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La reunión de este viernes entre el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, con su homólogo estadounidense, el secretario de Estado Antony Blinken, en Washington tendrá como telón de fondo el inminente reconocimiento del Estado palestino por parte del Gobierno español, según el compromiso ... adquirido por el presidente Pedro Sánchez. Un reconocimiento que el Ejecutivo podría consumar el 21 de mayo, aunque ni Albares ni Moncloa confirman aún fecha concreta alguna. Sánchez ya ha pedido comparecer ante el Congreso el 22 de mayo lo que apunta a que la decisión lleva ya tiempo tomada.
A quien sí le consta esta fecha es el alto representante de la UE, Josep Borrell, quien este jueves afirmaba en RNE: «Me consta porque me lo ha dicho el ministro Albares, y porque el Gobierno esloveno ha aprobado un decreto que va a someter a la aprobación del Parlamento en la misma dirección. Por tanto, serían tres países, y probablemente después habrá más, porque Bélgica estaba decidida a hacerlo, pero ha retrasado la decisión buscando más países que participen en ello».
Fuentes diplomáticas aseguran que la declaración será aprobada en Consejo de Ministros que puede ser ordinario y en tanto que el reconocimiento de los Estados es competencia discrecional del Ejecutivo, la comunicación corresponde al presidente del Gobierno, al jefe del Estado o al ministro de Exteriores. Pero teniendo en cuenta que este tema ha sido una de las prioridades en la agenda de Sánchez, con una gira por cuatro capitales europeas para impulsar el reconocimiento, todo apunta a que será el propio Sánchez quien comunique la decisión.
En el encuentro entre Albares y Blinken se espera que el ministro español traslade a EEUU la anunciada decisión por parte de España, aunque estas mismas fuentes recalcan que no se trata de dar explicaciones al principal aliado de Israel y que Washington no ha preguntado en ningún momento a España por este reconocimiento. Asimismo, la reunión bilateral llevaba planeada desde hace tiempo con Gaza, Ucrania, la próxima cumbre de la OTAN en julio y la situación en el flanco sur y las amenazas híbridas -que combinan la utilización de las fuentes de energía y los flujos migratorios como arma de política exterior- en el Sahel, así como la limpieza de Palomares.
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El titular de Exteriores abordará el delicado asunto del reconocimiento de Palestina con su interlocutor estadounidense el mismo día en el que España votará en la Asamblea General de Naciones Unidas en Nueva York una resolución que coexponsoriza con otros Estados árabes para pedir que Palestina asuma el estatus de miembro de pleno derecho en este organismo. Y en clave nacional, en pleno cisma del Gobierno con Sumar, su socio minoritario, que afirmó el miércoles que «Israel es un Estado amigo del genocidio». El choque, originado por las cartas de advertencia del ministro Bustinduy a empresas españolas con intereses en Oriente Próximo, derivo a su vez en otro encontronazo diplomático con el Estado hebreo que escaló a la categoría de protesta formal por parte de su Embajada en Madrid, que acusó a parte del Ejecutivo de «dar alas a Hamás». Hace apenas tres semanas, EEUU -principal aliado del país que lidera Benjamín Netanyahu- vetó el intento palestino de ser reconocido como Estado en la ONU.
Más allá de los desencuentros entre los ministros del PSOE y Sumar por defender sus propias posiciones y pese a que el reconocimiento de Palestina es una decisión que se adopta por el Consejo de Ministros y que, por tanto, no necesita el aval del Parlamento, Sánchez no ha buscado un consenso de ámbito nacional con el principal partido de la oposición. Aunque históricamente la postura de PSOE y PP sobre el conflicto israelí-palestino ha sido la de que España defiende la solución de dos Estados, y pese a que en 2014 los populares votaron en el Congreso a favor de la iniciativa que instaba al Gobierno de Mariano Rajoy a reconocer a Palestina, la formación que lidera Alberto Núñez Feijóo ha adoptado un perfil bajo en un asunto que no le es especialmente cómodo ni rentable en términos políticos.
La situación en Oriente Próximo no será el único asunto sobre el que departirán Albares y Blinken en su segundo encuentro en apenas un año. En la agenda bilateral también figura Ucrania, al que España acaba de incrementar su apoyo militar con la entrega de un lote de misiles antiaéreos Patriot. Esta guerra será uno de los ejes centrales de la cumbre que la OTAN celebrará entre 9 y el 11 de julio en la capital estadounidense para conmemorar el 75º aniversario de la fundación de la Alianza, a la que acudirá Sánchez y a cuya preparación dedicará parte de sus conversaciones el ministro de Exteriores.
Asimismo, el jefe de la diplomacia española retomará con su homólogo las conversaciones sobre la limpieza adicional por EEUU de las tierras contaminadas en Palomares (Almería) en el accidente aéreo de 1966. Un asunto que ya trataron en mayo de 2023 en este mismo escenario y que sirvió para preparar el cara a cara posterior en la Casa Blanca entre Sánchez y Joe Biden sin mayores avances. El asunto lleva pendiente desde 2015, cuando el entonces secretario de Estado, John Kerry, y el ministro de Exteriores, José Manuel García-Margallo, firmaron en Madrid una declaración de intenciones para una «rehabilitación mayor» del entorno de Palomares y acometer el traslado de tierra contaminada a un «emplazamiento adecuado» en EE UU.
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