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M. Pérez
Jueves, 4 de julio 2024
Keir Starmer ya es oficialmente el 58º primer ministro del Reino Unido. Comienza la nueva era laborista en el país, que sucede a catorce años de conservadurismo. El triunfal vencedor de las elecciones legislativas ha celebrado la audiencia protocolaria con Carlos III en el Palacio ... de Buckingham, en la que el monarca le ha encomendado su nueva función como jefe del Gobierno. El 'premier' parece presto para cumplir de manera inmediata. Después del tradicional discurso en el número 10 de Downing Street, Starmer se ha propuesto configurar su gabinete esta misma tarde. De hecho, se ha puesto en marcha ya el número de colaboradores que ha empezado a desfilar hacia la sede del Gobierno.
«El Rey recibió en audiencia hoy al muy honorable diputado Sir Keir Starmer y le pidió que formara una nueva administración. Sir Keir aceptó la oferta de su majestad y besó las manos al ser nombrado primer ministro y Primer Lord del Tesoro», señala el comunicado de la Casa Real británica. Minutos antes, Carlos III había recibido al anterior 'premier', Rishi Sunak, para aceptar su cese. El dirigente conservador ha anunciado posteriormente que también dejará la dirección del partido 'torie', pero no de manera inmediata, tras asumir en primera persona la catástrofe electoral de su formación.
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M. Pérez
Hay curiosidad por el mandato de Starmer. Una multitud le ha aguardado delante de la que será su residencia oficial ondeando banderas de la Unión, Gales y Saltaire. Los simpatizantes disfrutan de estas horas de cambio recibiendo de rato en rato noticias cada vez más sorprendentes de la victoria laborista. Como la de que han barrido en Gales o el caso del copresidente del Club Laborista de la Universidad de Cambridge que, con tan solo 22 años, es el segundo diputado más joven de la historia política de su partido. Se ha hecho con el escaño de Cambridgeshire solo por 348 votos sobre su rival republicano.
Starmer ha prometido en su discurso de llegada que acometerá un proceso de «renovación nacional» y garantizado que el suyo será un Ejecutivo «libre de doctrina». «El país primero, el partido después».
«Ladrillo a ladrillo reconstruiremos Gran Bretaña», ha proclamado, no sin antes advertir que será un proceso que «llevará su tiempo». «Nuestro Sistema Nacional de Salud, de nuevo en pie de cara al futuro. Fronteras seguras, calles más seguras, todos tratados con dignidad y respeto en el trabajo. La oportunidad de una energía británica limpia, reduciendo sus facturas energéticas para siempre», ha ennumerado como algunos de sus objetivos inmediatos.
El reloj para la formación del nuevo Gobierno ya está en marcha. El recuento de votos será definitivo este sábado, pero la mayoría absoluta del laborismo forma ya parte de la historia. Después del receso para la comida, Angela Rayner ha sido el primer peso pesado del laborismo que ha entrado en Downing Street. Será con toda probabilidad nombrada vicepresidenta. Pat McFadden, el director de campaña, también ha llegado a la sede y todos los análisis apuntan a que le espera un alto cargo. Rachel Reeves es la única que ha sido confirmada como ministra de Economía. En una primera impresión ha dicho que los conservadores han dejado unas finanzas bastante ajustadas. «No hay mucho dinero allí», ha comentado en referencia al Tesoro. Reeves es consciente del «reto de magnitud» que tiene por delante y ha mostrado su interés hacia el fomento de la invesrión privada para sanear las cuentas naionales.
La consternación es palpable entre los conservadores después de una noche terrible, en la que han perdido casi dos tercios de su representación en la Cámara. El primer ministro saliente, Rishi Sunak, ha felicitado a su rival, admitido que el «veredicto es aleccionador» y asumido la responsabilidad de la derrota en primera persona. Starmer y Sunak mantuvieron una conversacion a las cuatro de la mdrugada de este viernes. El laborista y su mujer, Victoria, iban en coche hacia la fiesta organizada por el partido en el centro de Londres cuando el primer ministro saliente le llamó por teléfono. Sunak le comunicó que admitía su derrota. Hablaron unos minutos y luego colgaron. Starmer ha explicado hoy que fue en ese momento cuando supo que había ganado holgadamente los comicios.
Los resultados pronostican que los laboristas obtendrán 410 escaños; los conservadores, 144; los liberal-demócratas, 58; el partido Reform UK, 4; los independentistas escoceses, 8; los galeses de Plaid Cymru, 4; los verdes , 2; y otros, 20, que incluyen a los disputados en Irlada del Norte, 17. Es una aplastante victoria laborista y un final desgraciado a 14 años de gobernación conservadora.
La debacle tiene un efecto inmediato sobre el gabinete saliente. Once ministros no tendrán escaño. El titular de Defensa, Gran Shapps, la de Relaciones con el Parlamento, Penny Mordaunt, y el de Justicia, Alex Chalk, lo han perdido ante rivales laboristas. El exresponsable de Justicia Robert Buckland ha calificado los comicios como «unas elecciones apocalípticas». El ministro de Economía y Hacienda, Jeremy Hunt, se ha salvado por 891 papeletas. En un breve discurso, ha reconocido que los 'tories' han perdido la confianza del electorado y, un gesto poco común en política, ha llamado a arrimar el hombro con los liberales. Starmer y Rachel Reeves, la responsable de las finanzas en el nuevo gabinete, «son personas decentes y servidores públicos comprometidos que han cambiado al Partido Laborista para mejor. Independientemente de nuestras diferencias políticas, ahora todos necesitamos que triunfen».
Entre los pesos pesados que se quedan sin representación destaca Liz Truss. La que fuera primera ministra durante solo 45 días ha dejado entrever este viernes que quizás abandone la política después de ser la primera en abrir la caja de los truenos contra la dirección del partido 'torie'. «Me lo tengo que pensar», ha dicho, antes de reconocer que durante los catorce años que «estuvimos en el poder, lamentablemente no hicimos lo suficiente para hacer frente al legado que nos habían dejado». Truss se quejó de la Ley de Derechos Humanos que «nos dificultaba mucho deportar a los inmigrantes ilegales» (el plan estrella de Sunak de enviar a los peticionarios de asilo a Ruanda) y «creo que esa es una de las razones por las que hemos acabado en la situación en la que nos encontramos ahora».
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También es cierto que otra clave reside en el ascenso de Reform UK, el partido brexiter y anti-inmigrante, que ha minado a los 'tories' en múltiples circunscripciones. Su líder, Nigel Farage, obtiene su escaño, en Clacton-on Sea, en su octavo intento de entrar en la asamblea de Westminster. Ha afirmado que su victoria y el logro de otros tres escaños «es el primer paso de algo que os asombrará a todos vosotros van a ocurrir cosas extraordinarias»
El Partido Nacional Escocés (SNP), partidario de la independencia es otra víctima en estas elecciones, encaminado a perder más de 30 escaños en Westminster. La interpretación del resultado es complicada porque el electorado escocés puede señalar otra dirección en las autonómicas. Pero el laborismo avanza en Escocia y frenará el ímpetu por la independencia.
«Lo hemos hecho, ahora es el tiempo de cumplir», ha dicho Starmer en su discurso de victoria en su circunscripción de Holborn y St. Pancras. Ha tomado las riendas del país, tras un vuelco espectacular en la política británica, que puede tener repercusiones profundas en la estructura del centro-derecha y que da el poder a un partido que sufrió una derrota histórica en 2019, en el contexto del Brexit. Paradójicamente, los primeros análisis de los datos electorales apuntan a que el laborismo ha caído ligeramente en algunas de sus circunscripciones clásicas, entre ellas la del propio Starmer, y crecido en las áreas conservadoras. De hecho, ha expulsado a los 'tories' de sus feudos en Londres.
El jefe del laborismo ha exhortado a los suyos a «disfrutar de esta mañana», pero también a prepararse para los retos que se les viene encima en la nueva legislatura. «Un mandato como este conlleva una gran responsabilidad», advirtió, antes de instar a su partido a mantenerse unido. »Victorias como ésta no caen del cielo«, sino que son debidas al »esfuerzo de un Partido Laborista modificado. Nos presentamos como un Partido Laborista cambiado y gobernaremos como un Partido Laborista cambiado», avisó.
El protocolo de cambio en el liderazgo británico está bien engrasado por la cadena de cinco primeros ministros conservadores desde 2015. Sir Keir Starmer acudirá al Palacio de Buckingham después de que Rishi Sunak haya informado al rey Carlos III de su relevo. El monarca ha recibido a su tercer primer ministro en un año y nueve meses de reinado.
Dos altos funcionarios, el secretario del Gabinete y el secretario privado, han acogido a Starmer en el famoso número 10 entre los aplausos de un grupo de funcionarios congregados en la recepción del edificio. Los funcionarios, unos minutos antes, se habían congregado en la misma sala para aplaudir a su predecesor.
Tras seis semanas agotadoras de campaña y pasar la noche en blanco, Starmer ha recibido información confidencial sobre asuntos urgentes, firmado las cartas sobre el uso del último recurso a los capitanes de los submarinos nucleares y conocido las primeras previsiones del Ejecutivo que hereda. Quedará sorprendido, según Tony Blair, por el incesante volumen de solicitudes, problemas y exigencias que tendrá en los próximos cuatro años.
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