Varias unidades del tranvía de Clamart resultaron destruidas al ser incendiadas. Emmanuel DUNAND / AFP

Una segunda noche de disturbios en Francia obliga a Macron a convocar una célula de crisis

150 detenidos por las violentas protestas por la muerte de un joven a manos de la Policía

Beatriz Juez

París

Jueves, 29 de junio 2023, 10:32

El presidente francés, Emmanuel Macron, ha convocado para este jueves una célula interministerial de crisis para responder a la segunda noche de graves disturbios en varias ciudades francesas tras la muerte el pasado martes de Nahel, un joven de 17 años, víctima de un disparo ... de un policía en un control de tráfico en Nanterre, en las afueras de París.

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Macron denunció las escenas de violencia «insoportables». «Las próximas horas deberán ser de recogimiento y de respeto. La marcha blanca (convocada esta tarde por la familia de Nahel en Nanterre) debe hacerse bajo este signo», pidió el jefe de Estado.

El ministro del Interior, Gérald Darmanin, anunció que 150 personas habían sido detenidas en Francia en «una noche de violencias insoportables contra los símbolos de la República: ayuntamientos, escuelas y comisarías incendiados o atacados». En la primera hubo 31 arrestos en la periferia la capital.

El portavoz del Gobierno, Olivier Véran, consideró que las reacciones violentas a la muerte del menor «no pretenden resarcir o aportar justicia» sino «atacar a la República». «Ellos rompen, nosotros pagamos la cuenta», lamentó. Por su parte, en Twitter el político ultraderechista Éric Zemmour considera que la tragedia es sólo «una excusa».

La primera noche, los disturbios se habían concentrado en Nanterre, donde murió Nahel, y otras localidades de la región parisina. Anoche la violencia se extendió por todo el país. En Nanterre alborotadores quemaron una treintena de coches y se enfrentaron a la Policía lanzando fuegos de artificio y adoquines en la barriada de Pablo Picasso. Los agentes respondieron a los violentos con gases lacrimógenos.

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Ataque a una prisión

La entrada de la prisión de Fresnes, en la región parisina, fue también atacada con morteros de fuegos de artificio. Varios hombres enmascarados y vestidos de negro intentaron provocar una fuga de prisioneros, según el diario 'Le Figaro', sin que finalmente hayan logrado entrar en el interior de la cárcel gracias a la intervención de una unidad especial de la Policía.

En Neuilly-sur-Marne, unos desconocidos incendiaron toda la flota de vehículos de la Policía, calcinando siete coches patrulla. El fuego se extendió a un edificio que albergaba la comisaría municipal y el servicio de vivienda de la localidad.

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En Mons-en-Baroeul, localidad en la periferia de Lille, un fuego de artificio alcanzó un edificio de apartamentos, que resultó parcialmente destruido por un incendio. Cuatro personas resultaron heridas leves y 35 vecinos del inmueble fueron realojados. En Toulouse, 32 coches resultaron calcinados tras una noche de violencia urbana y hubo destrozos en el material urbano.

La primera noche, los disturbios se habían concentrado en Nanterre, donde murió Nahel, y otras localidades de la región parisina

El ministro del Interior expresó su «apoyo a los policías, gendarmes y bomberos que se enfrentan con valor» a los violentos. «Vergüenza a aquellos que no han hecho llamamientos a la calma», denunció Darmanin.

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Aunque no lo nombraba, el ministro se refería, sin duda, a Jean-Luc Mélenchon, excandidato presidencial de La Francia Insumisa, el equivalente de Podemos en Francia. «Los perros guardianes nos ordenan hacer un llamamiento a la calma. Nosotros hacemos un llamamiento a la justicia. Retiren la acción judicial contra el pobre Nahel. Suspendan al policía asesino y a su cómplice que le ordenó disparar», escribió en Twitter Mélenchon.

Jordan Bardella, presidente el partido de extrema derecha Reagrupación Nacional, también atacó a Mélenchon. «Este hombre, que excusa las amenazas de muerte proferidas contra un policía, que hace llamamientos a la insurrección desde su salón, es un peligro público. Su deriva personal es también la de una izquierda que llama a la violencia a la espera de obtener un sórdido beneficio electoral», denunció Bardella, mano derecha de Marine Le Pen.

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No es la primera vez que Francia vive disturbios tras la muerte de un joven a manos de la Policía. Los más graves fueron los de 2005. El país vivió entonces tres semanas de graves disturbios, tras la muerte de dos jóvenes, Zyed Benna y Bouna Traoré, que fallecieron electrocutados en un transformador de alta tensión cuando huían de la policía. El Gobierno decretó entonces del estado de emergencia. El balance fue de 10.000 coches quemados, 300 edificios destruidos, 6.000 detenidos, 217 policías y gendarmes heridos y destrozos por un valor de 200 millones de euros.

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