Educación exige a Serunión un informe urgente sobre los gusanos hallados en la comida en varios colegios

La decisión la adoptó este sábado el departamento que dirige Alberto Galiana después de que saliera a la luz el testimonio de las familias de varios de los críos de alguno de los colegios afectados. Uno de estos centros es el CEIP Don Eladio del Campo Íñiguez, en Murillo del Río Leza, que, después de que Serunión asegurara el viernes que ningún alumno llegó a comer las larvas, emitió el sábado una nota en la que expresaron su «indignación» porque «sabemos que a nuestras hijas e hijos se les sirvió la pasta con gusanos y se la comieron», rezaba textual el comunicado. Además, añadían, «no se les ofreció un plato alternativo». Es por ello que reclaman «que todas las personas implicadas investiguen en profundidad lo sucedido para conocer su alcance y tomar las medidas oportunas».

Carla Barrasa, una de las madres de la mencionada AMPA, en declaraciones a este diario, explicó que «se sirvió la comida, se la estaban comiendo y en un momento dado se dieron cuenta de lo que había». En ese instante se paró de comer, pero para entonces, algunos ya habían dado con todo el plato. «Nos indigna que dijeran que no se comió porque sí que se ha comido», insiste. Tampoco se les ofreció una comida alternativa, pese que la concesionaria del servicio sostuvo que se les había ofrecido un «menú de contingencia». Al final, «el que no salió habiendo comiendo gusanos salió con que no había comido nada». «A ver con qué cuerpo llevan los padres a sus hijos al comedor el lunes», lamenta.

En la Federación de Asociaciones de Padres y Madres (Fapa-Rioja), su secretario técnico, Esteban García, sospecha que son más de cinco los centros afectados por las larvas a tenor de lo que le han trasladado distintas Ampas de centros escolares de la región. No obstante, al destaparse lo ocurrido un viernes por la tarde no han podido tener confirmación oficial de los propios centros, salvo del de Murillo. Se libran los colegios de Logroño, que esta semana permanecieron cerrados por las fiestas de San Mateo.

Los cocineros de los centros que tienen cocinas 'in situ', explica García, lo descubrieron antes y pudieron modificar el menú y dar otro tipo de pasta, alternativa a la integral que ofrecía Serunión, o dar otra clase de comidas, incluso en algún caso se hicieron tortillas, detalla. Pero en aquellos que no disponen de cocina, los chavales se quedaron sin comer.

A partir del lunes, intentarán recabar la información completa para enviarla a Serunión y a la Consejería y transmitirles una nueva queja. «El curso pasado ya enviamos un comunicado porque había una importante bajada de la calidad de la alimentación», apostilla.