Le Pen, el viaje de la nada al todo

Agrupación Nacional (RN) tendrá 30 diputados en el nuevo Parlamento Europeo, tras obtener el 31,3% de los votos en las elecciones continentales, un récord para este partido ultra. En el hemiciclo saliente, RN tenía 12 eurodiputados. El tándem formado por Marine Le Pen y el joven Jordan Bardella se ha marcado como objetivo de estos comicios anticipados conquistar Matignon antes de dar el salto al Palacio del Elíseo, a la presidencia del país, en 2027.

Antes de las legislativas del 30 de junio y 7 de julio, los dos políticos de extrema derecha ya se reparten los puestos. Bardella es candidato a primer ministro de un potencial gobierno de cohabitación con el presidente, Emmanuel Macron. Si Agrupación Nacional obtiene mayoría en las elecciones, Le Pen sería la líder del grupo parlamentario con más escaños en la Asamblea Nacional.

Si en 2027 Marine Le Pen vuelve a presentarse a las presidenciales, será la cuarta vez que luche por las llaves del Elíseo. En la primera ocasión no se calificó para la segunda vuelta y en las dos siguientes fue derrotada por Emmanuel Macron.

Su familia está presente en la vida política francesa desde hace cinco décadas. Jean-Marie Le Pen fundó en 1972 el Frente Nacional junto a otras figuras radicales de extrema derecha. Entre sus impulsores había miembros del movimiento político neofascista Orden Nuevo, antisemitas, antigaullistas, colaboracionistas de los nazis y nostálgicos de la Argelia francesa.

Su padre se presentó cinco veces a las presidenciales. En 2002, el Menhir, como lo llaman en Francia, provocó un terremoto político al lograr clasificarse para la segunda vuelta de las elecciones presidenciales francesas, donde fue derrotado por el conservador Jacques Chirac.

El 'diablo de la República', ya retirado de la primera línea política, protagonizó numerosos escándalos en Francia con sus salidas de tono y sus proclamas antisemitas y racistas. Le Pen padre, que considera las cámaras de gas que utilizaron los nazis para exterminar a los judíos «un detalle de la historia», fue condenado por minimizar el Holocausto.

Marion Anne Perrine Le Pen, más conocida como Marine Le Pen, es su hija pequeña y siempre ha sido su preferida, pese a haber estado distanciados algunos años. «Marine es como Obélix, se cayó dentro de la marmita política cuando era pequeña», contó su padre.

La líder ultraderechista es bastante discreta sobre su vida privada. Se ha divorciado en dos ocasiones y es madre de tres hijos: Jehanne y los gemelos Louis y Mathilde. Fue pareja entre 2009 y 2019 de Louis Aliot, alcalde de extrema derecha de Perpiñán. En 2011, tomó las riendas del Frente Nacional. Comenzó a eliminar del partido a sus políticos más impresentables y a suavizar el discurso. En 2015, Jean-Marie Le Pen fue expulsado del Frente Nacional por su propia hija, harta de sus proclamas antisemitas.

Tres años después, Marine Le Pen rebautizó el partido como Agrupación Nacional, consciente de que el nombre de Frente Nacional espantaba a muchos franceses porque lo consideraban un grupo racista y antisemita. Este cambio de denominación no le gustó al patriarca, que lo calificó del «golpe más severo que el Frente Nacional ha recibido desde su fundación».

Aunque la prensa francesa y sus adversarios políticos suelen calificar a Marine Le Pen y Agrupación Nacional como extrema derecha, ella rechaza utilizar esa etiqueta. Considera que es un partido «patriota». Ha abandonado algunas de las propuestas históricas del Frente Nacional, como la salida de Francia del euro y de la UE o la restauración de la pena de muerte. Tampoco cuestionan ya el matrimonio homosexual ni el derecho al aborto.

Marine Le Pen ha logrado también captar el descontento de las clases trabajadoras. En las elecciones europeas del 9 de junio, el 54% de los obreros franceses votaron por Agrupación Nacional, según un sondeo de Ipsos.

La irrupción en la escena política francesa de Éric Zemmour, presidente del partido de extrema derecha Reconquista, le ha ayudado a suavizar su imagen. Al lado de Zemmour, Marine Le Pen no parece tan ultra. También le ha beneficiado en su estrategia de normalización que Giorgia Meloni, la otra gran voz de la ultraderecha en la Unión Europea, gobierne en Italia. Eso hace que no parezca tan descabellado que algún día esta opción política pueda mandar también en Francia.