Salud recurre a otra empresa externa tras los errores detectados en los informes de los TAC

El traspaso entre Telrads, con la que Salud decidió romper a mediados del pasado mes de noviembre, y la nueva sociedad no ha estado exento de inconvenientes, en este caso por la incompatibilidad de los programas para enviar y ver las imágenes entre la nueva firma y el sistema Selene que se emplea en el Servicio Riojano de Salud. Una vez solventados, el servicio está funcionando con relativa normalidad, aunque, según denuncian varios profesionales, todavía hay retrasos hasta de un mes en la llegada de algunos de los informes que en su día se enviaron a la anterior adjudicataria. Dicho de otro modo, el sistema todavía sufre las secuelas de la gestión de la malagueña.

En cualquier caso, este servicio lo presta Atrys de forma temporal mientras se inicia el proceso de contratación por la vía ordinaria para dotar al sistema público de salud de La Rioja de una empresa que lo asuma de manera definitiva, según confirmaron este lunes en la Consejería de Salud.

Respecto a Atrys, que paradójicamente en 2018 adquirió Telrads por 4,8 millones de euros, desde el Gobierno aseguran que es una empresa con la que ya se ha trabajado antes y «que ofrece garantías y es solvente, tal y como nos trasladan los propios profesionales», señalan.

El patronato de la Fundación Rioja Salud, en una reunión de mediados del pasado mes, decidió no remitir ninguna prueba de imagen más a Telrads. En febrero de 2022, el Ejecutivo había adjudicado el servicio a esta empresa por 371.583,20 euros, cantidad condicionada al número de pruebas realizadas. Tras una vigencia inicial de doce meses, antes de que caducara se firmó una prórroga por otros doce que hubiera concluido el 2 de marzo del próximo año de no zanjar el acuerdo antes de tiempo. Una ruptura que llegó tras los reiterados avisos sobre los fallos de diagnóstico y las demoras que habían dado los facultativos.

Nada más romper la relación contractual con Telrads, el gerente del Seris, Jesús Álvarez, confirmó a este diario la existencia de errores de diagnóstico, aunque minimizó el impacto porque, dijo, «en ningún caso ha habido riesgo para el paciente». Entonces cifró en ocho los casos en los se habían detectado errores, aunque el objetivo era seguir estudiando el alcance de los fallos. Errores de bulto en algunos casos, como así los calificaron varios profesionales sanitarios.

Los facultativos del Seris habrían detectado, por ejemplo, que determinados pacientes presentan masas o alteraciones anatómicas que la empresa no describe en los informes, o todo lo contrario, descripciones «con todo lujo de detalle» de órganos, como la vesícula biliar, en pacientes que no la tenían porque se la habían extirpado con anterioridad a que le efectuaran la prueba de imagen.

A los errores se suman, –siempre según afirmaron los profesionales sanitarios consultados– los retrasos injustificados en la entrega de los informes de las pruebas de imagen. Demoras especialmente alarmantes en el caso de pacientes oncológicos que necesitan el mencionado documento en el tiempo en el que lo ha pedido el especialista.

Telrads no fue la primera en asumir este servicio. El anterior Ejecutivo, al tiempo que internalizó el servicio, es decir, que recuperó Radiología para la sanidad pública, contrató una empresa externa exclusivamente para la lectura y emisión de los informes de los TAC que se efectúan en el San Pedro. El 1 de junio de 2021 finalizó el contrato con la concesionaria Alliance Medical Rioja y Salud subrogó a sus 37 trabajadores. Para entonces ya se había elaborado la memoria justificativa de por qué era necesario externalizar los informes. En agosto de ese mismo año, se adjudicó la elaboración de los informes a una primera compañía.

Salud justificó la necesidad de externalizar este servicio por el insuficiente número de médicos especialistas en radiodiagnóstico en el sistema público que pudieran informar del resultado de los TAC. Así sería, matizaban, hasta el momento en el que pudiera ser absorbido por profesionales propios del Seris. Aquella primera contratación se formalizó por un máximo de 326.584 euros, una cantidad condicionada al número de pruebas realizadas según las necesidades. Tras una prórroga, la siguiente adjudicataria fue Telrads.