La vida loca de los diputados en Westminster

Los últimos casos son de conservadores. Peter Bone, de 71 años, ha sido apartado del Parlamento durante seis semanas al confirmar un panel de investigación la denuncia de uno de sus asistentes por haberle sometido a humillaciones verbales y físicas: como castigarle con sentarse en su regazo o exhibirse desnudo de modo persistente cuando compartían una habitación de hotel.

Una expulsión de más de diez días inicia un mecanismo de recogida de firmas en su circunscripción para desbancarlo. Si el 10% del censo lo pide, se convoca una elección para designar a otro diputado. La comarca de Wellingborough podría inclinarse hacia el laborismo, como ha sucedido en votaciones recientes, y darle otra jaqueca al primer ministro británico, Rishi Sunak. No ocurriría con la otra sanción de esta semana.

Crispin Blunt es diputado por Reigate, una circunscripción en el oeste de Londres perpetuamente conservadora, que le ha elegido desde 1997. Le han expulsado del grupo parlamentario porque fue detenido por la Policía para interrogarle sobre una denuncia de violación y de posesión de drogas ilegales. Blunt afirma que es víctima de una extorsión y que él inició la denuncia.

Las mentiras que Boris Johnson contó sobre su conocimiento de las acusaciones de acosos sexuales cometidos por Chris Pincher -a quien había dado el segundo rango en el comité de disciplina del grupo parlamentario- fueron el detonante de su dimisión forzada. Liberado de la jefatura de Gobierno, Johnson ha anunciado su fichaje por una cadena de televisión para 'brexiters'.

El exprimer ministro ya había provocado la dimisión del responsable de velar por los estándares de conducta en el Gobierno, cuando se negó a despedir a la ministra de Interior, Priti Patel, por maltrato verbal a funcionarios. El viceprimer ministro, Dominic Raab, se retiró de la política cuando un panel confirmó que también había cometido 'bullying' (abuso, acoso, hostigamiento) de funcionarios.

Los casos de expulsión temporal o definitiva afectan a todos los partidos. Los laboristas han suspendido a su anterior líder, Jeremy Corbyn, por negar que durante su liderazgo se fomentase el antisemitismo. A Diane Abbott, la primera diputada de piel negra en el Parlamento británico, por escribir en una carta a un periódico que judíos, irlandeses y gitanos sufren marginación, pero no racismo.

Hay varios diputados expulsados de sus grupos por acoso a mujeres. Al menos dos han sido suspendidos sin que se aclare el motivo. Uno de los miembros de esa cuenta de 'independientes' que se sientan aislados en sus escaños cayó por una turbia representación de una empresa de apuestas. Una parlamentaria laborista por acosar a una mujer que había ligado con su pareja; y el exministro Matt Hancock, por abandonar el hemiciclo para participar en un programa de televisión con famosos en la jungla.