Los agujeros negros y la sonrisa irónica
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Día 3Cuando Pablo Casado fue entronizado como líder máximo del PP, después de superar a dos relevantes figuras de su partido que partían como favoritas, empezó a propagarse por ese invento del diablo llamado grupos de guasap el rumor según el cual en realidad ... su partido pensaba que la era del PSOE en Moncloa tenía pinta de estirarse en el tiempo todavía una buena temporada y por lo tanto no convenía quemar a una alternativa a Pedro Sánchez que tuviera más posibilidades de éxito en otra coyuntura más favorable las siglas populares. Era una teoría tan disparatada que podría ser cierta. Y que va siendo avalada por el discurrir de los días de precampaña: este martes, tal vez como homenaje subliminal a ese hallazgo del agujero negro fotografiado, por Génova crearon el suyo propio. Casado cortó la cinta inaugural que camina hacia el abismo anunciando que subirá el SMI de manera que sus beneficiarios sean todavía más pobres (una promesa revolucionaria para un candidato en campaña) y pronto acudió en su auxilio Isabel Díaz Ayuso, con su particular contribución: en homenaje a Marx (don Groucho), propuso que «el concebido no nacido» se considere un miembro más de la unidad familiar.
A esa misma hora, más o menos, desde la sede del Tribunal Supremo tuvo que salir al rescate de la sensatez que quedara entre algunas lumbreras el juez Marchena. Como un defensa central de los de antes, acudió al cruce con el rigor y la contundencia que tanto añoramos en la escena política desde que se jubiló Rajoy y prohibió algo insólito. Muy novedoso. Advirtió que no toleraría entre los testigos por el llamado 'procés' ese concepto que bautizó como la sonrisa irónica. Es un invento que puede saltar en cualquier momento del territorio jurídico al político, con graves consecuencias: la campaña será entonces insoportable. Porque sin un punto de sentido del humor las ocurrencias verbales de nuestros dirigentes se convertirán en indigeribles. Otro agujero negro hacia donde precipitarse.
Natural por lo tanto que por surja entre nosotros la particular versión de la aldea gala. Mientras los agujeros negros de la política amenazan con abducir a los candidatos designados por Génova para satisfacción de esos grupos de guasap tutelados desde Ferraz, en Torrecilla han concluido que no necesitan su ayuda. Una única candidatura, comandada por un socialista, se hará con el Ayuntamiento: ya conocemos al primer alcalde de La Rioja del 2019. De modo que resulta imposible obedecer al juez Marchena: sólo con el amparo de la ironía puede asimilarse una noticia que conduce igual e inevitablemente a ese agujero negro, la madre de todos los agujeros negros: dónde está el PP. O cómo estará el PP que hasta Tezanos se compadece de él. Lo cual también es irónico. Que tu mejor ayuda provenga del fuego amigo.
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