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Pocas veces en política hay una segunda oportunidad al filo de unas elecciones generales. El Partido Demócrata no piensa desaprovecharla. En poco más de 24 horas sus miembros, hasta el domingo desorientados y perdidos en esta campaña, se han agrupado en torno a la vicepresidenta ... Kamala Harris, que según las cuentas de la agencia Associated Press aglutinaba este lunes el apoyo de los más de 1.976 delegados que necesita para cerrar la nominación presidencial.
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Miguel Pérez
No hay tiempo que perder. El lunes se dirigió a la sede de la campaña que el presidente Joe Biden estableció en el Estado de Delaware para saludar al equipo y tomar las riendas. Sonreía como si fuera una de esas bellezas con pistolas de 'Los Ángeles de Charlie'. Como en la serie de televisión, a Charlie no se le veía, pero se le escuchaba por el altavoz. «¡Te estoy mirando, chica!», bromeó el presidente en la llamada telefónica. Aislado en su casa de la playa por una infección de covid, el domingo tomó la decisión más difícil de su vida al renunciar a buscar en las urnas un segundo mandato y pasar el testigo a su vicepresidenta.
Harris se enteró poco antes que el resto del mundo, pero no tardó nada en ponerse al teléfono durante diez horas seguidas para asegurarse el apoyo de los barones del partido y los delegados que, con la renuncia de Biden, quedan liberados de votar por él y podrían hacerlo por cualquiera. El lunes tampoco perdió el tiempo en lanzarse al ataque contra el hombre al que previsiblemente tendrá que enfrentarse.
«Como fiscal general de California me he enfrentado a todo tipo de delincuentes», recordó. «Depredadores que acosaban a las mujeres, estafadores que defraudaban a los consumidores, tramposos que rompían las reglas para su propio beneficio… Así que podéis creerme cuando os digo que conozco a los tipos como Donald Trump y lucharé contra él con orgullo».
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Las tornas han cambiado. Hace dos días el expresidente se sentía tan seguro de su victoria que ya se centraba en las batallas del Senado y la Cámara de Representantes, que pretende llenar de leales para gobernar sin cortapisas. Ahora sigue siendo el favorito, pero no tiene la guerra ganada. Prueba de ello es que ha vuelto a los ataques personales en las redes sociales, ridiculizando a Harris, de la que se mofa por su risa «de loca» que a otros podría recordar a Farrah Fawcett Meyer.
Burlarse del aspecto físico de una mujer de color acostumbrada a tratar con delincuentes varios le resultará sin duda más difícil que atacar a un anciano de 81 años que no logra acabar las frases y apenas puede bajar solo las escalerillas del avión.
«Sé que la noticia fue dura de escuchar, pero es lo que tocaba hacer», animó el mandatario a los miembros de su campaña. «Hemos cambiado el nombre, pero no la misión. Tenemos que salvar esta democracia. Trump sigue siendo un peligro».
Su retirada ha devuelto la moral a millones de estadounidenses que ya veían perdidas las elecciones de noviembre y se resignaban a tener de nuevo al magnate en la Casa Blanca. De pronto, Trump es el vejestorio, y el Partido Demócrata el que pone una cara fresca y optimista en las papeletas. «Tengo la intención de salir a merecerme esta nominación y ganar», dijo Harris a su equipo. En el primer día de su campaña ha recibido la oferta de 44.000 voluntarios de todo el país y donaciones por valor de 81 millones de dólares. Además, la principal plataforma de acción política de la formación, Future Forward, anunció en la noche del lunes que en esas mismas 24 horas se ha asegurado 150 millones, que se habían quedado congelados en la incertidumbre de las últimas tres semanas.
Tonight, I am proud to have earned the support needed to become our party’s nominee.
— Kamala Harris (@KamalaHarris) July 23, 2024
Over the next few months, I'll be traveling across the country talking to Americans about everything on the line. I fully intend to unite our party and our nation, and defeat Donald Trump. pic.twitter.com/Bsq3N6pMAi
El entusiasmo que embarga ahora al partido de Clinton y Obama llega con la urgencia de saber que su rival les lleva ventaja en su determinación de dar marcha atrás a los tiempos. «Trump quiere regresar el país al pasado, a una época en la que muchos de nosotros no teníamos plenas libertades en igualdad de derechos», interpretó Harris. «Yo creo en un futuro que fortalezca nuestra democracia, proteja la libertad reproductiva y garantice que todas las personas tengan no solo la oportunidad de sobrevivir, sino de progresar», sostenía el comunicado con el que acepta haberse convertido en presunta candidata demócrata a la presidencia.
El miércoles, el Comité de Reglas se reunirá para decidir la hoja de ruta con la que concretar el nombre en las papeletas antes del 7 de agosto, fecha en la que algunos Estados como Ohio podrían empezar a disputar la legitimidad de las mismas.
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