Las Fuerzas de Defensa de Israel han desplegado una nueva brigada en Khan Younis para perseguir a Yahya Sinwar, jefe de Hamás en Gaza. El máximo líder de la milicia en la Franja, considerado por los servicios de Inteligencia como el principal artífice de la ... masacre yihadista del 7 de octubre, ha conseguido escapar de las tropas en dos ocasiones durante la ofensiva. Individuo escurridizo, en ambas huyó de los túneles donde se refugiaba justo antes de la llegada de los soldados. Sinwar es el hombre más buscado por Tel Aviv y está considerado por Estados Unidos, Francia y el Reino Unido como un terrorista global.
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El ejército cree que ahora se oculta en su antigua localidad natal, donde ha sido empujado por el control absoluto que los militares han logrado en el barrio de Jabaliya, al norte del territorio, la anterior ubicación de sus cuarteles principales. Más que un comandante, en estas últimas semanas Yahya Sinwar ha sido solo un nombre etéreo. Tel Aviv sabía que estaba dentro de la red de galerías en un «profundo refugio». Pero nada más. Los mandos que asaltaron el gran hospital de Al-Shifa, bajo el cual se situaba el cuartel general de los radicales, tuvieron esperanzas de encontrarse con él, sin éxito. Cada vez que han concretado su localización, han llegado tarde.
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En realidad, la única constancia física de su presencia en el campo de batalla la ha proporcionado una rehén liberada en la pasada tregua, Yocheved Lifshitz, de 85 años, quien le identificó como el hombre que les visitó brevemente cuatro días después de ser secuestrados para decirles que no temieran por sus vidas. Yahya Sinwar iba acompañado de su hermano Mohammed, el hombre que dirigió la construcción del complejo de túneles debajo de Gaza. Lifshitz le espetó: «¿Cómo no se avergüenza de hacer algo así a gente que ha apoyado la paz todos estos años?» No respondió.
Israel sufre la frustación de no haber logrado dar con el paradero de los cuatro máximos comandantes militares terroristas en la Franja: el propio Yahya Sinwar, su hermano Mohammed, Rafi Salameh y Muhammad Deif,. responsable de las Brigadas Izz al-Din al-Qassam. Por los cuatro, el Gobierno de Benjamín Netanyahu ofrece un millón de dólares. En las últimas semanas, la aviación ha arrojado miles de panfletos sobre Gaza en los que insta a los palestinos a suministrar información sobre los cuatro líderes. Por Yahya paga 400.000 dólares; 300.000 en el caso de su hermano; 200.000 si el delatado es Rafi Salameh, un individuo sanguinario con un amplio historial terrorista; y 100.000 por Deif.
Sin embargo, no parece probable que nadie en la Franja esté dispuesto a traicionar a Yahya. Fundador del aparato de inteligencia de Hamás, es un hombre obsesionado con los colaboracionistas. En 1989 mató a dos soldados israelíes y a cuatro palestinos que consideró espías del ejército. Fue condenado a cuatro cadenas perpetuas y liberado 22 años más tarde como parte del acuerdo que el Gobierno firmó para el regreso del soldado capturado Gilad Shalit. Su excarcelación se produjo en contra de la opinión de algunos mandos militares, que habían visto la capacidad de Yaha de liderar a los presos en la cárcel y su esfuerzo de aprendizaje sobre los modos de vida y de pensamiento de los israelíes.
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Los analistas militares le tachan de «brutal». El perfil que trazan de él es el de un dirigente frío, calculador y al que no le importa morir en la batalla. Desde el principio de la ofensiva, el ejército ha sido consciente de que no le cogerá vivo, aunque tampoco lo pretende. Ese aparente desprecio por su vida lo mostró en una ocasión cuando, buscado por las tropas para abatirlo con un proyectil, fijó una fecha para recorrer Gaza a pie. Lo hizo, a plena luz del día e incluso deteniéndose para saludar a los gazatíes. Muchos militares creen que, si ahora se oculta tan celosamente, no es tanto por miedo a morir como a dejar descabezado el aparato de combate en la Franja
La nueva brigada movilizada por las Fuerzas de Defensa demuestra la fijación del Estado judío con este comandante, puesto que pone a varios miles de soldados en la operación de búsqueda y captura. El ejército afirma que está en constante movimiento y no pasa más de dos días en el mismo lugar. Sobre todo, tras haberse zafado por dos veces de sus perseguidores. Al comienzo de la ofensiva, en cambio, parece que disponía de un búnker de seguridad y permanecía más tiempo quieto, forzado posiblemente por sus deberes para organizar la lucha.
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Cada vez más acorralado por el ejército, Sinwar logró esconderse en un convoy humanitario y trasladarse al sur de Gaza con destino a Khan Younis. Los soldados rodean su casa y vigilan otros inmuebles de su propiedad, aunque da por hecho que no los pisará. Una escolta sólida protege sus pasos. De hecho, Tel Aviv atribuye a ese cordón de seguridad que fuera alertado y pudiera escapar a tiempo de las tropas en las anteriores ocasiones. Ahora el contexto es más opresivo. Tras el desmantelamiento sucesivo de las estructuras subterráneas de Hamás y el control que Israel tiene de los edificios en una gran superficie de Gaza, se cree que cada vez tiene menos lugares en los que esconderse.
El último golpe lo propinó la 162 División, que el martes asumió el control absoluto del campo de Jabaliya, lo que, en la práctica, supone la destrucción del entramado operativo de los yihadistas en Gaza City. El general Itzik Cohen informó de que en la batalla por este distrito han perdido la vida mil militantes de Hamás y otros quinientos han sido detenidos. Campos de entrenamiento, túneles, salas de guerra e incluso fábricas de armamento han quedado arrasados y «Jabaliya ya no es la Jabaliya que solía ser», precisó Cohen.
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No han aprehendido a Yahya Sinwar, pero, paradójicamente, durante su búsqueda los militares han descubierto una sala utilizada por Muhammad Deif, comandante militar de Hamás que ha permanecido durante décadas en la sombra y del que no existen fotografías recientes. Deif ha sido ubicado en diferentes lugares en este tiempo, pero los indicios encontrados apuntan a que en estos últimos meses ha estado al mando de los combates en Gaza. Y lo más sorprendente: los militares han localizado vídeos donde se le ve utilizar las manos y caminar, eso sí con cierta cojera, lo que desmiente los informes de los servicios de espionaje que señalaban que había perdido las piernas y un brazo. Durante una década, las Fuerzas de Defensa han manejado la creencia de que el terrorista estaba prácticamente parapléjico después de un ataque aéreo israelí.
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Julia Fernández
Sinwar sustituyó en 2017 a Ismail Haniyeh al frente de la organización islamista dentro de la Franja. Haniyeh reside en una lujosa villa con vistas al mar en Qatar. Israel también ha prometido acabar con él. Lidera la oficina política de Hamás y ha sido él mismo quien llegó a El Cairo en la noche del miércoles para negociar una nueva tregua con Israel. La posibilidad de este alto el fuego, sin embargo, se apaga. La milicia está dispuesta a liberar 40 rehenes en una semana a cambio de que Tel Aviv suspenda la ofensiva. Y la respuesta del primer ministro, Benjamín Netanyahu, ha sido tajante: «Cualquiera que piense que detendremos la guerra está desvinculado de la realidad; Hamás puede rendirse o morir».
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