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¿Cómo reciben diferentes sectores económicos riojanos los anuncios proteccionistas de Donald Trump? Diario LA RIOJA ha hablado con representantes de tres de ellos (el del vino, el aceite y el calzado) y estas son sus impresiones.
El sector del vino ya tiene experiencia con ... Donald Trump y su política arancelaria. Por eso, no es de extrañar que Íñigo Torres reconozca la existencia de «cierta preocupación» en ese mundo ante el regreso del republicano a la Casa Blanca, acompañado de sus discursos proteccionistas. «Estados Unidos es un mercado muy importante para nosotros, el tercero en volumen y el segundo en valor, por lo que esas posibles medidas arancelarias nos preocupan», afirma el director general del Grupo Rioja.
Torres advierte, además, que el actual está siendo un buen año para la Denominación de Origen Calificada en el país americano. «El 2023 fue complicado, se experimentó una caída relevante de las ventas, pero en este 2024 se ha recuperado buena parte de lo que habíamos perdido», informa antes de recordar que las exportaciones a Estados Unidos se sitúan, en volumen, por encima de los 10 millones de litros y, en valor, por encima de los 70 millones de euros. «Los aranceles al vino español pueden complicar esa buena evolución en Estados Unidos», advierte.
De cualquier manera, el director general del Grupo Rioja mantiene la confianza en que al final esas medidas no lleguen. «Confiamos en que no se lleve a cabo esa imposición de aranceles y que todo el mundo ponga de su parte para evitarlo», destaca Torres, quien se mantiene cauto sobre las posibles consecuencias que tendría su implantación. «No lo sabemos, en primer lugar porque desconocemos si van a llegar realmente y, en segundo término, porque tampoco sabemos cómo se articularían y a quiénes afectarían», recalca.
Torres echa la vista atrás y rememora que en la anterior Administración Trump sí que se impusieron esas cargas «por un conflicto que nada tenía que ver con el vino», pero recuerda que no todos los países se vieron afectados. Grecia, Italia o Portugal, por ejemplo, no tuvieron aranceles. «Esperamos que no se repita, porque nosotros sí los sufrimos y fue un momento de dificultad: coincidió con la pandemia y afectó a los vinos tranquilos, que son los que más exportamos», cuenta. «Un aumento del 25% vía arancel resultó muy negativo», apostilla.
Por todo ello, no desea una experiencia similar porque, además, coincide con un momento de dificultad «a nivel global» dentro del mercado del vino. «Se ha dado una caída de ventas por varias razones que nos han afectado de manera negativa y hemos ido generando un 'sobrestock' que, con mucho esfuerzo por parte de los viticultores y las bodegas se está reduciendo», expone el director general del Grupo Rioja. «Tenemos que seguir por ese camino y, para ello, uno de los instrumentos que usamos es el buen comportamiento de las ventas», añade. «Con una crisis global como esta, Rioja se ha comportado muy bien en Estados Unidos gracias al trabajo realizado por las bodegas; sería una pena que esas tasas arancelarias cortaran esa buena tendencia», remata.
Para concluir su valoración. Íñigo Torres reitera que la imposición de aranceles supondría una noticia «perjudicial» para el sector. «Pero si llegara, que esperemos que no sea así, seguiríamos trabajando para sacar adelante la comercialización y beneficiar así tanto a nuestros viticultores como a nuestras bodegas», argumenta.
Estados Unidos es un destino importante para el sector del calzado riojano. De todas las exportaciones de la región, el sector representa el 4,6%, lejos del peso del vino, pero en números muy similares al de resto de productos que ocupan las primeras posiciones en la comunidad autónoma en esa estadística. Así pues, la imposición de aranceles supondría un contratiempo importante, pero aún no existe una preocupación extendida al respecto. «Aún no hay nada, no ha habido ningún anuncio», recuerda Javier Oñate, director gerente del Centro Tecnológico del Calzado en La Rioja (CTCR).
Oñate explica que se ha puesto en contacto con diferentes empresas que trabajan en ese mercado y que el mensaje que le han transmitido ha sido similar en todas ellas. «Es demasiado pronto para hablar, de momento no hay nada sobre aranceles, más allá de una conversación de Trump con un periodista sobre el gasto militar de cada país», señala. «Cuando haya algo definido, nos pondremos a pensar en ello, dicen las empresas», añade el director gerente del centro.
Volviendo la vista atrás, Oñate recuerda lo ocurrido en la anterior ocasión en la que Trump llegó a la Casa Blanca y desarrolló su discurso proteccionista. «Se anunció un arancel para nuestro sector, pero finalmente no llegó a término y todo quedó en agua de borrajas», expone. Aquello ocurrió en 2021 y el gravamen fue una represalia de Trump ante la implantación por parte de la Unión Europea de la llamada Tasa Google.
Oñate, por último, reconoce que «la importancia» del mercado estadounidense y que los aranceles podrían generar dificultades. «Pero vamos a pensar en que no vamos a llegar hasta ese punto», desea el director gerente del CTCR.
Al igual que ocurrió con el vino, el aceite fue uno de los sectores que más sufrió con el tema de los aranceles durante el anterior mandato de Donald Trump. De hecho, en muchas comunidades autónomas ya se ha elevado la voz de alarma con el retorno del mandatario americano al poder.
El sector vuelve a estar atento a lo que pueda ocurrir en los próximos meses, aunque en La Rioja la preocupación viene dada la influencia que sus decisiones tengan con el paso del tiempo tanto en el mercado doméstico como en el comunitario. «Las exportaciones de aceite de LaRioja a Estados Unidos no son regulares, con lo que a corto plazo los posibles aranceles de Trump no afectarán al oro líquido riojano», aseguran con rotundidad desde la Denominación de Origen Protegida.
La vista está puesta, de este modo, en lo que pueda suceder tanto a medio como a largo plazo. «Puede conllevar más competencia de producto y de precio en España», opinan. «Las grandes compañías aceiteras españolas que exportan a Estados Unidos tendrán un aceite mucho menos competitivo con respecto al de California, Chile o Argentina», exponen desde la denominación. «Si no lo pueden colocar en Estados Unidos, ese aceite entrará en el circuito nacional, con lo que habrá más oferta para la misma demanda», añaden.
Desde Aceite de La Rioja tienen clara cuáles deben ser sus líneas de actuación para mantener la competitividad de sus productos. «Nuestro aceite debe competir en el mercado de calidad nacional, así como en el europeo», recalcan. «No tenemos presión de producción como para ir a vender tan lejos con unos costes de transporte y arancelarios tan grandes», se concluye.
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