Perros y radares subterráneos para encontrar al desaparecido en Entrena

Durante toda la mañana se desbrozó el campo para analizar la tierra con un georradar, que por primera vez se emplea en una investigación en La Rioja. Con un georradar se buscó a los niños Ruth y José Bretón en 2011 en Córdoba y también para la infructuosa búsqueda de Marta del Castillo. La propia Guardia Civil ha informado este martes del uso de más recursos especializados en la casa donde presuntamente desapareció Javier Ovejas, como perros detectores de restos humanos. Estos animales son distintos a los empleados en los primeros días de registro de la casa, en agosto.

El detenido estuvo presente en todo momento durante la jornada de trabajo realizada, esposado, con actitud altiva, mejor aspecto que cuando fue arrestado y retenido junto a los agentes de la Unidad de la Policía Judicial que investiga los hechos y otros efectivos de Seguridad Ciudadana. Prácticamente el mismo tiempo que lleva desaparecido Javier Ovejas suma el detenido en prisión provisional decretada por el Juzgado de Instrucción 3 de Logroño. «La búsqueda, desde que desapareció, no ha cesado. Los investigadores han acordado realizar la búsqueda de nuevo aquí con nuevos equipos especializados para ver si encontramos a Javier», explicó el portavoz de la Guardia Civil en La Rioja, Miguel Ángel Sáez.

La presencia de la Guardia Civil volvió a ser especialmente importante durante la jornada en Entrena, con unos veinticinco agentes de diferentes especialidades, más otros tantos efectivos de Seguridad Ciudadana, que aseguraban y acordonaban la zona, precintada. Después de haber buscado por los alrededores de Entrena, incluso con una batida popular, por las faldas del Moncalvillo, los ríos Iregua y Ebro, huertas, cultivos y pozos de la zona de regadío del río Antiguo desde Albelda a Navarrete, y de que, incluso, hubiera un segundo detenido en Ribafrecha en septiembre, que fue puesto en libertad, la principal hipótesis parece volver a ser que Javier no llegó a salir del número 32 de la avenida de Santa Ana, a apenas 200 metros de donde residía junto a su pareja y en cuya ventana ahora cuelga una pancarta en la que se puede leer: «¿Dónde tenéis a Javi?»; junto al dibujo de una oveja.

«Aquí se ha venido a trabajar porque así lo han determinado los investigadores. Es un espacio muy grande y hay que mirarlo todo bien. Se está utilizando un georradar y dos perros especialistas en la búsqueda de cadáveres», informó Miguel Ángel Sáez. Por tanto, después de diez meses sin hallar al desaparecido, parece claro que se le da por muerto.

Los vecinos, en la noche del 29 de julio, escucharon unos gritos pidiendo ayuda y unos disparos. El detenido cuenta con un amplio historial delictivo, antecedentes penales y numerosos expedientes sancionadores tanto por parte de la Delegación del Gobierno como de las consejerías de Salud y de Agricultura y Ganadería del Gobierno de La Rioja.