El viceprimer ministro británico dimite por las acusaciones de acoso laboral

Las acusaciones de 'bullying' por parte de personas que han trabajado para Raab son antiguas y múltiples. En casos pasados llegó a un acuerdo de compensación con una funcionaria que le denunció en los tribunales. Ante la ola de querellas filtradas a la prensa, el viceprimer ministro pidió ya en noviembre al jefe de Ejecutivo, Rishi Sunak, que encomendase una investigación a un abogado independiente.

Prometió entonces en una entrevista con la televisión Sky que, si se confirmaba la veracidad de alguna denuncia, dimitiría. El informe del letrado Adam Tolley contiene en sus 48 páginas dos casos de conducta inapropiada, tras analizar ocho denuncias presentadas por unos veinte funcionarios. El informe no identifica a los denunciantes, que en dos instancias se asociaron en grupo para presentarlas.

Los casos afectan a tres ministerios que Raab ha liderado en la década fluida del Brexit. Fue ministro para la Marcha de la Unión Europea bajo el mandato de Theresa May, de Exteriores y Primer Secretario de Estado con Boris Johnson. Luego perdió su puesto en el Gabinete de la efímera Liz Truss y recobró con Sunak la inusual posición de segundo en rango del Gabinete, además de responsable de Justicia.

El código de la administración pública británica define 'bullying' como «una conducta que intimida o insulta, hace que otros se sientan incómodos o asustados, o menos respetados, u ofendidos». Una investigación del asesor independiente del primer ministro ya falló en 2020 que la exministra de Interior, Priti Patel, incumplió las reglas. Pero Johnson lo rechazó y el asesor dimitió de su puesto.

Raab parece haber leído el informe sobre Patel antes de escribir su carta de renuncia, porque puntualiza que la investigación no dice que nunca haya levantado la voz o exclamado juramentos, como habría hecho la exministra. Pero Raab escribe su carta indignado porque el estudio crea, según su juicio, «un peligroso precedente para el ejercicio de la buena gobernación».

Tolley describe una reunión en el Ministerio de Exteriores, en la que Dominic Raab «actuó de manera intimidatoria, en el sentido de que no era razonable y, sin embargo, era persistentemente agresiva». El ya exministro afirma en su carta que en ese encuentro se trató sobre el incumplimiento por parte de un diplomático de las órdenes del Gabinete sobre la negociación con España sobre Gibraltar en el marco del Brexit.

Colegas conservadores de Raab dicen que es víctima de una caza de brujas por funcionarios a los que no les gustan sus políticas, pero el dimitido tiene reputación de persona tensa y de trato difícil. Su paso por los ministerios no ha sido especialmente exitoso. Ocupó la jefatura de Gobierno durante la baja por covid de Johnson, pero permaneció de vacaciones durante la evacuación de Afganistán.

Euroescéptico gélido y cinturón negro de karate, reconoció cuando era responsable del Brexit que no sabía que el tráfico entre Dover y Calais tenía tal importancia en el comercio británico. Su proyecto actual era sustituir una ley aprobada en tiempos de Tony Blair por una norma puramente británica de Derechos.