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Los franceses volvieron a salir este jueves a la calle para decir 'no' a la reforma de las pensiones del presidente, Emmanuel Macron, que fija la edad de jubilación en 64 años, dos años más que hasta ahora. Los sindicatos, que exigen la retirada del ... texto, han convocado otra protesta el 13 de abril, un día antes de que el Consejo Constitucional se pronuncie sobre una hipotética inconstitucionalidad parcial o total de la norma.
«No podemos pasar página hasta que la reforma no sea retirada», advirtió al inicio de la protesta Sophie Binet, la nueva secretaria nacional de la Confederación General del Trabajo (CGT), el segundo sindicato galo en número de afiliados.
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Según las cifras del Ministerio del Interior, la undécima protesta perdió fuelle con respecto a citas anteriores. La Policía informó de que 570.000 personas se manifestaron en toda Francia, de las que 57.000 desfilaron en la capital. Los sindicatos, por su parte, reivindicaron casi dos millones de asistentes en todo el país, 400.000 de ellos en París. El 28 de marzo hubo 740.000 manifestantes, según las fuerzas de seguridad, y más de dos millones, según los organizadores.
«Con La República en Marcha (el partido de Macron), la democracia retrocede», «Quien siembra la injusticia, recoge la ira», «Lacrimo-cracia», «Liberadme del curro», «64 años: Yo no soy (la cantante) Dalida, no quiero morir en escena» y «La jubilación antes de la artritis», rezaban algunas de las pancartas parisinas. Macron siguió la protesta a distancia, ya que se encontraba de viaje en China.
Según el Ministerio del Interior, al menos 154 policías y gendarmes resultaron heridos en las protestas, algunos de ellos de gravedad. Una comisaria de Policía quedó inconsciente durante unos momentos en París, después de que un desconocido le tirara un adoquín a la cabeza. Por suerte, llevaba casco. Las autoridades no comunicaron la cifra del número de manifestantes heridos, pero indicaron que había 111 detenidos, según un balance provisional.
En París, manifestantes radicales atacaron a los agentes lanzándoles proyectiles de todo tipo, rompieron mobiliario urbano, quemaron papeleras y contenedores de basura, provocaron destrozos y vandalizaron dos sucursales bancarias.
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Un grupo de 'black blocs' -radicales de extrema izquierda, antisistema y anarquistas- atacaron el restaurante La Rotonde en París, la brasserie en la que Macron celebró su paso a la segunda vuelta de las elecciones presidenciales de 2017. Una bengala incendió el toldo rojo de este famoso establecimiento de la capital y los bomberos tuvieron que intervenir rápidamente para apagar las llamas. En enero, Macron y el canciller alemán, Olaf Scholz, estuvieron cenando en este local, que también frecuentó Pablo Picasso cuando vivía en París.
La Defensora de los Derechos en Francia, Claire Hédon, siguió la manifestación desde la sala de comando de la Prefectura de Policía, después de que el prefecto Laurent Nuñez la invitara excepcionalmente a seguir de cerca el trabajo de las fuerzas de seguridad. Su oficina ha recibido 90 denuncias de violencia por parte de los agentes desde que comenzaron las protestas hacen tres meses.
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