendió que las infantas Elena y Cristina habían aprovechado alguno de esos viajes para ser vacunadas de covid para no tener que aguardar su turno en España. Y no menos mediática fue la imagen en la que aparecían las infantas y sus hijos con don Juan Carlos en la Semana Santa de 2022, dado que a Pablo Urdangarin no se le veían las piernas por lo que –esta vez sí– resultó ser un efecto óptico. La reina emérita nunca ha llegado a visitar a su marido en su exilio voluntario.
Será ahora, en el Palacio del Pardo y con Leonor como protagonista, cuando la reina Sofía podrá cumplir el anhelo de inmortalizarse de nuevo con todos sus nietos al tiempo, después de que este pasado verano hubiera un amago de acercamiento de Felipe VI y sus hermanas que a última hora fue frustrado por Zarzuela.
Y será la cuarta visita a España del rey emérito desde que instalara su residencia en Abu Dabi, en la que se propiciará el segundo encuentro en Madrid de don Juan Carlos con su hijo desde que se instalara en Abu Dabi; la primera, en la primavera del año pasado en Zarzuela, se produjo tras la mediática reaparición del emérito en Sanxenxo. Horas y horas en palacio para hacer comprender a quien fuera jefe de Estado durante casi cuatro décadas que con su comportamiento dañaba la imagen de la Corona. Ahora, dice el círculo de don Juan Carlos, el emérito quiere mantener un nuevo encuentro privado con Felipe VI, quizás para lo que es un deseo expresado en voz alta por don Juan Carlos: volver a residir en España.
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