Keir starmer apuesta por un acuerdo de seguridad y migración con la UE

La inmigración –en particular las decenas de miles de extranjeros que cada año acceden al Reino Unido en frágiles embarcaciones por el Canal de la Mancha– se perfila ya entre las cuestiones calientes de la precampaña electoral. Starmer acusó este jueves al Gobierno de Rishi Sunak de haber «perdido el control de las fronteras» y resaltó que la «única formar de frenar los botes consiste en hacer añicos a las bandas que dirigen este vil comercio».

Atacaba así el principal eslogan de los partidarios del Brexit y la promesa del primer ministro de «stop the boats» de refugiados navegando por la peligrosa ruta entre Francia e Inglaterra. Unas 11.500 personas se detectaron cruzando el Canal de la Mancha en los seis primeros meses de 2022, con un descenso del 10% respecto al mismo periodo del año anterior. En 2022, arribaron 46.000.

El líder laborista argumentó en la Haya, con el aval de su previa experiencia al frente de la Fiscalía británica, que el tráfico de personas es un negocio internacional que requiere una solución coordinada a nivel global. Así, de ganar las llaves de Downing Street, potenciaría un acuerdo con Bruselas que garantice acceso inmediato de Londres a las bases de datos de Europol y el intercambio en tiempo real de información e Inteligencia sobre sospechosos de dirigir las redes del traslado de migrantes a Europa.

Además, un primer ministro laborista aboliría el armazón legislativo del plan Ruanda para volcar en el país africano la tramitación de solicitudes de asilo de los clasificados como «ilegales». La política migratoria del Ejecutivo conservador se asienta en el controvertido contrato firmado con Kigali, cuya ejecución sigue estancada en los tribunales y pendiente ahora de la decisión del Supremo británico. Starmer remarcó en Holanda su intención de revocar la Ley de la Migración Ilegal, que niega el recurso de asilo en Reino Unido a los que lleguen al país sin el aval oficial, y de invertir el gasto anual del plan ruandés en recursos policiales contra las bandas criminales del tráfico humano.

La estrategia del líder de la oposición incluye un acuerdo con Bruselas para repatriar migrantes que hayan atravesado países seguros de la UE antes de alcanzar su meta en Reino Unido. El número de refugiados que Londres aceptaría como contrapeso de dicho entendimiento formará parte de una futura negociación con el club comunitario, según señaló Starmer esquivando el meollo de la cuestión.

Dejó así al descubierto un flanco que el Gobierno y medios conservadores no tardaron en atacar. «Permitirá que Bruselas decida quién viene al Reino Unido. Acordará que Gran Bretaña se convierta en el vertedero de muchos millones de migrantes ilegales que Europa no quiere», denunció la ministra del Interior, Suella Braverman, en la red social X. Sunak descalifico de «no creíble» la solución laborista que «viene a decir que un día podríamos aceptar 100.000 migrantes al año».

A su vez, el diario The Telegraph apuntó que Bruselas está concluyendo un acuerdo con el fin de forzar a «cada miembro Estado a aceptar un mínimo de 30.000 migrantes o pagar 20.000 euros por cada persona rechazada». Y el tabloide The Daily Mail advirtió que el «laborismo se prepara a abrir la puerta a los solicitantes de asilo de la UE».

Cumplida la misión en la Haya, Starmer participará en un foro de dirigentes de centroizquierda que tiene lugar este fin de semana en Montreal, Canadá. Días después se reunirá con el presidente Emmanuel Macron en el palacio del Elíseo en París. El líder de la opinión británica proyecta ya una imagen de gobernante a la puerta de Downing Street.