El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en el Congreso de los Diputados. EP

El adelanto de las catalanas al 12 de mayo reta a Sánchez y le obliga a renunciar al Presupuesto

El Gobierno asume que la decisión de Aragonès «altera el tablero» pero niega que la legislatura esté «en riesgo»

Paula De las Heras y Cristian Reino

Madrid | Barcelona

Miércoles, 13 de marzo 2024, 21:38

Ni el 'caso Koldo', ni la denuncia contra la pareja de Isabel Díaz Ayuso por fraude fiscal. La noticia saltó este miércoles por donde menos esperaban los dos principales partidos nacionales, enfrascados en los últimos días en arrojarse a la cabeza sus respectivos escándalos de corrupción ... . El runrún había comenzado la víspera, pero apenas nadie le había prestado atención y finalmente se convirtió en realidad. El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, anunció a media tarde la convocatoria de elecciones en Cataluña el próximo 12 de mayo después de que sus intentos de convencer a En Comú Podem de que le salvara los Presupuestos cayeran en saco roto. La decisión pone fin a la convulsa legislatura catalana con ocho meses de antelación y añade también tensión al ya inestable mandato de Pedro Sánchez.

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Tras semanas de zozobra, desde el fiasco de las elecciones gallegas del 18 de febrero y el estallido del caso que ya se ha llevado por delante al exsecretario de Organización y exministro socialista José Luis Ábalos y salpica a otros cargos del partido, el Ejecutivo cerró la semana pasada con Junts y ERC el pacto que permitió desatascar la polémica ley de amnistía y, ahora, confiaba en poder lanzar un mensaje de cierta normalidad con la presentación, en breve, de los Presupuestos Generales del Estado. Pero ese objetivo se ha tornado de la noche a la mañana en inalcanzable.

La vicepresidenta primera y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, ya admitió abiertamnente en los pasillos de la Cámara baja, poco después de la comparecencia de Aragonès, que la decisión del presidente catalán «altera el tablero político», aunque, en un primer momento, se negó a dar nada por perdido. Los socialistas argüían que no son ellos quienes han provocado la caída del Govern y que los republicanos debían ser conscientes de cuál ha sido su actitud. Solo Salvador Illa apoyaba el proyecto de Presupuestos catalán.

Desde Moncloa se traslada incluso también cierto malestar con Yolanda Díaz, a la que hacen corresponsable de la posición de los comunes, los aliados catalanes de Sumar, que supeditaban la retirada de su enmiendda de totalidad a las cuentas catalanas a la renuncia al megacomplejo de ocio, turismo y casinos Hard Rock, en Tarragona. A última hora de la tarde, sin embargo, el Ejecutivo, asumió la situación.

Fuentes de la Generalitat ya habían dejado claro para ese momento que hubiera sido la que hubiera sido la voluntad del PSOE, las negociaciones sobre los Presupuestos de Sánchez se verían afectadas. «No somos hermanitas de la caridad», advirtieron. «No pueden pretender que nos quedemos aplaudiendo la decisión de los comunes, que también forman parte del Gobierno».

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El PSOE trata ahora de quitar dramatismo al nuevo escenario. Aunque en las últimas semanas, la portavoz del Ejecutivo, Pilar Alegría, ha insistido en que tener los Presupuestos de 2024 era importante para poder desarrollar su proyecto, tanto el ministro de Economía, Carlos Cuerpo, como el de Transportes, Óscar Puente, han defendido también que no tenerlos no sería el fin del mundo. Y ese es ahora el mensaje. Sánchez seguirá adelante con o sin nuevas Cuentas para este año, que comenzó con los de 2023 prorrogados. La orden es centrarse ya en las de 2025. «Yo sí quiero decir    – anticipó ya de antemano Montero – que hay un trabajo preparado».

El impacto del terremoto

Las consecuencias que este nuevo terremoto puede tener a medio plazo para la legislatura son, en todo caso, inciertas. La vicepresidenta tercera, Teresa Ribera, dijo no temer «en absoluto» por su continuidad porque «la relación es muy fluida con los distintos actores». Sin embargo, mientras dure la campaña electoral, en una fiera competición entre ERC, Junts y el PSC, la posibilidad de llegar a acuerdos se dificulta. Y en función de cuál sea el resultado, el impacto sobre la política nacional será incuestionable.

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Una cita electoral tan prematura en Cataluña no era, en todo caso, el escenario ideal para nadie. Los republicanos estuvieron negociando con la formación de Ada Colau hasta el último momento para evitarla, pero el acuerdo no fue posible. En Comú acude a las urnas en una posición de debilidad, pero su análisis es que sus expectativas habrían sido aún peores de haber dado su brazo a torcer en un asunto tan sensible para su electorado.

Aragonès podría haber resistido un poco más. Pero también él ha calculado que, dado el nuevo marco, debía hacer de la necesidad virtud ahora que Illa puede sufrir cierto desgaste por el 'caso Koldo' y Junts no ha designado aún candidato.

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