Bukele busca legitimar su dictadura en las urnas

El Salvador es un país de más de 6 millones de habitantes que vivió durante doce años una guerra civil (1980-1992). Después de firmar la paz concentró el poder en dos partidos: uno de derechas, Alianza Republicana Nacionalista (ARENA), y otro de izquierda, representado por la guerrilla del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMNL). Bukele, que en su primera etapa política perteneció al FMNL aunque fue expulsado hace seis años, acabó con el bipartidismo en 2019. Entonces llegó abanderado por la formación conservadora Gran Alianza por la Unidad Nacional (GANA). Esta vez se presenta por Nueva Ideas, que dirige su primo, Xavier Zablah Bukele.

Unos 3.000 expertos electorales (1.800 son observadores nacionales y el resto pertenece a organismos internacionales) vigilarán los comicios del domingo aunque politólogos y periodistas los ven necesarios. «Será una reelección, indiscutiblemente inconstitucional, pero legitimada por las urnas», responde el escritor y periodista Ricardo Valencia a EL CORREO cuando se le pregunta si un nuevo mandato de Bukele avanza una dictadura. «El escenario de que haya un pucherazo está fuera de discusión. No es un voto dirigido, aborregado, que nos llevan a las urnas en camiones y casi con amenaza. Lo de El Salvador es un caso de entusiasmo real con el presidente. Aquí está ocurriendo algo. A nivel político y a nivel social», añade Valencia, que vive desde hace 23 años en el país centroamericano.

En 2022, Valencia marchó un mes al extranjero por temor a ser encarcelado cuando la Asamblea Legislativa instaló el régimen de excepción -aún vigente- ante la guerra contra las pandillas que lanzó Bukele en su intento de terminar con la ola de homicidios que vivía el país, considerado uno de los más violentos de América Latina. La periodista salvadoreña Carolina Amaya escribió una opinión sobre el mandatario que contrasta con la de este periodista. «El Salvador de 2023 no se aleja de aquella realidad de los años 30: militarización desmedida, prolongado régimen de excepción, estigmatización y criminalización de la pobreza como sinónimo de vínculos con pandillas, ataques a la prensa independiente, despojo de tierras y, por supuesto, la reelección inconstitucional. El presidente está volviendo a las dictaduras que la población aplaude», comenta la directora de 'MalaYerba'. En febrero del año pasado su padre fue detenido después que ella publicara una investigación sobre los vínculos entre la urbanización de una zona protegida y el Gobierno.

El mayor éxito de Bukele es, sin duda, haber contenido la ola de homicidios (de 106 por cada 100.000 habitantes en 2015 a 3) y la inseguridad. A finales de enero contabilizaba 540 días sin asesinatos, aunque el Ejecutivo no suma las muertes derivadas de enfrentamientos entre delincuentes y la Policía. «Llevo 23 años en este país y creo que está mejor que nunca», comenta Valencia desde Soyapango, donde cuenta que hace unos años no se podía entrar sin permiso de la pandilla 18-Sureños. «El ambiente es infinitamente más sano y eso explica lo que pasará el domingo, que Bukele arrasará», vaticina sobre las cercanas elecciones.

A las elecciones se presentan otros cinco candidatos: Manuel 'Chino' Flores (FMLN), Joel Sánchez (ARENA), José Renderos (Fuerza Solidaria), Luis Parada (Nuestro Tiempo) y Marina Murillo (Fraternidad Patriótica Salvadoreña). Los opositores critican que el oficialismo no ha concedido la ayuda económica a la que tienen derecho los partidos. Nuevas Ideas ha repartido alimentos. También existe la queja de que en ningún momento se ha producido un debate.