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Tres turistas españoles y tres ciudadanos afganos -uno era un muyahid (miembro de los talibanes) y dos de ellos eran civiles- fueron asesinados ayer en Bamiyán, ciudad turística del centro de Afganistán y que hace años registraba una gran tradición turística. Los tres fallecidos españoles ... son catalanes, de Figueres y Girona, según confirmó horas después en la red social X el presidente en funciones de la Generalitat, Pere Aragonès. En el asalto han resultado heridas otras tres personas, una española, un australiano y un lituano.
Davant el tràgic assassinat de tres ciutadans catalans a l'Afganistan, estem en contacte amb totes les autoritats per fer l'acompanyament a la resta d'afectats i a les famílies.
— Pere Aragonès i Garcia 🎗 (@perearagones) May 17, 2024
Catalunya està al vostre costat en aquests moments dolorosos i tràgics.https://t.co/sQy7lauBgp
Un total de seis turistas españoles se encontraban en el lugar del ataque. El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, ha aclarado que la mujer herida está en estado crítico tras ser operada de urgencia en Kabul, pero está consciente. «Esto nos da esperanzas», declaró. Asimismo, el ministro ha mantenido esta mañana una conversación telefónica con los dos españoles ilesos, también catalanes, quienes le han trasladado que se encuentran bien a la espera de abandonar el país en las próximas horas.
En cuanto al tiroteo en sí, Albares lo definió como un ataque «indiscriminado». Según el relato oral de una de las personas afectadas, el grupo estaba comprando en el mercado de Bamiyán (una zona muy castigada por la insurgencia talibán antes de llegar al poder en el país, como demuestra la destrucción de los históricos budas de la región) cuando «apareció de un callejón, disparando», pero podría haber otros atacantes, detalló el titular de Exteriores. «En Afganistán, este tipo de situaciones ocurren muy a menudo, cuando hay ciudadanos occidentales», apuntó, sin entrar a especular sobre las circunstancias exactas del incidente, que hasta ahora no se ha atribuido ningún grupo.
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Sobre las tareas de repatriación de la persona herida, Albares no ha querido dar un plazo exacto pero espera, en el mejor de los casos aunque siempre sin garantizarlo, que sea lo antes posible. «Estamos un poco en manos de los médicos para saber cuándo se podrá realizar esa repatriación y en qué condiciones, pero desde luego el objetivo está muy claro: que esto se produzca tan rápido como sea posible», ha añadido.
Albares, que ha descrito lo ocurrido como una «barbaridad», ha recordado que, «en estos momentos, en cualquier punto de Afganistán existe este riesgo, igual que el de secuestro» y por ello el Ministerio de Exteriores, en su alerta de viaje y después de la reconquista talibán de Kabul, «desaconseja bajo cualquier circunstancia cualquier tipo de viaje que se realice a Afganistán».
Pedro Sánchez, por su parte, se mostró «sobrecogido por la noticia». «Sigo la situación puntualmente. La Unidad de Emergencia Consular del Ministerio de Exteriores está trabajando para ofrecer toda la asistencia necesaria», escribió el presidente del Gobierno en un mensaje en redes sociales, en el que trasladó su afecto a los familiares y amigos de los fallecidos. El 'New York Times' informó a última hora de ayer de que el atentado se había producido cuando las víctimas salían de un bazar.
Sobrecogido por la noticia del asesinato de turistas españoles en Afganistán.
— Pedro Sánchez (@sanchezcastejon) May 17, 2024
Sigo la situación puntualmente. La Unidad de Emergencia Consular del @MAECgob está trabajando para ofrecer toda la asistencia necesaria.
Quiero trasladar todo mi afecto a sus familiares y amigos.
Este ataque es el primero contra turistas extranjeros en Afganistán que causa víctimas mortales desde que los talibanes regresaron al poder, en agosto de 2021. El régimen intenta fomentar el turismo, una importante fuente de ingresos para uno de los países más pobres del mundo.
«Escuché una serie de disparos», contó un residente a la agencia AFP que no quiso dar su nombre. «Las fuerzas de seguridad acordonaron inmediatamente las calles que conducen al lugar», cerca del gran mercado de Bamiyán. Todo fue confusión. La onda expansiva de este incidente recorrió pronto el país. Un turista que visitaba Herat, una localidad del oeste donde España mantuvo una misión militar hasta 2014 centrada en reconstruir infraestructuras y eliminar la insurgencia, indicó en un grupo de WhatsApp: «Los talibanes nos pararon mientras caminábamos por la calle. Nos llevaron a la comisaría y no quisieron dejarnos ir, diciendo que debido a lo que había pasado en Bamiyán ya no estábamos seguros. Luego nos dijeron que comiéramos rápido y que no nos quedáramos en las calles».
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España tiene cerrada su Embajada en Kabul, capital del país, desde agosto de 2021, cuando los talibanes tomaron el poder. En las recomendaciones de viaje publicadas en su web, Exteriores aconseja «no viajar bajo ninguna circunstancia a Afganistán» y «se recuerda que existe el riesgo de secuestro o atentado en todo el país».
Bamiyán, sede de los Budas gigantes destruidos por los talibanes en 2001, es el principal destino turístico de Afganistán. La provincia está habitada principalmente por miembros de la comunidad hazara, chiítas. Son un grupo enfrentado a los sunitas del Estado Islámico. El EI ha atentado en varias ocasiones contra ciudadanos chiítas. Más allá de estos ataques en clave local, Afganistán había recuperado cierta normalidad desde 2021, tras cuatro décadas de conflictos. Hay que rebobinar hasta 2016 para encontrar un atentado de los propios talibanes contra turistas extranjeros. Atacaron con cohetes un vehículo en el que iban seis personas, que resultaron heridas.
El Gobierno de Afganistán mostró su condolencia por lo sucedido este viernes. «Condenamos enérgicamente este crimen, expresamos nuestro profundo pesar a las familias de las víctimas y garantizamos que todos los criminales serán encontrados y castigados», afirmó el portavoz del Ministerio del Interior.
Afghanistan : we condemn in the strongest terms the armed attack against a group of foreign tourists visiting Bamyan.
— Nabila Massrali (@NabilaEUspox) May 17, 2024
Our thoughts are with the families and loved ones of the victims who lost their lives and those injured in the attack. 👇 https://t.co/i1StXy4wDh
La Unión Europea también condenó «en los términos más enérgicos» el tiroteo, al tiempo que Estados Unidos mostraba su pesar y reiteraba que «la violencia no es la respuesta». «Nuestros pensamientos están con las familias y seres queridos de las víctimas que perdieron la vida y aquellos heridos en el ataque», señaló en un comunicado la portavoz de Exteriores de la UE, Nabila Massrali.
Los Budas de Bamiyán fueron el primer blanco fácil de los talibanes, la expresión más espectacular de la intransigencia al pretender acabar con un bagaje incómodo para la estricta ortodoxia. En 2001, la furia iconoclasta de los extremistas islámicos redujo a escombros las dos gigantescas tallas en roca, herencia del arte grecobudista. Habían sido levantadas en el siglo V o VI d. C. y permanecían en sus enormes hornacinas, ya desfiguradas por la ancestral intolerancia religiosa. Su definitivo aniquilamiento despertó la conciencia ante la magnitud de un absurdo atropello que ha perdurado e, incluso, se ha extendido en años posteriores.
Pero la devastación del patrimonio no es fruto exclusivo del fanatismo religioso o ideológico. En los últimos tiempos, a la interpretación rigorista se suma a las consecuencias devastadoras de la guerra y el expolio sistemático de los fondos, práctica que nutre un comercio clandestino. El saqueo de los yacimientos arqueológicos ha sido habitual en el país centroasiático, que la guerra fomentó y al que contribuyeron las mafias locales implicadas en el tráfico de heroína.
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