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El jefe del Estado Mayor General del Ejército ruso, el general Valeri Guerásimov, de quien no se sabía nada tras el levantamiento protagonizado por los mercenarios del Gupo Wagner, hace más de dos semanas, ha reaparecido presidiendo una reunión con mandos militares en el cuartel ... general de la Región Militar Sur en Rostov del Don. Esta misma sede castrense es la que Evgueni Prigozhin y sus mercenarios consiguieron capturar en la noche del 23 al 24 de junio pasado.
Se da la circunstancia de que Prigozhin, pese a que fue tachado de «traidor» por el presidente Vladímir Putin, fue recibido por éste en el Kremlin el 29 de junio, cinco días después de que finalizara la asonada. Así lo aseguró este lunes el portavoz de la Presidencia rusa, Dmitri Peskov, quien detalló que aquella reunión «duró unas tres horas y en ella estuvieron presentes los jefes de los destacamentos del Grupo Wagner, en total unas 35 personas», incluido Prigozhin, cuya acción sediciosa buscaba precisamente las destituciones de Guerásimov y del ministro de Defensa, Serguéi Shoigú, quien por ahora mantiene también el cargo.
En un vídeo difundido este lunes por el Ministerio de Defensa ruso, Guerásimov es informado por el coronel Víctor Afzálov de que, el domingo, las fuerzas ucranianas «intentaron atacar sin éxito el puente de Kerch y el aeródromo militar de Morózovsk», en la región de Rostov del Don. Según su informe, «los sistemas de defensa antiaérea destruyeron dos misiles (ucranianos) S-200 modificados para misiones de ataque. No hubo víctimas ni daños materiales». Afzálov ha asegurado que otros dos cohetes S-200, diseñados fundamentalmente para defensa antiaérea aunque susceptibles de portar cargas más destructivas y ser empleados para ataques en tierra, «fueron desviados gracias a los sistemas de guerra electrónica», unos de los cuales, según sus palabras, tenía como objetivo instalaciones en la región rusa de Kaluga.
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Guerásimov tomó después la palabra para señalar que «observo que las Fuerzas Aeroespaciales cumplieron su tarea». Ordenó «al jefe de la Dirección General de Inteligencia y a los miembros del puesto de mando del grupo conjunto la tarea de organizar una labor sistemática para identificar los puntos de almacenamiento y preparación, así como de las posiciones de lanzamiento de los misiles S-200 u otras armas de ataque enemigas similares para planificar su destrucción preventiva». Guerásimov dispuso también, según el Ministerio de Defensa, la adopción de «medidas adicionales para reforzar lo antes posible la protección de todo tipo de instalaciones contra posible ataques aéreos».
A juzgar por la grabación del Ministerio de Defensa ruso, a la reunión asistieron el jefe del departamento operativo principal del Estado Mayor, Serguéi Rudskói, y el subjefe del Estado Mayor, Alexéi Kim. Sin embargo, no estuvo presente el general Serguéi Surovikin, subcomandante del Grupo Combinado de fuerzas rusas que luchan en Ucrania contra el Ejército de Kiev. Distintas informaciones, entre ellas las propagadas por la publicación digital moscovita en lengua inglesa The Moscow Times, sostenían en los últimos días que Surovikin fue arrestado el pasado 25 de junio, un día después de que los Wagner depusieran su actitud y pusieran fin a su rebelión.
'The Moscow Times', precisamente, aseguraba el domingo que Guerásimov habría sido destituido del mando de la operación en el país vecino, aunque conservando su puesto de jefe del Estado Mayor General. Sostenía incluso que al mando de las fuerzas rusas en Ucrania habría sido nombrado el general Mijaíl Teplinski. Sin embargo, a juzgar por el vídeo mostrado este lunes, Guerásimov continúa dirigiendo las operaciones contra Kiev. En las imágenes de la reunión no está visible Teplinski.
Por otro lado, según el jefe de la Administración Militar de Zaporiyia, Yuri Malashko, cuatro personas fallecieron (tres mujeres y un hombre) y otras once tuvieron que ser hospitalizadas tras un ataque ruso con «bombas áreas guiadas» contra la localidad ucraniana de Oréjov, en la región de Zaporiyia. A través de su canal de Telegram, Malashko denuncia que «el bombardeo alcanzó un punto de distribución de ayuda humanitaria». El responsable ucraniano detalló que «el enemigo ha llevado a cabo 36 ataques contra diez localidades pacíficas en la región de Zaporiyia».
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En declaraciones a la cadena estadounidense ABC News, el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, cree que «la iniciativa está de nuestro lado (…) Putin podría querer negociar con el mundo civilizado cuando las Fuerzas Armadas de Ucrania lleguen a Crimea». Según sus palabras, «es muy probable que Putin se vea obligado a buscar el diálogo, a diferencia de lo ocurrido antes de la invasión a gran escala porque se verá debilitado».
Manifestó que «la guerra debe terminar con justicia y paz, así como con el restablecimiento de nuestra integridad territorial. ¿Por qué? Porque el final de la fase activa de las hostilidades y la congelación del conflicto no significaría el final de la guerra». Zelenski señaló que «nunca aceptaremos ceder ningún territorio a los invasores rusos, tampoco la península de Crimea, que fue anexionada ilegalmente».
Se refirió además al alzamiento de Prigozhin, afirmando que «hay señales de que puede haber otra rebelión, una revolución en Rusia». A propósito del futuro de Ucrania, el jefe del Estado ucraniano subrayó que su país «ocupa ya un lugar en el mundo (…) ahora somos una nación que se respeta, que realmente lucha por los valores humanos, por los derechos humanos, por la libertad, por la democracia».
Un ataque ruso contra un punto de distribución de ayuda humanitaria ubicado en la ciudad de Orijiv, en el centro de Ucrania, dejó el pasado domingo cinco muertos y causó heridas a otras trece personas. El gobernador regional, Yuri Malashko, tachó este lunes el bombardeo de «crimen de guerra» ya que iba dirigido contra los civiles que habían acudido en busca de ayuda.
El edificio que sufrió el ataque era una universidad, que quedó «totalmente» destruida por el impacto de una bomba aérea, mientras que los inmuebles cercanos (residenciales e infraestructura pública) resultaron dañados. Orijiv es una ciudad situada en la disputada región de Zaporiyia que antes de la guerra sumaba alrededor de 14.000 vecinos. Se encuentra cerca de la línea del frente, donde las fuerzas ucranianas intentan desde principios de junio recuperar posiciones a las tropas rusas. (Por T. Nieva)
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