El Kremlin tacha de «traidor criminal» al piloto ruso asesinado a tiros en Alicante

El portavoz de la presidencia rusa, Dmitri Peskov, aseguró que su Gobierno «no tiene ninguna información sobre este asunto». Tampoco la Embajada rusa en Madrid quiso pronunciarse. Quien sí se manifestó con claridad fue el jefe del servicio de espionaje exterior de Rusia, Serguéi Narishkin. «En mi país es costumbre hablar bien de los muertos o no decir nada en absoluto. Pero este traidor y criminal se convirtió en un cadáver moral en el mismo momento en que planeó su sucio y terrible crimen», señaló, según declaraciones recogidas por la agencia TASS.

Por su parte, la portavoz del Gobierno español, Pilar Alegría, se limitó a decir que «hay que dejar trabajar» a los agentes del instituto armado, sin desvelar si Kuzminov contaba con algún tipo de protección en España. Fuentes de la embajada de Ucrania en Madrid aseguraron haberse enterado de todo «por la prensa».

La víctima recibió varios disparos que acabaron con su vida en el garaje comunitario del bloque de apartamentos donde residía y trataba de pasar inadvertido. Desde el primer momento llamó la atención la brutal forma de actuar de los asesinos, quienes incluso persiguieron a su objetivo cuando intentaba huir a pie por la rampa de salida del estacionamiento, hasta que se cercioraron de que habían puesto fin a su vida. Acto seguido, huyeron a bordo de un vehículo al que prendieron fuego para asegurarse de no dejar rastro alguno. El automóvil de los agresores fue localizado más tarde en El Campello, relativamente cerca del lugar del homicidio.

El fallecido fue identificado entonces como un ciudadano ucraniano de 33 años. Sin embargo, las pesquisas dieron el lunes un vuelco absoluto. Medios ucranianos publicaron que el joven tiroteado en la provincia de Alicante era, en realidad, Maksym Kuzminov, el piloto ruso que en agosto del 2023 había volado con su helicóptero hasta el frente bélico dominado por Ucrania y se había entregado al Gobierno de Volodímir Zelenski. Supuestamente, lo hizo tras aceptar 500.000 euros por el ofrecimiento de Kiev de comenzar a trabajar en favor de los intereses del país invadido por Rusia.

El cadáver fue encontrado el pasado día 13, rodeado de casquillos de bala. Ahora se conoce su identidad. Y su historia. Kuzminov desertó tras ser convencido por el servicio de Inteligencia ucraniano. En su huida, se llevó un helicóptero Mi-8 que transportaba piezas de dos de los principales aviones de la Fuerza Aérea Rusa, los cazas Su-27 y Su-30SM, además de documentación sensible.

El piloto despegó desde el aeropuerto de Járkov y voló casi a ras de suelo hasta un terreno de Ucrania previamente acordado con los agentes de Inteligencia. En el helicóptero viajaban otros dos militares rusos, compañeros de Kuzminov y ajenos a toda la trama. Cuando aterrizaron, les ofrecieron cambiarse de bando. Se negaron y fueron ejecutados.

Cuando supo lo sucedido, el Kremlin calificó de héroes a los dos soldados muertos y tachó de «traidor» a Kuzmivov, que decidió abandonar Ucrania y «mudarse a España», donde ha aparecido muerto.