Un anciano con covid yace en una camilla en la sala de emergencias del hospital de Chongqing. AFP

La crisis china aboca a una segunda ola global de Covid, pero más leve por la vacunación

Asesores de la OMS creen que aún no se puede hablar de «postpandemia» en el mundo mientras Shanghái libra una «trágica batalla» contra los contagios

diana martínez

Jueves, 22 de diciembre 2022

Occidente recibirá el impacto de una nueva oleada de coronavirus, pero su envergadura y gravedad será mucho más leve a la trágica pandemia de 2020. Este es uno de los modelos predictivos que los expertos de diferentes sociedades científicas internacionales manejan sobre los posibles efectos ... de la crisis epidemiológica china. Otros sostienen que la oleada no será tan notable, pero admiten que el gigante asiático «no es una isla» y resulta inevitable que la nueva pandemia salte sus fronteras. De hecho, ese salto ya se ha producido. La incógnita reside en conocer cuántos contagios causará.

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La alerta internacional, que la OMS ya anunció este miércoles, se ve engrandecida por los terribles datos que llegan de China. Desabastecimiento de fármacos, hospitales saturados, un incremento sustancial de los fallecimientos según las funerarias y un avance galopante de las últimas variantes de ómicron, que algunos científicos calculan que infectarán a 800 millones de personas. Afortunadamente, la mayoría con síntomas menores. El riesgo sería mayor si Pekín elimina la cuarentena para los viajeros, una decisión que el Gobierno de Xi Jinping prevé anunciar el próximo mes, según la agencia Bloomberg, dentro de su plan de relajación de las medidas preventivas.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha advertido que la afección será más leve en Occidente debido a una elevada tasa de inmunidad consecuente con los altos niveles de vacunación de la población. Contrastan con los del gigante asiático, donde buena parte de los habitantes no está suficientemente protegida ante el coronavirus, bien porque no se ha vacunado o por la falta de dosis de refuerzo. No se puede hablar de una «postpandemia», alega Marion Koopmans, viróloga de la OMS, sino de una futura y más que probable «segunda ola» global, ha matizado en declaraciones a 'The Guardian'.

La experta en salud afirma que la situación epidemiológica actual amenaza con contagiar al 60% de la población china, lo que equivale a uno de cada diez habitantes del mundo (el gigante asiático supera los 1.400 millones de personas censadas). Según este dato, Koopmans y sus colegas del panel de la OMS encargados de seguir la crisis epidemiológica afirman que todavía es demasiado pronto para decretar el final de la pandemia en el planeta. El estado actual en China «es un desastre total», asegura por su parte Daniel López Acuña, epidemiólogo y exdirectivo de la OMS, quien enfatiza el «enorme colapso asistencial, los contagios multiplicados, las bajas laborales enormes y la mortalidad elevada» en Pekín y otras ciudades del país.

El Gobierno de Xi Jinping, no obstante, ofrece una versión distinta de la crisis. Por segundo día consecutivo, las autoridades no informaron este jueves de nuevas muertes por coronavirus. Tampoco los medios de comunicación se prodigaron en noticias sobre la extensión de la epidemia. La OMS ha pedido transparencia al Ejecutivo respecto al número de afectados. Algunas fuentes señalan que el régimen maquilla las estadísticas y solo clasifica los fallecimientos causados por neumonía e insuficiencia respiratoria, pero no otras complicaciones letales causadas por el virus.

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«No podemos escapar»

Airfinity, una compañía privada británica especializada en investigación sobre salud, estima que más de 5.000 personas perecen cada día a causa del masivo brote actual. Según sus estimaciones, basadas en datos regionales de China, los contagios superan el millón por jornada. Es un «marcado contraste con las cifras oficiales que informan de 1.800 casos y solo siete muertes durante la última semana», apunta esta firma, cuyo análisis refleja que entre 1,3 y 2,1 millones de chinos podrían morir en esta ola.

Una estimación similar ofrece el hospital Deji de la ciudad de Shanghái, actual epicentro de la pandemia como lo fue Wuhan a finales de 2019. Los médicos barajan que la mitad de sus 25 millones de habitantes se infecten en el plazo de esta próxima semana. Según publica el centro sanitario en su cuenta de WeChat -la 'navaja suiza' del ciberespacio chino, que reúne servicios equivalentes a Facebook, WhatsApp o Bizum- ahora mismo habría 5,43 millones de positivos en Shanghái y el 31 de diciembre podrían rebasar los 12,5.

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Ante esta preocupante perspectiva, el hospital ha advertido a su personal que se prepare para una «trágica batalla». «La víspera de Navidad, el día de Año Nuevo y el Año Nuevo Lunar de este año están destinados a ser inseguros», avanzó este jueves el centro en la red social donde advierte que «todo el gran Shanghái caerá. No podemos escapar».

Otro hospital, el de Pekín, referencial dentro de la capital, también atraviesa un panorama desolador. La televisión estatal CCTV mostraba este jueves imágenes de enormes filas de pacientes en la UVI respirando mediante máscaras de oxígeno. El subdirector del departamento de emergencias, Han Xue, afirmó que reciben 400 pacientes por día, cuatro veces más de lo habitual. «Todos son ancianos, tienen enfermedades subyacentes, fiebre e infección respiratoria. Se encuentran en una condición muy grave», explicó.

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Tratamientos comprados en el mercado negro y en India

Desde que China relajó las medidas de su polémica política de 'covid cero' tras las numerosas protestas sociales, los contagios por Covid-19 no han hecho más que aumentar. La grave situación epidemiológica ha dejado estampas que recuerdan a las del principio de la pandemia, con imágenes de hospitales colapsados, unidades de cuidados intensivos completas y largas colas en las farmacias, donde las existencias de los principales antivirales prácticamente se han agotado, lo que ha obligado a la población a buscarse sus propias vías.

En los últimos días, el vaciado de los almacenes farmacéuticos ha provocado la compra compulsiva de limones en los supermercados. Muchos chinos creen en los efectos de la vitamina C como un remedio natural contra la fiebre que pueden sufrir en caso de contagiarse. De hecho, ante la alta demanda, numerosos negocios han llegado a duplicar el precio de este producto.

Ahora, los ciudadanos acuden al mercado negro para adquirir pastillas que alivien los síntomas febriles. Y a precios desorbitados. Según recoge el diario chino '21st Century Business Herald', un trabajador administrativo no identificado en Guangdong ha llegado a pagar 5.800 yuanes (782 euros aproximadamente) a un agente de Hong Kong por una caja de Paxlovid -un antiviral para tratar el covid-, más del doble del precio oficial.

Mientras, la publicación 'The Paper' informa que en Shanghái se han vendido más de 50.000 cajas de antivirales genéricos extranjeros en la última semana. Según medios locales, han aumentado las búsquedas de tratamientos genéricos no aprobados por China, siendo las de India las principales alternativas. Las ventas online se han disparado y los paquetes llegan a los domicilios en unas dos o tres semanas. No obstante, los expertos no aconsejan estas prácticas, pues la automedicación sin receta podría presentar un riesgo para la salud.

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