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Javier García Martínez, el premiado químico contra las emisiones de CO2 y uno de los científicos más influyentes del mundo, sumó este jueves el galardón más especial y sentido, el de Riojano de Honor. El de Villamediana agradeció el hecho de reconocer la labor de ... un científico y, de esta forma, dar visibilidad a la ciencia.
El distinguido confió en que este reconocimiento contribuya a que surjan nuevas vocaciones científicas, y aprovechó su intervención para reivindicar el papel de las mujeres «porque el talento no sabe de género, pero sí de barreras, que son mayores para ellas, las minorías y las personas con necesidades especiales». Javier García no dejó pasar por alto la vinculación de La Rioja con el ámbito de la química, con dos padrinos de excepción: «Nuestra tierra es la patria de los hermanos D'Elhuyar, nuestros paisanos que en 1783 aislaron el wolframio. La Rioja es uno de los pocos territorios que tienen el honor de haber contribuido a la construcción de la tabla periódica, que constituye uno de los grandes logros de la humanidad. Estoy convencido de que nuestro futuro será mejor si, como los D'Elhuyar, trabajamos para estar a la vanguardia».
Y uno de los mejores instrumentos para lograrlo, señaló en su intervención, es la Universidad de La Rioja, «cuya creación ha sido uno de los grandes logros de estos 40 años de Estatuto de Autonomía». Javier García, aunque es catedrático de la Universidad de Alicante colabora con la UR, de la que destacó «su extraordinaria labor investigadora». «Y lo sé porque llevo muchos años colaborando con su Departamento de Química». El presidente de la Unión Internacional de Química Pura y Aplicada (la IUPAC) también se refirió a su biografía más íntima, ligada a La Rioja. Y más concretamente, a Villamediana. «De esta tierra son las personas que más he querido y más me han dado». Sus primeros recuerdos son de la sala de proyecciones del cine de su pueblo. «Por el agujero que había en la cabina podía ver las películas que mi abuelo Valerio proyectaba en el Cine Ideal de Villamediana», relató. Desde allí empezó a soñar futuros fantásticos y a idear inventos extraordinarios. «Ser científico es lo mejor que me ha pasado, me ha permitido conocer gente extraordinaria y contribuir a a resolver los grandes problemas a los que nos enfrentamos». Para culminar quiso dar las gracias a sus abuelos, a sus padres, a su hermana, «a todos los que me han querido» y al Gobierno de La Rioja.
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