Petros Márkaris | Escritor

«A los griegos les da igual que gane un partido u otro en las elecciones»

- Grecia encadena una crisis tras otra desde hace más de diez años. ¿Cómo aguantan ustedes?

- Llevamos mal al menos desde 2010. En 2019, cuando empezábamos a respirar algo, llegó el coronavirus. Y en 2022, cuando la pandemia remitía y volvía la normalidad, la guerra de Ucrania y, con ella, la inflación, que está suponiendo un golpe terrible para la población. Todo ha subido de precio: la comida, las casas, los alquileres… Los jóvenes buscan trabajo en una situación muy difícil, porque el coste de la vida aumenta, pero los salarios caen. En estas circunstancias muchos han perdido el interés por la política. A muchas personas les da igual que gane un partido u otro. En mi generación era totalmente diferente, se luchaba, pero ahora los jóvenes aceptan su destino.

- ¿Esa indiferencia puede ser consecuencia de este largo período de crisis?

- En parte sí, pero también de las dinámicas familiares. En mi generación nos enseñaron a luchar para sobrevivir, lo que propició también la lucha política. Esto se ha perdido casi completamente.

- «A todos les quitan el pan de la boca, pero nadie sale a protestar», escribe en su carta de despedida uno de los ancianos que se suicidan en su última novela. ¿Le molesta que los griegos hayan dejado de manifestarse?

- Es lo que quería mostrar. Los viejos sabemos que teníamos que luchar hasta el final, aunque supusiera un sacrificio. Hoy incluso los jóvenes que admiran a sus abuelos y los escuchan no entienden lo que decimos los de mi generación.

- Al menos ahora las elecciones se celebran sin el drama de los comicios de hace unos años, en los que el país parecía a punto de despeñarse…

- Así es. Los políticos están más tranquilos, convocan cada vez a menos gente en sus mítines y la gente está menos interesada en la política. Esto también se explica porque muchos griegos están convencidos de que habrá que repetir las elecciones en julio, porque ningún partido alcanzará la mayoría absoluta y no habrá un Gobierno de coalición. Pero no es una buena señal que haya bajado el nivel de rabia.

- ¿Por qué?

- Es claramente una mala señal. Las protestas y las ganas de luchar de la gente eran un gran incentivo para los partidos. Pero todas las fuerzas de izquierdas, excepto los comunistas, se han convertido en parte del sistema. Pasa lo mismo en toda Europa. Están incorporadas y eso disminuye el interés de los votantes.

- Imagino que lo dice usted por Syriza, la coalición izquierdista del exprimer ministro Alexis Tsipras, ¿no?

- Claro. No creo que Tsipras vaya a volver al poder. Con el sistema electoral con el que se celebran estas elecciones es casi imposible y, si finalmente se repiten los comicios en julio, los conservadores de Nueva Democracia lo van a tener mucho más fácil para alcanzar la mayoría absoluta y gobernar ellos solos, como han hecho estos últimos cuatro años.

- ¿Cómo valora al Ejecutivo saliente, liderado por Kyriakos Mitsotakis?

- Ha cumplido con lo que haría cualquier Gobierno de centroderecha al tratar de animar las inversiones. Éste es el principal argumento que utiliza para pedir que le voten. Por otro lado, ha tratado de hacer ver que no tiene la culpa del accidente de tren de febrero, que dejó 57 muertos. Se debió a un problema de hace años que ningún Gobierno había corregido. El gran problema hoy es la inflación. No sé cómo va a frenarla el próximo Ejecutivo. Podemos decir que se acabó la crisis que hubo entre 2010 y 2018 y que sobrevivimos al coronavirus, pero ahora el aumento de precios está haciendo mucho daño. Mientras continúe esta inflación no importa quién gobierne, pues las condiciones van a seguir siendo muy difíciles. Esto va a durar años, aunque la guerra de Ucrania se acabara mañana mismo. Le pongo un ejemplo. El queso más barato de Grecia es el feta, que encuentra en tantos de nuestros platos. Antes lo comprabas a 4 euros el kilogramo. Ahora cuesta 12.

- «Ya hemos vuelto a hacer historia», dice con hastío el comisario Jaritos en su última novela. ¿Están hartos los griegos de las situaciones dramáticas y deseosos de vivir tranquilos?

- Se quiere olvidar la crisis económica y la pandemia, pero las consecuencias de esa época siguen con nosotros.