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El Gobierno de Maldivas se sumó este lunes a la denuncia que estudia la Corte Internacional de Justicia contra Israel por el «riesgo de genocidio» en Gaza. Las autoridades del país asiático, el más pequeño entre las naciones de mayoría musulmana, reprochó los «continuos ataques» ... del ejército contra Rafah, unos «actos genocidas» organizados por el Ejecutivo hebreo «bajo la apariencia» de operaciones de seguridad que han provocado «una exacerbación de la catástrofe humanitaria» en la Franja.
Maldivas refuerza así la denuncia ante el tribunal internacional que formuló Sudáfrica a finales de diciembre y a la que este domingo se agregó Egipto. El Cairo, en una decisión sin precedentes, acusó a Tel Aviv de infringir el Derecho Internacional y crear unas «condiciones inhabitables» para los palestinos. El ministro de Exteriores, Samé Shukri, conversó este lunes con su homólogo estadounidense, Antony Blinken, para trasladarle la opinión egipcia de que la ofensiva genera «una grave amenaza para la estabilidad en la región».
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Más allá de los efectos prácticos de la demanda -cuyas primeras resoluciones han sido despreciadas por Tel Aviv-, lo indudable es que elevan la presión internacional sobre el Ejecutivo hebreo. La situación es cada vez más infernal. Las Fuerzas de Defensa han incrementado los ataques en el norte y el sur de Gaza, de donde han huido ya 500.000 civiles, mientras se disparan las declaraciones explosivas. El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, no tuvo reparos anoche en dirigirse a Israel en plena jornada de conmemoración de los 1.200 fallecidos en los ataques terroristas de Hamás del 7 de octubre para anunciar que «más de mil miembros» de esta milicia reciben atención médica en los hospitales turcos. Erdogan, en unas declaraciones insospechadamente vehementes, catalógo a Hamás como una «organización de resistencia» a la que «todo Occidente ataca con armas y municiones». «Llamarla organización terrorista sería cruel», concluyó.
En la capital hebrea, el primer ministro, Benjamín Netanyahu, reconoció por su parte la muerte de «al menos 16.000 civiles» palestinos en los siete meses que se prolonga ya la guerra. Realizó esta estimación en una entrevista concedida al podcast 'Call Me Back' de Dan Senor en la que elevó a «unos 14.000» los milicianos de Hamás y otras facciones palestinas abatidos en los combates. Las cifras del dirigente hebreo, recogidas por 'The Times of Israel', no distan demasiado de las estimaciones del ministerio de Salud gazatí, que informó de que el número de víctimas superó la barrera de los 35.000, la mayoría mujeres y niños. A esto habría que añadir los más de 10.000 desaparecidos que las familias reclaman y que muchos siguen bajo los escombros de los edificios bombardeados. Netanyahu no había cuantificado los civiles muertos en Gaza hasta el momento.
Las estimaciones del primer ministro llegaron en un momento en el que Tel Aviv refuerza su ofensiva en el sur y norte de Gaza. En otro dato terrible que deja esta guerra, los israelíes han obligado a desplazarse por la fuerza en la última semana a más de medio millón de personas, 360.000 en Rafah, en plena frontera con Egipto, y 150.000 en el campo de refugiados de Yabalia, en el norte.
Los militares operan cada vez más cerca del centro urbano de Rafah, ciudad que llegó a acoger a 1,4 millones de personas, y la gente escapa como puede hacia Deir El Balah, localidad del centro de la Franja saturada y sin capacidad de ofrecer servicios mínimos a los recién llegados. El empuje del ejército obliga a las evacuaciones forzosas de nuevos barrios cada día y la gente huye con lo puesto sin saber a dónde ir.
En medio de los combates en el sur, Naciones Unidas informó de la muerte de su primer trabajador extranjero desde el inicio de la guerra. Un vehículo de la ONU perfectamente identificado recibió varios impactos de bala y uno de sus pasajeros murió y otro resultó herido. El organismo internacional pidió una investigación a fondo de lo sucedido y las autoridades de Gaza acusaron al ejército de abrir fuego contra el vehículo cuando se dirigía al hospital Europeo. En estos meses de guerra Israel ha matado a 196 trabajadores humanitarios, la mayoría de UNRWA, agencia de la ONU para los refugiados palestinos.
Los israelíes mantienen además cerrado el paso que conecta Rafah con Egipto y desde hace más de una semana apenas entran alimentos, agua y combustible a la Franja. La ayuda no llega a la Franja y se repiten los ataques a convoyes por parte de grupos como Tzav9, que busca poner fin a la llegada de ayuda a Gaza mientras Hamás no libere a los cautivos. Los activistas de este grupo ultranacionalista asaltaron varios camiones en el puesto de control de Turkumiya, entre el sur de Cisjordania e Israel, y destrozaron los sacos de azúcar y harina que portaban.
A la presión internacional para no asaltar Rafah se sumó Egipto con su decisión de apoyar la denuncia por genocidio presentada por Sudáfrica contra Israel en la Corte de Justicia Internacional. El ministro de Asuntos Exteriores egipcio, Sameh Shoukry, habló con el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, para advertir que esta operación representa un «grave riesgo para la seguridad» de su país.
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Israel considera este movimiento indispensable para lograr su doble objetivo de liberar a los cautivos y cazar a Yahya Sinwar, cerebro del ataque del 7 de octubre. Israel avanza, aunque fuentes de inteligencia de Estados Unidos citadas por 'The New York Times' aseguraron que el líder de Hamás seguiría en Khan Younis, escondido en la interminable red de túneles de su ciudad natal.
Ante la vuelta del ejército al norte de Gaza, donde hace meses que dio a Hamás por derrotado, Hossam Shabbat, uno de los pocos reporteros locales que quedan en el norte, recurrió a X para decir que «pensamos que los primeros días fueron los peores, luego pensamos que el hambre era lo peor, pero este bombardeo no se parece a nada que hayamos visto. Sólo hoy, el campo de refugiados de Yabalia fue bombardeado al menos cien veces».
Los israelíes insisten en que Hamás aprovechó la retirada de los militares para regresar a lugares como Yabalia y retomar la actividad armada. Gente que ya lo ha perdido todo es obligada de nuevo a salir de las ruinas en las que malvivían para poner rumbo a una Ciudad de Gaza en escombros. El grupo islamista compartió imágenes de sus milicianos atacando carros de combate en esta segunda batalla de Yabalia.
En su entrevista con Dan Senor, Netanyahu adelantó que Israel «operará en Gaza durante mucho tiempo para evitar que Hamás resurja». En opinión del primer ministro, «no es necesario volver a ocuparlo. Sólo hay que desmilitarizarlo. Y ya sabes, las distancias son muy pequeñas. Así que entras y sales. O te quedas donde tienes que estar». El Estado judío dibuja un escenario futuro con otra administración civil en Gaza dirigida por gente local no afiliada a Hamás que cuente con el apoyo de estados árabes, «pero nada de eso sucederá hasta que Hamás sea derrotado», señaló el mandatario.
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