
«Los anteriores aranceles fueron del 25% y lo cierto es que gran parte del sector ya temíamos que iba a haber que bregar finalmente con alguna tasa, pero desde luego el 200% nos sacaría de mercado». Así se expresa Jorge Rivero, director comercial del grupo vitivinícola Marqués de Atrio, que recientemente ha abierto una oficina en Miami para impulsar las exportaciones de vino a EE UU y el resto de América.
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El nuevo órdago que lanzó este jueves el presidente norteamericano, Donald Trump, a la Unión Europea, con la amenaza de un arancel del 200% a vinos, espumosos y licores europeos, ha puesto en guardia a todo el sector vitivinícola riojano. No en vano, EE UU es el tercer mejor mercado en volumen para Rioja, pero segundo en valor y uno de los pocos que mantiene un comportamiento positivo sostenido durante los últimos años: «Hay que ser prudentes y esperar acontecimientos, pero un arancel del 200% hará inviable la exportación, como le sucedió a Australia con China, cuando le impuso importantes aranceles por el covid y las ventas se desplomaron totalmente abriendo una crisis muy importante en el país productor», recuerda Rivero.
De nuevo, el vino podría ser moneda de cambio y llevarse la cruz en una nueva guerra arancelaria como ya sucedió en 2019, cuando por un conflicto por las ayudas concedidas a los grandes fabricantes de aviones, el vino, la aceituna y el aceite de oliva de unos pocos países europeos, entre ellos España, acabaron encareciéndose para el consumidor norteamericano por las tasas.
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Trump anunciaba los nuevos aranceles del 200%, ocho veces superiores a los que impuso durante año y medio en su anterior mandato, en respuesta a la decisión de la UE de gravar con un 50% las importaciones de bourbon americano. Una medida con la que Europa replicaba, a su vez, a los aranceles que el propio Trump ha impuesto al acero y aluminio europeos y que entraron en vigor el pasado miércoles: «Si el arancel no es retirado de inmediato [en referencia al bourbon], EE UU muy pronto colocará una tasa del 200% al vino, champán y bebidas alcohólicas que salgan de Francia y de otros países de la UE. Será genial para los negocios de vino y champán de EE UU», amenazó Trump en su red social nada más arrancar la jornada laboral en su país. Una espiral muy peligrosa, aunque aún con margen de negociación, puesto que los aranceles anunciados por Europa no entraría en vigor hasta el 1 de abril.
De momento, la preocupación es máxima en el sector. José Luis Benítez, director general de la Federación Española del Vino (FEV), es también claro: «Una medida así sacaría a los vinos españoles y europeos de todo el mercado de EE UU y es algo que no nos podemos permitir».
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17% crecieron las exportaciones
de vino de Rioja en 2024, el mejor mercado en volumen y valor en los últimos años.
10,5 botellas
de cada cien exportadas con la 'contra' de Rioja tienen como destino EE UU.
El portavoz de la patronal vinícola española urge en este sentido al Gobierno de España y a la UE «a ponerse a negociar cuanto antes y resolver las disputas comerciales que ya existen con otros productos como el acero y el aluminio». «Una vez más, el vino, junto con otros productos agroalimentarios, se convierte en rehén de una disputa comercial ajena a su sector».
EE UU es el segundo mercado para el vino de Rioja, con 10,5 millones de litros comercializados en 2024 y con un crecimiento del 17%, muy por encima del del conjunto de las exportaciones, y en un momento además crítico por el desequilibrio de existencias. Así las cosas, la importancia estratégica del mercado norteamericano es clave y difícilmente sustituible, no sólo por las ventas en botellas (más de una de cada diez se comercializan allí), sino porque es uno de los mercados que tiene precios medios más altos (15% de total de la facturación exterior).
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De hecho, pese a que se venden casi un millón de botellas más en Alemania, en facturación EE UU está claramente por encima. El pasado mes de enero las ventas de vino de Rioja a Estados Unidos han vuelto a crecer el 25% respecto al mismo mes de 2024, aunque seguramente impulsadas por bodegas que llevan algunos meses enviando más vino de lo habitual ante los riesgos arancelarios.
En este sentido, al margen del nuevo 'calentón' del presidente Trump, lo cierto es que los aranceles que impuso en su momento en 2019 no están eliminados, sino pendientes de revisión en 2026. El vino, el aceite de oliva y la aceituna fueron entonces 'víctimas colaterales' del enfrentamiento entre la Administración republicana por la guerra entre Airbus y Boeing.
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Trump impuso aranceles del 25% a los mencionados productos alimentarios, en el caso de los vinos para aquellos de más de 14 grados. Libraron los blancos y los espumosos, pero la mayoría de tintos se vieron penalizados, dejando además a los vinos españoles en inferioridad frente a los de otros países como Italia, Grecia o Portugal, ya que los aranceles afectaban únicamente a España, Francia y Alemania, donde hay fábricas de Airbus.
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