El fuego somete a Los Ángeles a una semana de infierno y alimenta un incendio político

El líder demócrata había previsto su despedida internacional con un encuentro simbólico con el Papa el pasado viernes en Roma, pero suspendió el viaje. Hoy ofrecerá el primero de sus dos discursos de fin de legislatura. Lo hará desde el Despacho Oval y debería versar sobre política exterior, aunque se da por hecho que una parte la enfocará en los incendios. El segundo discurso está previsto el miércoles en horario estelar (20.00 horas). Representa su despedida de los estadounidenses. De hacer balance de cómo encontró EE UU y cómo lo deja. De enumerar sus logros en economía . Y de cómo el próximo lunes, día 20, culmina una transición de poder pacífica y no la de enero de 2021.

Sin embargo, el Gobierno trabaja en los cambios de guión obligados para hacer mención de los incendios, más aún cuando las peores estimaciones calculan que la ciudad californiana seguirá varios días combatiendo las brasas. «Parece una zona de guerra», dice Biden.

Los últimos pronósticos sobre el peor siniestro ocurrido en la segunda población más importante del país no son buenos. Eaton y Palisades, los dos principales incendios, continúan fuera de control y el Servicio Meteorológico Nacional anunció este domingo que el viento de Santa Ana, el fuelle de esta catástrofe, se revitalizará hasta el miércoles , con ráfagas superiores a 100 kilómetros por hora. «Los vientos se están volviendo de nuevo potencialmente peligrosos y fuertes», advirtió este domingo Deanne Criswell, directora de la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA).

Anthony Marrone, el jefe de bomberos del condado, añadió que esta circunstancia, sumada a la ínfima humedad ambiental, «mantendrá muy alta la amenaza de incendios». Más de 3.000 bomberos trabajan ahora sobre los frentes con la ayuda de casi 1.700 efectivos de la Guardia Nacional, pero ni aún así las autoridades creen posible contener las llamas a corto plazo. La escasez de agua y el cada vez más rápido agotamiento de los espumantes antiincendios tampoco ayudan.

El equipo de Biden estudia cómo el desastre influirá en la transferencia presidencial. A los actos ceremoniales de ese día en Washington se incorporará seguramente un recuerdo a los fallecidos y los afectados que han perdido sus casas y negocios, además de un reconocimiento a los bomberos. En lo que parece una característica ligada al dirigente demócrata desde la pasada campaña electoral, todo en él termina conduciendo a terreno inexplorado. Si los incendios no se extinguen antes, será el primer mandatario que ceda el bastón de mando bajo una emergencia estatal catastrófica en activo.

Las primeras críticas de su sucesor ya han tenido lugar y reactivado la agria rivalidad entre los dos políticos justo en los días finales de la legislatura. Trump culpó este fin de semana a Biden de los problemas de agua registrados en las operaciones de extinción -«no la hay en los hidrantes», denunció en su red social- y le ha acusado de una negativa actuación con la Agencia Federal de Gestión de Emergencias a la hora de proveerla de recursos con una escueta frase: «No hay dinero en la FEMA». El líder republicano también arremetió este domingo contra el gobernador de California, Gavin Newson, y la alcaldesa angelina, Karen Bass, ambos demócratas, a quienes exigió su dimisión y tachó de «incompetentes» por unos incendios que hoy llegan a su séptimo día activos.

«Siguen destruyendo Los Ángeles. Los políticos incompetentes siguen sin saber cómo apagarlos. Miles de magníficas casas han desaparecido y muchas más están a punto de desaparecer», enfatizó el próximo presidente en su red social. Trump se enredó con Newson en una extraña polémica tras imputarle que sus estrategias medioambientales han desviado las aguas procedentes de las nieves fundidas para «salvar unos peces» en lugar de reforzar las reservas hídricas. Varios medios han llegado a la conclusión de que se trata de un bulo.

El 'número dos' extraoficial de la próxima Administración, Elon Musk, ha aprovechado la creciente polémica política y tuiteado al menos ochenta mensajes en X cargando contra los demócratas e incluso los programas de inclusión de género en el departamento de Bomberos. Harto de la campaña, Newson ha amonestado a ambos advirtiendo que «no debemos politizar la tragedia ni difundir desinformación» y alertó contra otro tuit compartido por el multimillonario en su red X que sugería la despenalización de los saqueos en Los Ángeles. «Dejen de alentar el saqueo mintiendo y diciéndole a la gente que está despenalizado. No lo está. Es ilegal, como siempre lo ha sido», subrayó. La Policía ha detenido a 29 individuos asaltando casas vacías o dañadas por los incendios, algunos de ellos disfrazados de bomberos.

El gobernador invitó este domingo a Trump a visitar la ciudad para que compruebe de primera mano los esfuerzos que se realizan contra el fuego. Los dos son antiguos enemigos. Newson desveló en un canal de televisión su temor a que el republicano pretenda desde la Casa Blanca castigar a su Gobierno y previno sobre la posibilidad de que retenga la ayuda de emergencia a California. En 2020 ya bloqueó la distribución de fondos de ayuda para desastres en este Estado, aunque poco después levantó el veto.

El actor Mel Gibson es uno de los miles de afectados por la destrucción de sus casas. Este fin de semana confesó que el desastre le pilló en Texas y que su propiedad ha quedado «reducida a cenizas. Es devastador y emocional», explicó el protagonista de 'Braveheart', quien se sumó a los ciudadanos que consideran inaudita una catástrofe de esta envergadura en una metrópoli como Los Ángeles y acusan al gobernador de imprevisión. «Creo que todos nuestros impuestos probablemente se gastaron en el gel para el cabello de Gavin», ironizó.

Los diez millones de angelinos sufren los efectos del fuego. Muchos de los que residen cerca de las comunidades afectadas llevan mascarillas debido al humo, en toda la urbe hay un exhorto general para consumir menos agua y mejorar el nivel de las reservas contra el fuego y se han suspendido líneas de metro y autobús. El número de fallecidos asciende a 16 y más de 220.000 ciudadanos han sido evacuados o están bajo alerta de desalojo. Muchos de los iconos de la ciudad han ardido: Pacific Palisades, Altadena, Pasadena, un extremo de Sunset Boulevard y barriadas completas a lo largo de la Pacific Coast Highway, además del flanco oriental de Malibú, del que «no ha quedado nada», se lamenta su alcalde.