La Armada es una institución con siglos de historia y una marcada singularidad. Suena a perogrullada, pero la Armada española resulta casi una desconocida en el interior del país, mientras que en las zonas donde se emplazan sus bases representa una de las instituciones más conocidas y apreciadas, motor vital y económico de localidades como Cartagena, Ferrol, San Fernando, Rota…
Con una singladura de más de cinco siglos, actualmente cuenta con más de 24.000 efectivos entre en activo y en la reserva, y 176 naves, además de decenas de aeronaves (la vinculación entre Armada y Ejército del Aire es muy estrecha). De los tiempos en los que el pabellón español dominaba los mares del mundo han pasado ya siglos, pero la Armada continúa siendo uno de los cuerpos más valorados y respetados en el ámbito internacional.
Los colores azul y blanco encarnan el espíritu de la Armada. Blanco que, históricamente, podría resultar difícil de explicar, pero que suponía la representación visible de la limpieza y pulcritud que exige un espacio tan pequeño y concurrido como son los barcos, donde las infecciones y enfermedades han causado más bajas que el fuego enemigo.
El emblema de la Armada es una ancla de oro en perspectiva bajo una corona real. Anclas, cabos, estrellas… se repiten en los diferentes emblemas de mandos y grupos, aunque dependiendo de las especialidades también aparecen tridentes, submarinos o elementos de buceo.
También el vestuario de este cuerpo tiene una marcada singularidad. Aparecen las marineras, esos blusones blancos, acompañados por tafetanes (los pañuelos negros que cubren el uniforme), los lepantos (gorras similares a las de plato, pero sin visera y que suelen ir acompañados de una cinta para identificar la unidad, las rabizas (cordones blancos que adornan el uniforme y que antiguamente tenían el objeto de sostener un pito u otros objetos), las gorras de plato...
El escalafón también está muy marcado en la Armada, aunque en este caso los cargos tienen mucha singularidades. La base son los marineros (equivalente a soldado) y el primer ascenso es a marinero de primera, antesala del cabo, cabo primero y cabo mayor. En el grado de suboficiales se encuentran el sargente, el brigada, el subteniente y el suboficial mayor. Después, entre los oficiales, el cargo se entremezcla con el tipo de nave, otra singularidad: alférez de fragata, alférez de navío, teniente de navío, capitán de corbeta, fragata o navío. Y, más arriba, los oficiales generales como el contralmirante, el vicealmirante, el almirante y, en la punta del escalafón, el capitán general, que es el Rey.
Si las estrellas brillan con luz propia en las divisas del Ejército de Tierra y de Aire, en la Armada estas se mezclan con las denominadas cocas, propias del Cuerpo General de la Armada. Unas, en las hombreras; otras, en la bocamanga. Aunque existen excepciones. Las cocas, que en 2024 cumplen su 115 aniversario como signo diferenciador, son un bucle dorado que da continuidad al galón y que engorda y va sumandogalones hasta, al llegar al contralmirante, que ostenta un entorchado (una greca de motivos geométricos y vegetales) por debajo del galón y la coca. El capitán general ostenta el entorchado y cuatro galones, el último con la coca.
Pero este es solo un cuerpo del Ejército. Aquí tienes más información del resto y de la Guardia Civil.
Uniformes, símbolos, divisas, escudos... son parte de un complejo mundo que cuenta con especialistas y profundos conocedores, aunque conocer los rudimentos básicos está al alcance de cualquiera.
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