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Durante la rueda de prensa de este martes, el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, ha anunciado que cuenta con un «plan de victoria» que piensa transmitir en septiembre al presidente estadounidense, Joe Biden, y a los candidatos a las elecciones de noviembre, Kamala Harris y Donald ... Trump. Zelenski dijo que el plan contiene cuatro áreas una de las cuales es «la operación en la región de Kursk», que el Ejército ucraniano inició el pasado 6 de agosto.
«Una de las áreas -del plan-, una de cuyas partes ya se ha completado, atañe a la región de Kursk», afirmó el presidente ucraniano. Según sus palabras, «la segunda dirección es el lugar estratégico que debe tener Ucrania en la infraestructura de seguridad del mundo. La tercera es un poderoso paquete de medidas para obligar a Rusia a poner fin diplomáticamente a la guerra. El cuarto es económico, no hablaré de esto ahora en detalle».
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Zelenski añadió que sería «justo» que el plan para la victoria se presentará primero al presidente de los Estados Unidos, porque su éxito depende de si la Casa Blanca entrega a Ucrania lo que se menciona en ese documento, obviamente las armas necesarias aunque en este aspecto no llegó a entrar en esta ocasión, es algo que ya repite casi a diario.
Zelenski dijo que esta hoja de ruta se la presentará a Biden durante una reunión que mantendrá con él en septiembre. «Y creo que sería correcto mostrar este documento tanto a Kamala Harris como a Donald Trump, porque no sabemos quién será presidente, pero realmente queremos implementar este plan», añadió.
El líder ucraniano señaló además que la ofensiva en Kursk también está relacionada con la segunda cumbre de paz que Ucrania espera organizar. «¿Está relacionada la operación Kursk con la segunda cumbre de paz? Sí, porque la operación de Kursk es uno de los puntos del plan de victoria de Ucrania», subrayó Zelenski.
El anuncio de Zelenski ha tenido lugar mientras el director de la Organización Internacional de Energía Atómica (OIEA), Rafael Grossi, visitaba la central nuclear de Kursk, región rusa en donde las fuerzas ucranianas han creado un nuevo frente a unos 40 kilómetros de esta planta atómica. Las autoridades locales activaron la alarma de ataque aéreo para indicar al recién llegado que la situación es seria.
No obstante, a juzgar por las noticias que llegaban desde Kiev, está siendo mucho más grave la situación en Ucrania, contra cuyas infraestructuras civiles este martes el Ejército ruso lanzaba otro ataque masivo después del ejecutado el lunes cuando se registraron más de una decena de muertos y serios daños en la red eléctrica del país.
Grossi llegó este martes por la mañana a las instalaciones nucleares de Kursk a petición directa del presidente, Vladímir Putin, quien el pasado 22 de agosto, durante una reunión por videoconferencia aseguró que «el enemigo intentó bombardear la central nuclear de Kursk la pasada noche. El Organismo Internacional de Energía Atómica ha sido informado y prometen venir y enviar especialistas para evaluar la situación».
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Rafael M. Mañueco
Rafael M. Mañueco
Durante aquel encuentro, el gobernador de Kursk, Alexéi Smirnov, ya constató que «la situación en la planta es estable, todo funciona como de costumbre». La OIEA tampoco detectó entonces ninguna tentativa por parte de las fuerzas de Kiev de atacar la central. Al día siguiente, sin embargo, el 23 de agosto, los medios de comunicación rusos mostraron los restos de un dron, supuestamente ucraniano, que fue derribado cuando presuntamente volaba en dirección hacia el complejo atómico.
Grossi, que no ha tenido más remedio que acudir a la llamada de Putin para no estropear con él las relaciones y poner en cuestión futuras visitas a centros nucleares, dijo este lunes que su objetivo ahora consiste en, «dada la gravedad de la situación» declarada por el Kremlin «evaluar de forma independiente lo que está ocurriendo».
El actual director de la OIEA ha estado también en la central nuclear de Zaporiyia, en poder de las tropas rusas desde que la ocuparon en marzo de 2022, pocos días después del inicio de la invasión rusa. Se da la circunstancia de que, el pasado 11 de agosto, ardió una de las torres de refrigeración de la planta y Moscú insistió en que fue consecuencia de un ataque ucraniano con drones. Sin embargo, tras examinar el lugar, expertos de la OIEA no encontraron ninguna evidencia de que se llevara a cabo tal bombardeo. Pese a ello, el jefe del Kremlin culpó a Kiev del incendio. En una reunión del Consejo de Seguridad ruso, al día siguiente de registrarse el incidente, Putin acusó al Gobierno de Zelenski de atacar «indiscriminadamente a civiles, a infraestructuras de uso civil» y de crear «una amenaza contra las instalaciones de energía nuclear».
Rusia cree incluso que Ucrania se dispone a emplear armas químicas contra las tropas rusas. Así lo aseguró este martes durante una comparecencia el general Ígor Kirillov, comandante en jefe de las tropas de Defensa Radiológica, Química y Biológica, quien sostiene que Kiev ha adquirido en Occidente agentes tóxicos de naturaleza química. Según Kirillov, en las posiciones del Ejército ucraniano abandonadas tras el avance de las fuerzas rusas en Donetsk «se han encontrado manuales sobre la utilización por la artillería de munición con carga química». Sin embargo, por parte de la Organización para la Prohibición de Armas Químicas (OPAQ) no ha habido informes de casos probados de utilización de tales municiones por parte de las tropas de Kiev.
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