Secciones
Servicios
Destacamos
Nunca una portada de una revista de moda ha ido tan ajustada a los tiempos políticos que corren en Washington como la edición de agosto de 'Vogue'. Menos de una semana después del histórico debate entre los candidatos demócrata y republicano a la presidencia de ... EE UU, donde Joe Biden resultó abrumado y vapuleado por Donald Trump, la publicación adelanta el reportaje estrella de este número con Jill Biden en portada y la contundente frase: «Nosotros decidiremos nuestros futuro».
Esta es la tercera ocasión en que la primera dama protagoniza la famosa revista. Pero es la única en la que ha conseguido convulsionar una campaña electoral y despertar, aunque sea fugazmente, al Partido Demócrata de la pesadilla post-debate. La esposa de Joe Biden sale de nuevo a su rescate en el momento oportuno, cuando los altos cargos y estrategas de la formación parecen haber reafirmado la validez de su candidato hasta el punto de que el equipo electoral trabaja ya en un calendario para nominarle el próximo 5 de agosto, semanas antes de la convención oficial demócrata.
Este equipo, dice la primera dama en 'Vogue', «no permitirá que esos noventa minutos (del debate) definan los cuatro años que lleva como presidente». Y apostilla: «Seguiremos luchando».
Las declaraciones forman parte de un complemento al reportaje original, que la publicación decidió incluir tras el dramático cara a cara de los dos candidatos. En un ejemplo de reflejos periodísticos, la revista se puso en contacto con la primera dama el domingo –mientras la familia y los asesores debatían en Camp David sobre si era conveniente que el presidente continuase en la carrera electoral– para conocer su opinión sobre el debate. En ese momento, Jill Biden ya había dejado claro que haría oídos sordos a todos los cargos del Partido Demócrata que le sugerían que su marido debía retirarse, y le había convencido de que debía seguir adelante, pese a que él había llegado a la residencia de descanso deprimido y «humillado». Joe Biden «siempre hará lo mejor para el país», remacha la primera dama en el reportaje, firmado por Maya Singer.
Noticias relacionadas
Como suele suceder en estos casos, la publicación ha generado ya todo tipo de análisis y comentarios. 'Vogue' afirma que Jill Biden, a la que trata constantemente como 'maestra' debido a su labor docente en una escuela comunitaria de Virginia, «seguirá siendo la confidente y defensora más cercana del presidente». Las fotografías de Norman Jean Roy, realizadas esta primavera, la retratan con un traje de Ralph Lauren de blanco impoluto. Maya Singer traza un perfil sobre ella en plena vorágine de una caravana electoral y la define como una «visión de calma en medio de una cacofonía absoluta».
Es la misma sensación que mantienen millones de estadounidenses que ven en ella no sólo el más firme apoyo del presidente sino la visión reflexiva y estable de la acción política en el nuevo escenario de caos creado por el republicano Donald Trump. Y no solo en lo público. Ella ha demostrado ser el mástil de la familia y el salvavidas que la mantiene a flote en los momentos dramáticos. Por ejemplo, algunos analistas ven en la acusada debilidad actual de Joe Biden las consecuencias del mazazo que le supuso la condena de su hijo Hunter el pasado 11 de junio por tres delitos penados con hasta 25 años de cárcel. No parece casual, según éstos, que se le viera desorientado durante los actos de aniversario del desembarco de Normandía, que coincidieron en el tiempo con las jornadas finales del juicio a su hijo. De hecho, su esposa adelantó su regreso a EE UU para acompañar a Hunter en el final del proceso.
De uno u otro modo, las comparaciones no se han hecho esperar. Comentaristas republicanos han denunciado que Melania Trump nunca tuvo las tres portadas de 'Vogue' que sí ha protagonizado su sucesora. También es cierto que la mujer de Trump siempre se mostró más distante. Nunca se hubiera dejado fotografiar con mallas entrando al gimnasio, cómo sí ha hecho Jill en algunas ocasiones, ni ha trabajado como ésta en un colegio comunitario o colaborado con decenas de causas sociales, lo que sin duda fomenta su entusiasmo público. Al menos, bastante más que Melania enseñando la decoración navideña de la Casa Blanca.
«Nosotros somos el futuro». Se ha abierto además un debate sobre si la frase de portada de la primera dama corresponde a la coyuntura política actual o se refiere a la situación de las mujeres y el peligro de que pierdan múltiples derechos si los republicanos conquistan el Gobierno. De hecho, no se trata de una frase nueva. La ha utilizado en varias conferencias con organizaciones femeninas, en las que suele advertir de la rebaja de las garantías constitucionales en asuntos como el aborto en los Estados controlados por los conservadores.
Noticias relacionadas
Caroline Conejero
Los trumpistas han sometido el reportaje a una gran labor (subjetiva aparentemente) de disección. Hay quienes dicen que el rostro ha sido retocado y no se corresponde al de una mujer de 73 años que en otras fotografías sale con las naturales arrugas de expresión. O que quizás aparecer en 'Vogue' no sea la mejor idea electoral para atraer a las minorías o los trabajadores en precario. También denuncian que Joe Biden no concede entrevistas pese a ser el hombre que dirige el país mientras su consorte sí permite conocer su día a día en campaña a una publicación.
Y existe una última y bastante despiadada teoría de una web de extrema derecha muy influyente que, de tanto en cuando, opta por llamarla «Lady Mac-Biden» y dibujarla como una mujer con enormes ansias de poder, envidiosa del aura magnética que en su día cosechó Michelle Obama. Un enigma éste del poder que, por cierto, nadie ha descifrado nunca. Frente a este tipo de apreciaciones, otras aseguran que Jill Biden no está especialmente interesada en seguir habitando la Casa Blanca, pero que si actúa como lo hace es porque sabe que la presidencia de EE UU ha sido el objetivo de su marido desde que entró en política. Y que derrotar a Trump es una cuestión de orgullo personal.
Los demócratas no han evaluado todavía qué repercusión tendrá el reportaje, pero muchos consideran que todo es bueno para el convento; especialmente para un convento en horas tan bajas. «Todo lo que sea mostrar entereza y reilusionar al electorado es positivo», subrayan en su entorno. El equipo electoral considera incluso que la publicación llega en un «momento providencial» y puede quebrar el relato actual, gris, «deprimente», el de un candidato perdido, por otro de «firmeza. La primera dama tiene un tirón indudable y da la imagen de una familia unida que sale a por todas». Falta hace.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.