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La falta de médicos es un problema que afecta a toda España y que se verá agravado en los próximos años cuando aumenten las ... jubilaciones. Las comunidades autónomas llevan ya tiempo embarcadas en una batalla por atraer a los médicos jóvenes y el País Vasco acaba de poner sobre la mesa algunas bazas que, al menos a priori, pueden resultar ganadoras. El consejero de Salud del Gobierno de Vitoria, Alberto Martínez, presentó el pasado viernes en el Parlamento el Programa de Rejuvenecimiento y Fidelización de Osakidetza (Servicio Vasco de Salud), con una batería de medidas dirigidas expresamente no solo a los MIR que se están formando en Euskadi, sino también «a aquellos que lo están haciendo en otras comunidades autónomas».
Aunque el programa incluye varios puntos, uno descuella de manera especial: la retribución económica. Según anunció el consejero, los jóvenes médicos que finalicen su formación MIR y se integren en Osakidetza cobrarán como sueldo base 56.629,63 euros al año, sin contar la antigüedad, las horas extra y otros complementos salariales. Eso podría suponer, según las actuales tablas salariales del Seris, unos 10.000 euros anuales más de lo que percibe un médico de familia por los mismos conceptos en La Rioja. Además, el Servicio Vasco de Salud les propondrá contratos de un mínimo de tres años de duración, la cobertura de aquellas plazas que hayan quedado vacantes en las últimas OPE (Ofertas Públicas de Empleo) y derechos laborales equiparables a los que disfrutan los médicos con plaza en propiedad en Euskadi. Entre ellos, se establecen 28 días laborables de vacaciones, seis días de asuntos propios, derechos de conciliación de la vida laboral y familiar, así como la percepción de retribuciones íntegras en caso de incapacidad temporal. También se les facilita el acceso a EPSV Itzarri (una entidad de previsión social voluntaria destinada a complementar la pensión de jubilación).
La medida se enfoca a los jóvenes facultativos, de cualquier especialidad, que vayan a finalizar su residencia este año. No se limita a aquellos que están realizando el MIR en hospitales vascos, sino que con toda intención lanza el anzuelo más allá del Ebro. «Para poder atraer el talento –señala el consejero–, Osakidetza plantea condiciones de trabajo competitivas, como contratos de larga duración, salarios atractivos o permisos y medidas de conciliación, que pone también a disposición de los residentes de último curso que estén formándose en otras comunidades autónomas».
«Esto puede hacer daño especialmente en La Rioja y en Navarra», resume Miren Romero, vicepresidenta del Sindicato Médico de La Rioja (CESM). La vecindad en este caso supone un acicate difícil de soslayar: los centros de salud de la Rioja Alavesa resultan un destino mucho más atractivo para los jóvenes médicos residentes en Logroño que para los que viven en Bilbao o en San Sebastián, por ejemplo. Especialmente –y no es un dato menor–, cuando ni siquiera es necesario el euskera para aprovecharse de esta oferta. Solo más adelante, si los médicos quieren participar en alguna oferta de empleo público y estabilizarse de este modo en el País Vasco, el idioma sí que entra en consideración: hay plazas perfiladas –que exigen un conocimiento determinado del euskera– y otras que no lo requieren obligatoriamente, aunque acreditar un cierto nivel de manejo sí que suma puntos a la hora del concurso de méritos.
«Creo que esta convocatoria puede tener alguna repercusión en La Rioja, sobre todo porque el nivel retributivo que se ofrece es muy superior», apunta Romero. Podría dibujarse así una especie de 'efecto frontera sanitario', aunque de índole diferente al fiscal, ya que en este caso el País Vasco no aprovecha sus singularidades forales, sino que explota su ámbito competencial, aunque con mayor generosidad en el desembolso.
Desde el Colegio de Médicos de La Rioja, su presidenta, Inmaculada Martínez Torre, recuerda que el problema de la escasez de médicos «es estructural y general de todas las comunidades autónomas», al que tendría que enfrentarse «desde la globalidad» el sistema nacional de salud. «No debemos abrir un sistema de pujas para retener o atraer a los médicos porque es perverso e injusto», advierte. En cualquier caso, señala que las condiciones que oferta el País Vasco «son similares a las que existen en La Rioja, salvo el sueldo, que es un poco mejor».
Además de este programa, el departamento de Salud del País Vasco también ha lanzado una oferta pública de empleo (OPE) sin examen –solo mediante concurso de méritos– para plazas de difícil cobertura: 108 en Medicina de Familia, 18 en Pediatría, 12 en Psiquiatría Extrahospitalaria y cinco en Psiquiatría Infantil Extrahospitalaria. Como en La Rioja y en toda España, uno de los grandes déficit de la sanidad vasca es la carencia de médicos de familia. Esta oferta pública también se va a difundir en otras comunidades autónomas «para poder atraer profesionales de otros territorios», según detalló el consejero en el Parlamento de Vitoria, y en el concurso prima, sobre todo, la experiencia profesional. Por el momento, según indica el diario El Correo, ya se han inscrito 400 médicos y el plazo está abierto hasta el 30 de abril.
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