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La cifra de espectáculos taurinos en las plazas riojanas cayó el año pasado al mínimo de los últimos ocho ejercicios. En total se celebraron 24 festejos mayores entre corridas de toros, de rejones, novilladas y festivales, según la información facilitada a este diario por el ... Gobierno regional, con datos desde el 2011. Además, la región registró otros 308 festejos menores, catorce menos que en el 2017. En este grupo se encuadran las sueltas de reses bravas, los encierros, los concursos de recortadores, el bolsín taurino, la saca, la vaca ensogada y el toro ensogado.
Por tanto, La Rioja fue escenario durante el año pasado de 332 festejos taurinos, quince menos que en el 2017, lo que supone un retroceso del 4,3%. El panorama que ofrece la región es similar al que se observa en toda España. Solo teniendo en cuenta los espectáculos mayores, la cifra de eventos celebrados en las plazas de toros del país cayeron al mínimo histórico durante el 2018, con 1.521 festejos, el dato más bajo desde que hace dieciséis años el Gobierno central comenzara a elaborar estadísticas taurinas.
El récord del registro regional se anotó en el 2014, con 361 espectáculos en total. Desde entonces, y durante dos años consecutivos, se produjo un paulatino descenso, y la ratio tocó suelo en el 2016 con 329 festejos. En el 2017 hubo una subida excepcional, llegando a los 347 espectáculos, pero la cifra retrocedió de nuevo en el 2018, que cerró como el segundo ejercicio de los últimos ocho años con menor número de funciones en las que los protagonistas son los toros. Respecto al 2011 (primer año del que facilita datos la Comunidad), la caída en todo el periodo fue del 7,5%.
En el caso de España, y según las Estadísticas de Asuntos Taurinos en España (Ministerio de Cultura y Deporte), el récord se alcanzó en el 2007 (cabe recordar que la información que ofrece el Ejecutivo central retrotrae la serie histórica hasta el 2003), con 3.651 festejos taurinos. Pero desde entonces, también coincidiendo con la crisis económica, los datos emprendieron una senda descendente hasta llegar al mínimo de 1.521 en el 2018, lo que significa el 58,3% menos que en el 2007.
En Calahorra, si bien los encierros se han seguido manteniendo, la feria taurina quedó reducida a una sola corrida en el 2017. En el caso de los encierros, el Ayuntamiento no se plantea ninguna modificación. «La idea es seguir como siempre», afirma el portavoz del Gobierno municipal, Jesús María García. Sin embargo, los festejos mayores necesitan una demostración de apoyo por parte de la afición. «Veremos a ver cómo funciona la corrida de este año», dice García, al tiempo que señala que «hay que tener en cuenta que a Calahorra le supone celebrar un festejo taurino 50.000 euros, por eso es una cosa para pensársela». «Si la gente responde y tiene aceptación seguiremos, y si no responde nos lo pensaremos», sostiene.
«Arnedo cumple con los festejos que demanda ahora mismo un aficionado y con lo que requiere una feria, con cinco fechas», afirma José Luis Rubio, el concejal delegado en asuntos taurinos y presidente de la comisión organizadora de la feria. Con cinco novilladas en el Zapato de Oro 2019, del 27 de septiembre al 2 de octubre, descansando el 30, Rubio considera que la feria «responde a las necesidades», aunque es consciente de que «hay mucho aficionado de boca y peor no puede estar el momento en taquilla». La huelga general del 2009 provocó la pérdida de una novillada, pero sumó en su lugar un encierro, «el atractivo que está resurgiendo en los pueblos», como expone. Por el contrario, la entrada en el 2010 del Arnedo Arena añadió una corrida de toros a las fiestas de marzo.
Por tipo de festejos celebrados el año pasado, y analizando los catalogados como mayores, en La Rioja hubo ocho corridas de toros (33,3%), siete novilladas sin picadores (29,2%), cinco novilladas con picadores (20,8%), dos festivales (8,3%), una corrida de rejones con toros (4,2%) y una corrida de rejones con novillos (4,2%).
Atendiendo a la categoría de las plazas en las que tuvieron lugar, los cosos de tercera (Arnedo -en su momento fue de primera para que pudiera torear José Tomás-, Calahorra, Alfaro, Haro y Aldeanueva de Ebro) acogieron catorce eventos: cinco novilladas con picadores, cuatro corridas de toros, cuatro novilladas sin picadores y una corrida de rejones con novillos.
Por su parte, la única plaza riojana de segunda categoría (Logroño) fue el escenario de cinco festejos: cuatro corridas y una corrida de rejones con toros. Y en las portátiles (Rincón de Soto, Lardero y Cenicero, entre otras) se celebraron cinco festejos: tres novilladas sin picadores y dos festivales.
La opinión a favor y en contra
En el conjunto del país, durante el 2018 se celebraron 369 corridas de toros (24,3%), 169 festejos de rejones (11,1%), 217 novilladas con picadores (14,3%), 219 festivales (14,4%) y 118 festejos mixtos (7,8%). Los restantes, que aglutinan el 28,2%, se repartieron entre corridas mixtas con rejones, becerradas, novilladas sin picadores y toreo cómico. Andalucía, Castilla y León, Castilla-La Mancha y Madrid fueron las comunidades que concentraron el 77,9% de los festejos taurinos celebrados en España. La Rioja solo representó, por tanto, el 1,6% del total.
Lejos de otras épocas, como la de la añorada Popular Taurina cuando se contaban hasta cuatro corridas, la feria de Alfaro ha quedado reducida en estas fiestas a un festejo mayor. Eso sí, los menores han aumentado, sobre todo por el auge que han logrado los encierros de toros. Desde esa realidad, el alcalde alfareño, y abuelo de novillero, Julián Jiménez Velilla conversaba ayer con el anterior concejal de Festejos, el popular José Luis Segura, sobre la posibilidad de aumentar la subvención municipal al empresario organizador de la feria para que haya, al menos, un festejo más, sea corrida o demanda. «Vamos a intentar que los festejos mayores vayan al alza, porque los menores se han mejorado y son suficientes», expone Velilla.
Cervera tiene seis núcleos urbanos que multiplican los gastos y la cantidad de eventos. A principios del siglo XXI, el Ayuntamiento organizaba más de cuarenta festejos taurinos menores. Destaca la saca de vacas de Valverde y el toro ensogado de Cabretón, a lo que había que sumar los de la plaza de toros cerverana, la más antigua de La Rioja. «Con la crisis hubo una reducción considerable y en el 2015 también se limitó pero desde entonces se han mantenido y la previsión es que siga así», indica la alcaldesa, Estrella Santana. Añade que «ahora en la plaza no se pueden hacer festejos con muerte por la situación de la enfermería, medidas del coso y otras normativas y se celebran actividades populares con vacas (recortes, gran prix...)».
La «protección, difusión y promoción» de la tauromaquia en la comunidad está regulada por la Ley 3/2018, de 16 de febrero, que en su preámbulo subraya que «La Rioja es tierra de tradición taurina». «La tauromaquia -añade- es una constante en nuestra historia en el último milenio» y «tampoco debemos olvidar que una de las primeras corridas de toros documentadas se celebró en el barrio de Varea (...) en el siglo XII, año 1135, con ocasión de la coronación del rey Alfonso VII de Castilla, y contó con la asistencia del propio monarca». «Es incuestionable el carácter cultural de la tauromaquia», enfatiza el texto legal.
Además de los denominados festejos mayores, la tauromaquia comprende eventos populares y tradicionales, entre los que destacan la saca de vacas en Cervera de Río Alhama, el toro de San Miguel en Rincón de Soto o el toro ensogado de Cenicero y en el barrio de Cabretón de Cervera. De forma que «la presencia del toro es algo natural en nuestras fiestas y celebraciones populares», hace hincapié la norma autonómica.
Otros datos significativos que esgrime en relación al arraigo de la tradición taurina de los riojanos son, por un lado, que la plaza de toros de Cervera, la decana de la región y una de las más antiguas de España, se construyó en 1870. También que existen numerosos clubes y peñas taurinas a lo largo de toda la geografía riojana que desarrollan una intensa actividad cultural todo el año. Y, en tercer lugar, que «hemos sido y somos una tierra de grandes profesionales a todos los niveles (...). Los grandes nombres de nuestra tierra no han sido ajenos a la tauromaquia. Destaca, a modo de ejemplo, el que fuera el guionista por excelencia del cine español, Rafael Azcona, que llegó a ejercer la crónica taurina», asevera la normativa riojana.
Esta Ley fue apoyada por el Consejo de Espectáculos Taurinos de La Rioja en el que están representados ganaderos, profesionales, empresarios, aficionados y órganos competentes de las diferentes Administraciones. El Consejo se constituyó hace ocho años.
También el 2011 fue el año en el que se aprobó un decreto para regular los festejos populares que sustituyó al anterior, de 1996. Desde entonces entran en este categoría los espectáculos en los que se utilizan reses de raza bovina de lidia «para el recreo y fomento de la afición», sin que la muerte del animal se produzca en presencia del público. La norma fija las características de las reses tanto en los encierros tradicionales (menores de 6 años), en la suelta de reses (menores de 4 años) y en las exhibiciones y concursos de recortadores (menores de 6 años). Además, el número de cabestros exigidos se redujo de tres a dos.
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