«Haríamos mal en no sentirnos orgullosos»

«Haríamos mal en no sentirnos orgullosos», resumía la presidenta Concha Andreu en el colofón a un día distinto por el lugar, aunque parecido en el fondo a todos los demás: premiados con más o menos emoción (y un toque de polémica en el caso del expresidente Pedro Sanz, que no hizo ninguna mención a ella en un discurso absolutamente institucional pero aún así no aplaudido por ningún diputado socialista), el «todo La Rioja» con sus mejores galas y, como es habitual, sol fuerte de junio para castigar a los presentes en la Plaza de España.

Un día que, el marco obligaba, empezó con la sorpresa de un desfile medieval y toque de zanfoña, muy al estilo de las Crónicas Najerenses, con reyes, reinas, obispos y guerreros subidos al escenario. Un prólogo novedoso, como también lo fueron las presentadoras, seis jóvenes mujeres (Estela Rodríguez, Sara Gómez, Lucía Moras, Elena Campo, Sara Lacalle y Marina Betolaza) de distintos municipios de La Rioja.

Y mas cosas distintas: que la medalla a la Universidad Popular Logroño no lo recogiera ninguno de sus responsables durante tantos años, sino una alumna que cerrara su discurso acordándose del nunca suficientemente recordado Manuel Bartolomé Cossío. O la encendida defensa del conocimiento del químico Javier García: «Ser científico es lo mejor que me ha pasado en la vida». O el mensaje repetido de memoria, pero tambien de paz y perdón, de 'La Barranca'. O, en fin, la emoción, el humor de la recién operada Carmen Chover desde su silla de ruedas, la más vehemente de todos los oradores de la mañana. «Tomemos conciencia de lo que tenemos, que no nos los quiten otra vez».

Pero era un Día de La Rioja especial por lo conmemorativo. Y por ahí discurrían muchos discursos, y también el de la presidenta, que recorría ese camino que cantaban Carmen, Jesús e Iñaki, entre el «existir» y el «ser». «Si hace cuarenta años nos hubieran dicho que La Rioja Autonómica no seguiría siendo una hipótesis ni una reivindicación sino un aniversario, una conmemoración anual, una cita acordada, quizá nos hubiera parecido un ideal inalcanzable».

Un día, el de Nájera, que hasta cambia el significado de alguna palabra. De esos «cuarenta años» que significaba sobre todo la extensión de la dictadura franquista, a estos cuarenta años que son ya sinónimo «de libertad, autogobierno y horizonte de futuro. De éxito moral, social y político».

Hay peligros en ese recorrido, aún así. Y ha habido piedras en el camino, que la presidenta relacionaba con las crisis sucesivas (económicas y sanitarias) y con el aprovechamiento que de ellas intentan sacar «populismos y extremismos». Unos extremismos «empeñados, de una forma interesada, en la desacreditación de los logros conseguidos por el pacto democrático que nos sustenta. A cambio de nada, del vacío, si no del abismo».

En su discurso, Andreu reafirmaba la importancia de la colaboración trasnacional, de la conexión interterritorial, como han demostrado las últimas crisis. Y también la validez de las autonomías. «Lejos de disolver, han subrayado las cualidades, la cultura, la personalidad, la lengua y el patrimonio de cada uno de nuestros territorios».

El discurso de Andreu no tuvo apenas referencias a la actualidad riojana más cercana. Quizá la que más se le aproximó fue esta, en la que se puede leer una alusión a los actos vandálicos en el Alto Najerilla, cerca de donde pronunciaba estas palabras: «La Rioja es una tierra pacífica y tolerante, en la que nunca se ha utilizado ni la violencia ni el vandalismo como solución a los conflictos. El diálogo sí, pero siempre con un único límite, que no es otro que la prioridad del interés general ante intereses que aun siendo legítimos, son particulares».

Orgullosos, pues, de lo conseguido y de quienes lo hicieron posible y ya no están (para quienes Andreu pidió y obtuvo un aplauso). «No cabe dejar de pensar, y es el mayor de los triunfos posibles, que ya 'existe' y 'es' una generación completa de riojanas y riojanos vinculada al establecimiento del Estatuto».

Y concluyó: «Hoy celebramos cómo un pueblo puede alcanzar sus sueños, creando su futuro».