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Hablar de mejoras en las infraestructuras ferroviarias implica empezar a sumar millones de euros, también años de trabajos, las habituales molestias que conlleva toda obra o los retrasos habituales de cualquier gran proyecto constructivo. Pero para conseguir progresos en torno al ferrocarril –sobre todo a ... corto y medio plazo–, también se puede hacer a través de nuevos servicios, de mayores frecuencias. Y en esto incide Iñaki Barrón de Angoiti, ingeniero de Caminos, Canales y Puertos que atesora una dilatada trayectoria profesional de décadas vinculada al sector ferroviario. La Rioja, a su juicio, debe centrar el tiro en sus aspiraciones de avanzar en esta materia, «empezando por mejorar la comunicación por tren con Madrid pero también las internas en la comunidad autónoma».
Este consultor y asesor ferroviario con origen riojano –«de Nalda», se enorgullece– considera que «tener tres o cuatro trenes directos diarios» a la capital de España «es de sentido común. Yo aquí no hablaría de justicia, porque eso implica determinar qué ha de corresponder a uno u otro territorio y no siempre es fácil. Pero sí digo que sería lo lógico para La Rioja, y también para Madrid, para facilitar así el desarrollo económico y social, para la vertebración de los territorios».
Con lo que el tren anunciado ayer por el ministro de Transportes, Óscar Puente, «yo no lo puedo contar como tren directo, para mí no lo es. Puede ser un servicio para ir a Valladolid pero no a Madrid». Por varios motivos, se explica Barrón de Angoiti, «porque crea confusión ya que va a llegar a Chamartín a diferencia de lo que sucede con el que va por Zaragoza y llega a Atocha». Además, «si se plantea que el viaje puede tardar casi cuatro horas, ya no estamos hablando de alta velocidad ni mucho menos». Pone el límite en las tres horas, «o tres y poco más, para poder hacer la ida y vuelta en el mismo día».
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Y vuelve a referirse a los servicios, por ejemplo «a la posibilidad de una línea Haro-Logroño-Alfaro» para dar servicio a toda la comunidad. «Con un tren eléctrico sería relativamente barato y se llegaría a una capacidad de unas 300 plazas, similar a lo que tienen ahora seis autobuses», explica el experto, que reconoce que en este caso «el Gobierno riojano tendría que decidir si ese coste podría asumirse porque sabemos que cuando se habla de transporte de pasajeros todo servicio es deficitario».
Desde el punto de vista de las mercancías, el consultor incide en la importancia que tiene el Corredor Cantábrico-Mediterráneo, con La Rioja en ese eje Sagunto-Teruel-Zaragoza-Logroño-Miranda-Pamplona-Bilbao-Santander así como en la conexión Soria-Castejón. El impulso a este corredor de altas prestaciones «puede generar oportunidades empresariales, con nuevos polos de desarrollo logístico».
Pero Barrón de Angoiti también cree que «sería razonable» hacer inversiones complementarias «para mejorar los trazados. Por ejemplo, un doble tramo entre Logroño y Castejón, es decir duplicar la línea porque lo que interesa cuando hablamos de transportar mercancías es que la carga no se pare, aunque avance a velocidad más lenta. Con una segunda línea te garantizas que el tren circulará» sin parones.
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