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El bar Trompeta de Plata, en la calle Trinidad de Logroño, se marcó este jueves un 'solo' épico con el 41665, al que está abonado desde hace más de dos décadas. Su fidelidad se vio premiada con creces y el número resultó agraciado con el ... mayor premio del Sorteo del Niño. La propietaria del establecimiento, Yolanda Jiménez, no podía cuantificar la cantidad exacta de millones de euros que han repartido, pero confirmó que se vendieron «muchas series», las últimas a velocidad de vértigo, en su inmensa mayoría a vecinos del barrio. En general, «personas trabajadoras y humildes», algunas de ellas muy necesitadas, a «las que les hacía falta», este guiño de la diosa fortuna.
Al poco de conocerse la noticia, la clientela habitual se arremolinó en la entrada del local, donde se sucedieron las felicitaciones, los brincos de alegría, las lágrimas de emoción, alguna botellas de cava agitada y los selfis para inmortalizar un 6 de enero histórico. La mayoría de los que se acercaron -un coche de la Policía Local cortó el tráfico rodado en ese tramo de Trinidad ante el gentío reunido- había sido agraciada y se veía «viviendo el anuncio de la lotería en la tele», aunque también hubo algún asiduo del Trompeta que no había comprado el décimo y que, sin embargo, se sumó a la fiesta.
Yoli, como la conocen sus clientes, dijo sentir «una alegría muy grande», ya que «está repartido por todo el barrio y hay gente a la que esto le ha venido tremendo porque está necesitada o no tiene trabajo». «¡A mí también, eh!», aclaraba, confesando que su familia también resultó premiada, así como las tres camareras empleadas en un local que regentan desde hace 37 años. Sin embargo, Jiménez no pudo precisar cuántos millones de euros repartieron ayer con «un número que antes tenía la cafetería Los Leones y que empezamos a jugar mi marido Juan Antonio y yo porque me gusta mucho». «Solo el último día -explicó- me trajeron 15 series (150 décimos) y las vendimos en día y medio, pero es que antes habían sido muchísimas más». Lo importante, en todo caso, es que fue una lluvia de millones que «ha llegado a mis clientes, que son buenísimos, a algunos de los cuales les hacía falta». Gente común a la que ayer asaltaron los medios de comunicación. Estos son algunos de los protagonistas:
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«Este décimo me ha quitado todos los males de este año», explicaba José. A saber: la crisis desatada por el COVID le obligó a cerrar su tienda de textil, pero el premio del Niño «me soluciona la vida y me permite volver a empezar por todo lo alto». El joven se enteró de la buena noticia a través de su madre y, «aunque lo he comprobado al momento, no me lo creía».
Rafael
Este jueves fue la primera ocasión en su vida en la que la que le tocó la lotería Rafael. Llevaba un décimo, 168.000 euros después de impuestos que destinará a «esta hucha», en referencia a su hija, a tapar algún agujerito y a disfrutar lo demás».
Goyo, Begoña y Sandra
También este jueves fue la primera ocasión en la que el azar se fijó en Goyo y su esposa Begoña, a pesar de que lleva «toda la vida jugando en este bar porque soy vecino, y estamos todos los del barrio todos los días echando un vinito». Retirado, el importe del premio lo va a destinar a «ayudar a la chica», una moceta que no podía contener el llanto de alegría.
Pedro
Pedro se enteró de que le había tocado el primer premio del Niño «en directo». Estaba siguiendo la retransmisión del sorteo y tenía memorizado el 41665 porque «llevo 20 años jugándolo». «Cuando he visto una a una las cifras que iban sacando me he dado cuenta de que ¡las tenía todas! ¡No me lo podía creer!» De inmediato se acercó al bar: «Esto es el anuncio de la tele hecho realidad; los mejores Reyes posibles».
Marisa e Inmaculada
Inmaculada avisó a Marisa de la noticia: «Nos ha tocado el primer premio del Niño!». Dinero que destinará a «pagar la carrera universitaria de mi hija y después a tapar agujeros, un viajecito y el resto lo ahorraré». Un grandísimo regalo para un día mágico como el 6 de enero y que era «muy esperado» porque «llevamos años jugando y nunca nos había tocado». Por su parte, Inmaculada todavía no hacía planes y se centraba en explicar cómo había transcurrido todo: «A nosotros nos ha llamado un amigo y nos lo ha dicho, y la verdad es que no nos lo creíamos, hasta que finalmente lo hemos comprobado y hemos empezado a llamar a las familias y a los amigos». Un premio que es «una alegría, porque nos ha tocado a gente del barrio y está repartidísimo».
Chema
A Chema le han caído 84.000 euros, porque comparte el décimo con su hermana. Antes vivía en el barrio, «conozco a Yoli», pero lo cierto es que le ha tocado de forma casual. Un día quedó a tomar un café en el Trompeta de Plata con su cuñado y fue cuando adquirieron a medias el décimo: «Fue mucha suerte, porque ese día me tocó trabajar por la tarde, lo que no es habitual, y por la mañana vine aquí, me encontré con mi cuñado y nos compramos el décimo a medias». Chema, que se enteró tras llamarle su hermana, piensa que «algún viajecito habrá que hacer».
Ana
Con los ojos inundados de lágrimas, Ana se abrazaba a Olivia, «¡que es de Albelda como yo y a la que también le ha tocado!», aunque ninguna acababa de creérselo todavía. Ana nos explicó que recientemente se había quedado sin trabajo y que «Yoli, a la que quiero como a una tía, me vendió como un favor el décimo porque ya no tenía apenas». Lo comparte con una amiga, así que les han tocado 84.000 euros, que «me sirven para vivir con tranquilidad y pagar mis hipotecas y mis cosas», sin descartar un capricho: «¡Me voy al Caribe!»
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