Obras de la Ronda Sur.

Carreteras a un alto precio

La Rioja, a la que puso en el mapa la AP-68 en los años 80, ha gastado más de 70 millones tras la prórroga y las promesas incumplidas de rescate o duplicación de la N-232

Alberto Gil

Logroño

Domingo, 12 de mayo 2024, 08:14

Con la dilatada, y esperada, liberación de la AP-68 a la vuelta de la esquina (noviembre de 2026), la situación de las carreteras riojanas es, por supuesto, susceptible de mejorar, aunque los efectos a estas alturas de la partida de las infraestructuras serán más ... bien limitados. En un momento en que las comunicaciones rápidas y sostenibles son básicas para el desarrollo económico, el aislamiento sufrido por la región con el desvío del natural corredor ferroviario del Ebro al norte (Bilbao-Pamplona-Zaragoza-Barcelona) ha colocado a La Rioja en una situación de insularidad que difícilmente podrá paliarse a través de la finalización de las obras pendientes en la red de carreteras del Estado, que no son pocas y que acumulan también retrasos históricos.

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En este sentido, las infraestructuras viarias en la región han sido víctimas del juego político, de mentiras incluso, promesas incumplidas y reproches entre los dos grandes partidos mayoritarios.

La Rioja perdió una gran oportunidad cuando en el año 2000, el Gobierno del PP de José María Aznar –con el beneplácito del también presidente riojano, Pedro Sanz– amplió la concesión de la autopista AP-68 durante 15 años (vencía en 2011). Aquella decisión se 'compensó' con una rebaja del peaje del 39,5% –diluida rápidamente por la inflación– y con una promesa de desdoblamiento de la N-232 que nunca se produjo, ni se producirá, y, posteriormente, con más compromisos de rescate anticipado de la AP-68 que fueron incumplidos sistemáticamente por los Gobiernos de España del PP y del PSOE.

La factura que para el Ejecutivo riojano han supuesto las bonificaciones del tránsito en la AP-68, para intentar calmar la protesta ciudadana y minimizar los datos de siniestralidad de la N-232, suma ya más de 70 millones de euros que han salido de las arcas riojanas desde 1999.

En aquel entonces, se aplicaron las primeras bonificaciones limitadas al tramo Logroño-Agoncillo, que luego se ampliaron a idas y vueltas en el día en todo el tramo riojano de la AP-68. Desde el 2017 además, se financia también el desvío obligatorio hacia la AP-68 de camiones de cuatro ejes desde Zambrana a Tudela. Las bonificaciones actualmente en vigor suponen un coste de unos 5,5 millones anuales para el Gobierno de La Rioja.

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Obras ligadas a la AP-68. Las actuaciones en curso más importantes en La Rioja ahora mismo se concentran en la llamada Ronda Sur de Logroño, que fueron licitadas en el año 2019 por valor de 149,3 millones de euros. Con un periodo de ejecución de 44 meses, deberían haber concluido en 2023 –incluida la construcción de 8 enlaces para una nueva circunvalación logroñesa entre Arrúbal y Navarrete– y la previsión fía ahora el final de los trabajos hasta el 2026. Además de la Ronda Sur hay previstos más enlaces para la permeabilidad y la «vertebración» territorial de la autopista liberada. El más avanzado es el de Lodosa-Pradejón, en obras para que sea completo (de entrada y salida), aunque están por definir aún otros dos, en la zona de San Asensio-Briones y en Aldeanueva-Calahorra, cuyos plazos habría que acelerar al máximo para llegar a finales de 2026.

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La N-232. En la principal carretera nacional todavía no está descartado el desdoblamiento entre Arrúbal y Alfaro (hay redactado un proyecto), aunque parece otro brindis al sol. Lo que está por materializar también son las variantes de El Villar de Arnedo, de Briones y de Fuenmayor: las dos primeras en exposición pública del proyecto y la tercera aún en redacción del mismo. En cualquier caso, sin presupuesto para obras.

La Autovía del Camino. En cuanto a la A-12, la Autovía del Camino (Pamplona-Logroño-Burgos), el desdoblamiento esta casi concluido en todo el tramo riojano. Únicamente sigue en ejecución el trayecto entre Santo Domingo y Villamayor del Río (Burgos), cuyas obras comenzaron en junio de 2020 y, pese a tener un plazo de de 26 meses –deberían haber acabado en 2022– se han retrasado pero se anuncia el final para 2025. En todo caso, el problema de la A-12, que derivaría el tráfico de Logroño a Madrid por Burgos, es que los tres tramos previstos en la provincia vecina –incluido el más dificultoso de La Pedraja– ni han comenzado ni tienen visos de hacerlo. Así las cosas, actualmente los riojanos eligen como opción de desplazamiento mayoritario hacia la capital de España, la N-111 (Soria), con un ligero ahorro de tiempo y algo más de kilómetros, aunque, salvo pequeñas mejoras, no hay desdoblamiento posible.

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Las opiniones

Antoñanzas tiene claro que en el caso de las carreteras el margen de mejora es limitado: «La AP-68 en su momento fue clave para el desarrollo industrial riojano porque era una vía de comunicación muy superior a las que había entonces, pero el efecto se ha ido diluyendo». «La liberación está a la vuelta de la esquina, pero ya no es una infraestructura definitiva como lo fue en los años 80 del siglo pasado y pretender desdoblar la N-232 siempre fue una muy mala alternativa, primero por su grandísimo impacto y luego porque implica un extraordinario coste económico que nadie ha estado dispuesto a afrontar».

«No es que estemos peor que hace dos décadas, el problema es que el resto ha mejorado mucho más»

Fernando Antoñanzas

Profesor de Economía Aplicada

El profesor coincide en que la mejora podría venir por la A-12: «Si se terminara hasta Burgos, nos podría ahorrar kilómetros y tiempo de viaje a Madrid y, al mismo tiempo, aportar más seguridad porque la N-111 es más peligrosa». En cualquier caso, insiste en que nuestro gran déficit de comunicación es el ferrocarril y no tiene solución sencilla: «La apuesta del Gobierno actual de aumentar los servicios a Madrid es muy legítima, pero la línea AVE entre ambas ciudades, conectada por Zaragoza, está ya colapsada por estos trenes prioritarios». «Podemos poner dos o tres trenes Alvia desde Logroño –agrega– , pero tendrán que seguir parando para dejar paso a los AVE de alta velocidad del gran corredor. Es decir, cuando vemos noticias de que hay trenes, Alvias, parados por problemas técnicos sospecho que es más porque tienen que dejar paso a los más rápidos en una ruta que ya está colapsada». El profesor no elude tampoco el caso del aeropuerto: «Es caro, para el usuario también, y contamina mucho. Nunca va a cubrir su misión de transporte y creo que habría que reconocerlo después de 20 años. En mi opinión, habría que pensar en habilitar lanzaderas a Bilbao, con autobuses más o menos regulares a dicho aeropuerto directamente, y pensar en otras cosas».

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Gobierno riojano

El consejero de Política Local e Infraestructuras, Daniel Osés, insiste en reclamar con urgencia las obras atrasadas y pendientes: «El gran hito a corto plazo para nosotros es la próxima liberación de la AP-68, pero necesitamos que vertebre a toda la región y, por eso, además de la Ronda Sur que sigue acumulando retrasos, necesitamos otros enlaces en La Rioja Alta, en el entorno de Briones-San Asensio, y en La Rioja Baja».

«La liberación de la AP-68 es un gran hito a corto plazo, pero necesitamos que vertebre a toda la región»

Daniel Osés

Gobierno de La Rioja

En este sentido, Osés señala que ya se ha dirigido al Ministerio para definir y acelerar dichos enlaces, de la misma forma que con la A-12: «Nuestros tramos van a estar listos, pero seguimos sin conexión por autovía con Madrid y, por tanto, aislados». «Para La Rioja –continúa– es fundamental que los tramos burgaleses, previstos desde hace mucho tiempo, se empiecen a ejecutar, pero no vemos voluntad real y lo que hace falta es el impulso político que estamos reclamando».

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El consejero riojano elude valorar si la prórroga de la AP-68 fue un error estratégico grave para la región en su día y prefiere centrarse en el futuro: «Ahora lo que tenemos que pensar es en la próxima liberación y en que todas las obras necesarias estén terminadas para entonces». Osés señala que «las peticiones que hemos hecho en materia de carreteras son razonables y razonadas y confío en que, al igual que hemos solicitado más trenes con el ferrocarril y el reconocimiento del servicio público para el vuelo Logroño-Madrid, sean atendidas porque, en su conjunto, nos devolverían a una situación competitiva en infraestructuras».

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