El presidente de EE UU, Joe Biden, y su contrincante electoral, Donald Trump. AFP

Biden reta a Trump a dos duelos dialécticos

El mandatario estadounidense sacude el orden establecido al rechazar las fechas propuestas por la Comisión Presidencial de Debates para negociar directamente con su rival

Mercedes Gallego

Corresponsal. Nueva York

Miércoles, 15 de mayo 2024, 21:47

Cuando una campaña va por detrás, es el momento de dar un golpe de efecto. Eso es lo que hizo este miércoles la del presidente Joe Biden al retar a su rival, Donald Trump, a desafiar las reglas establecidas y debatir con él mano a ... mano, sin público y fuera de calendario.

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«Donald Trump perdió dos veces al debatir conmigo en 2020 y este año no ha aparecido en un solo debate. Ahora dice que quiere debatir conmigo otra vez. ¡Pues alégrame el día, amigo! Hasta lo haré dos veces», le reta el presidente en un vídeo «muy editado», puntualizaba la cadena Fox, donde se cuestiona frecuentemente la capacidad mental del mandatario.

A la campaña de Trump no le caía por sorpresa, porque ambos equipos llevan semanas negociando. De ahí que cuando el presidente añade: «Elige el día que quieras. He oído que tienes libres los miércoles», sea solo un guiño para su afición con el que mofarse de su rival, obligado a asistir presencialmente al juicio que enfrenta en Nueva York, salvo los miércoles, que el juez reserva para otros asuntos.

De acuerdo a lo pactado, Trump no tardó en aceptar las dos fechas propuestas, 27 de junio, en los estudios de la CNN en Atlanta, y 10 de septiembre, en los de la cadena ABC en Nueva York. Y de paso, devolver la chulería con las respectivas burlas para su audiencia. «Me pregunto si realmente aparecerá, porque ya sabes que también me retó a una partida de golf, en lo que soy muy bueno y él no es capaz de darle a la bola a 50 yardas (45 metros)», dijo en el programa de Hugh Hewitt.

De cara a sus seguidores, se trata de un juego de machos, pero entre bambalinas hay temas más serios. La campaña de Biden quiere evitar que los debates «se conviertan en un espectáculo de entretenimiento» para que traten los problemas del país, dijo el presidente de su campaña Jen O' Malley Dillon. Por eso una de sus condiciones es que no haya público en directo.

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Las reacciones del público han sido determinantes en los últimos ciclos, particularmente desde que la política estadounidense se ha radicalizado y se ha perdido el decoro. Trump es un animal de masas que se nutre de la energía de sus fans y utiliza el palco para intimidar a su rival. En 2016, tras el impacto que tuvo su alarde de depredador sexual en un micrófono abierto del programa Access Hollywood, invitó a cuatro mujeres que habían acusado a Bill Clinton de abusos sexuales al debate con Hillary Clinton.

Estudios cerrados

Por contra, el presidente estadounidense de 81 años está acostumbrado a ceremonias solemnes en las que la selecta audiencia se mantiene a una distancia respetuosa. Su solicitud es que estos debates ya no se celebren en los auditorios de universidades, sino en estudios de televisión cerrados con personal de la propia cadena. Esto último es una concesión a la campaña de Trump, que en 2020 protestó por la decisión de la comisión presidencial de debates de contratar al moderador de C-Span Steve Cully, quien había trabajado brevemente como becario en una campaña de Biden al Senado en 1978.

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Hay otras condiciones. La campaña de Biden quiere que se cierren los micrófonos al terminar el turno de palabra de cada candidato para que no se repita la cacofonía de 2020, en la que Trump hablaba constantemente mientras lo hacía Biden. La más difícil de cumplir puede ser la de que sea un duelo a dos. CNN está abierta a todos los candidatos que alcancen al menos un 15% de la intención de voto en cuatro encuestas nacionales, obtenidas entre el 15 de marzo y el 20 de junio. Eso podría incluir a Robert F. Kennedy junior, que en la última realizada por la Universidad de Quinnipiac registra un 16%.

Según los augurios del director político de NBC, Chuck Todd, llegará un momento en el que la campaña de Biden cambie de opinión y busque la participación de este Kennedy, con un problema de distonía en la laringe. Su voz ronca y un poco tartamuda puede ser un contraste favorable para el presidente de 81 años, que acusa los efectos ineludibles de la edad.

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La campaña de Trump está convencida de que el mandatario, famoso por sus lagunas y meteduras de pata, se desmoronará a la luz de los focos, mientras que la de Biden quiere recordar a los votantes el estilo faltón e irrespetuoso de su rival. Falta por ver que ambas sean capaces de ponerse de acuerdo en los detalles restantes, ahora que han eliminado la moderación de la Comisión Presidencial de Debates, establecida en 1987 precisamente por la incapacidad de ambos partidos para llegar a acuerdos.

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