Los festejos taurinos con muerte han caído a la mitad en La Rioja en los últimos quince años

La interpretación de estos datos cuenta con dos vertientes. Los agentes del sector lo achacan más a factores económicos, ya que el descenso comenzó a finales de la primera década del siglo, coincidiendo con la crisis. También destacan que, tras la pandemia, se ha experimentado un repunte de los eventos. Los antitaurinos, por su parte, afirman que responde a un cambio en la mentalidad social y a una pérdida de aficionados.

Más allá de pareceres, la tendencia a la baja se empezó a ver de manera más acusada a partir de 2010. Se pasó de los 47 eventos de 2009 a los 32 de ese año y así las cifras siguieron decreciendo, salvo excepciones puntuales, hasta los 22 de 2019, la última temporada que se celebró al completo antes del covid. Ahora parece que la tendencia se ha revertido y el dato de 2023 es el mayor desde que en 2016 se contabilizaran 26 festejos de este tipo, entre los que se incluyen corridas de toros, rejoneo con toros y con novillos, novilladas con picadores y sin ellos, festivales, festejos mixtos, rejones, becerradas y toreo cómico. «Ahora estamos, en cuanto a eventos, en una zona media, repuntando al alza», recalca Carlos Lumbreras, ganadero.

Pese a ese repunte del que habla Lumbreras, el decrecimiento de los últimos quince años se comprueba a simple vista. Solo hay que ver los carteles de la feria de San Mateo de hace quince años, que incluían siete tardes con toros en el coso taurino de la capital riojana a los actuales, solo con cuatro citas. De hecho, y según esos datos del Ministerio, el número de corridas celebradas en la comunidad autónoma el pasado año se situó en seis, una cifra muy inferior a las 14 o 15 de finales de la primera década del presente siglo. ¿A qué se debe? German Villar, ganadero, lo achaca a los costes. «Organizar una corrida de toros cuesta mucho dinero: los toreros cobran mucho, hay gastos muy elevados y las entradas son cada vez más caras porque no queda otro remedio», apunta.

La evolución en La Rioja es similar a la del resto del país. De hecho, a nivel nacional los descensos resultan aún más acusados si se comparan las cifras del pasado año con las de 2007: los festejos han mermado en un 60%. También han caído, en España, los espectadores si observan los datos de la Encuesta de Hábitos y Prácticas Culturales que publica el Ministerio. La última tiene en cuenta los años de la pandemia, pero en las dos anteriores ya se observaba un descenso del público (de 3,6 a 3,1 millones de espectadores). Aun así, el interés por estos eventos en La Rioja se sitúa por encima de la media nacional. De hecho, en la encuesta de 2018-19, el 15,2% de los riojanos afirmaba haber asistido a un espectáculo o festejo taurino en el último año, cuando en el conjunto del país la media se situaba en el 8%. Con respecto a la anterior encuesta, eso sí, el porcentaje había mermado, ya que en la de 2014-15 se elevaba en La Rioja hasta el 23,1%.

En ese sentido, hay voces contrapuestas. Así, Inma de Imaña, de la plataforma @noesmicultura considera que «las encuestas dejan claro el rechazo social» a la tauromaquia. «La evolución es imparable, vamos evolucionando, hemos ido cambiando y tenemos más consideración hacia los animales y las personas», opina. Por su parte, Javier Rubio, presidente del Club Taurino de Arnedo asegura que la gente sigue respondiendo a los festejos taurinos. «El número de jóvenes que se está interesando por este mundo está en aumento», sentencia. «La clave está en que si a esa gente joven la conseguimos enganchar, esto tendrá futuro», apostilla.

Si los eventos taurinos han experimentado un decrecimiento en los últimos quince años, no ha ocurrido lo mismo con los festejos populares con animales. Las vaquillas, los encierros y el resto de citas de este tipo se han mantenido siempre en unos números similares, salvo en la pandemia. De hecho, en el 2011 (el dato más antiguo que ofrece la Estadística de Asuntos Taurinos) se organizaron 332 festejos populares en La Rioja y el año pasado esa cifra fue prácticamente idéntica, 331, superando los 309 del año anterior a la aparición del coronavirus. German Villar, profesional de este sector, destaca que La Rioja es una región «con bastante arraigo» en este tipo de eventos. «El sector está muy vivo porque no podemos concebir un pueblo en fiestas sin vaquillas», concluye.