El 'espectáculo' que llena los campos de fútbol de Afganistán: las ejecuciones

El protagonista del último de estos macabros 'shows' fue Nazar Mohamad que, en enero de 2022, según la sentencia, mató a otro hombre, Jal Mohamad, con un «arma blanca» en la localidad de Balcheragh. «El caso fue examinado de forma muy precisa y reiterada por tres tribunales del Emirato Islámico», recalcó la Corte Suprema para tratar de dar sentido a su sangrienta decisión. La última palabra, en realidad, la tuvo la propia familia de la víctima, a la que dieron a elegir la forma de castigo. Acabar con su vida ante una multitud en un estadio le pareció la mejor idea para vengar a su pariente.

Las ejecuciones en público mueven a miles de personas pero el Gobierno de Jauzján, donde se produjo la última, quiso asegurarse una buena entrada al campo y días antes envió una invitación a los vecinos de la zona para que acudieran al 'espectáculo'. Los asistentes vieron cómo a Nazar le pegaron cinco tiros por la espalda delante de su familia, incluidos niños, y varios altos cargos del régimen talibán. Un castigo que el Tribunal Supremo está convencido de que «fortalece la seguridad en el país y una mejor aplicación de la 'sharia'» y que, sabe, del tirón de estos actos. Otras veces, cuando el delito tiene que ver con casos de robo, adulterio o consumo de alcohol, por ejemplo, se somete a los condenados a flagelaciones ante una multitud de desconocidos.

Naciones Unidas ha reclamado «una moratoria inmediata del uso de la pena de muerte, como paso previo a su abolición», tras comprobar que los talibanes han recuperado las costumbres más terribles que les acompañaron durante su primer régimen, entre 1996 y 2001, en Afganistán. En menos de una semana han ejecutado en campos de fútbol del país a tres personas ya que el jueves, cuatro días antes de Nazar, una multitud presenció la muerte de otros dos hombres por asesinato en un abarrotado estadio de la ciudad de Ghazni, en el centro.

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La primera ejecución tras la vuelta de los talibanes al poder tras la intervención internacional se produjo en diciembre de 2022 en la provincia de Farah, donde el padre de una víctima fue el encargado de abatir a la persona que había matado a su hijo. Después, en junio de 2023, ajusticiaron a otro condenado dentro de una mezquita con 2.000 personas. Un auténtico, y terrible, fenómeno de masas.