Fracasan los intentos de una tregua en Gaza y Líbano

Hochstein y McGurk abandonaron Oriente Medio sin pisar Beirut, toda una señal de que no se produjeron grandes avances en los encuentros con Netanyahu, los ministros de Asuntos Estratégicos, Ron Dermer, y Defensa, Yoav Gallant, los directores del Shin Bet, Ronan Bar, y del Mossad, David Barnea, y otros altos funcionarios israelíes.

El primer ministro libanés, Najib Mikati, condenó lo que calificó de «expansión» de los ataques hebreos, consecuencia de la negativa a avanzar en los esfuerzos para lograr una tregua. «Confirman el rechazo del enemigo a todos los esfuerzos que se están haciendo para asegurar un alto el fuego», apuntó. El veterano dirigente acusó al Estado judío de «insistir en el uso de las matanzas y la destrucción».

Pese a las acusaciones de Mikati, el diario 'The New York Times' desveló que Hochstein le pidió que declarara un alto el fuego unilateral con Israel como parte de un esfuerzo por ayudar a alcanzar una resolución para el conflicto que dura más de un año. La solicitud fue vista como imposible ya que Hezbolá lo entiende como una rendición. El primer ministro negó esta información.

La milicia chií siguió una jornada más con el lanzamiento de cohetes al otro lado de la frontera, con al menos diez heridos. El ejército aseguró haber acabado con el 80% del arsenal de su enemigo, pero los proyectiles siguen saliendo y haciendo imposible la vida en muchos puntos del norte del territorio hebreo. El jueves dejaron siete muertos, el día más sangriento para Israel desde el inicio de la guerra en esta zona.

Tras meses de infructuosa mediación en Gaza, Estados Unidos trató de empezar con Líbano con el objetivo de extender un posible acuerdo a la Franja, pero tampoco tuvo éxito. En los últimos días se han puesto sobre la mesa propuestas de Egipto o Qatar, pero Hamás se mantiene firme en su exigencia de aceptar únicamente un alto el fuego definitivo y la retirada de las fuerzas israelíes.

Una de las propuestas que se discute, según los medios israelíes, consistiría en liberar a las mujeres rehenes junto con los hombres cautivos mayores de 50 años a cambio de un número determinado de prisioneros palestinos. En caso de salir adelante, los combates en Gaza se detendrían durante un tiempo sin concretar, pero inferior a las seis semanas previstas en un acuerdo anterior que los negociadores habían propuesto. Las familias de los cautivos presionan, pero su protesta diaria no logra que Netanyahu acepte un acuerdo y es el primer ministro quien tiene la última palabra.